Capítulo 40

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Después de tener aquella conversación con Drew y Dallas, acerca de esta misión, el rubio ha actuado un poco distante conmigo. Apenas me ha mirado desde que me subí a su camioneta, en la cuál nos encontramos rumbo al pueblo, donde se llevará acabo la fiesta de Earl.

Debo admitir que me encuentro un poco exhausta por toda esta situación, estar con él requiere más de lo que soy capaz de dar. Soy arriesgada, pero no cuando mi corazón está en juego y con él se encuentra en completo peligro. Igualmente intento dejarlo de lado, continuar con la misión y ya, pero es tortuoso tenerlo siempre tan cerca.

Volteo a ver su perfil simétrico y europeo, que no hace más que robarse mis suspiros y esperanzas, -me abruma porque me hace sonar tan patética -pero esta vez no seré la que de el primer paso y hable. No es por orgullo, como lo dije, estoy exhausta de esperar un imposible.

Estaciona frente a un pequeño hotel campestre y enseguida baja del auto. Yo me tomo unos minutos, mientras un muchacho le pide las llaves para guardar la camioneta, mi señal para salir.

—¿Entonces no lo utilizará está noche? —le pregunta el chico.

—No. —se limita a decir —yo me ocupo de nuestras maletas.

En efecto, el baja nuestro equipaje y entramos al recinto. Es un pequeño hotel de paso con un lindo estilo campestre, todo alrededor está hecho de madera pulida y la instancia es iluminada por una luz amarillenta, que produce calor en esta temporada previa al invierno.

El olor a incienso se impregna por todos lados y no es algo que me desagrade, de hecho, logra relajarme.

—Buenas noches —dice él —¿tiene habitaciones disponibles?

La muchacha levanta la mirada y al segundo que se encuentra con él, ensancha una sonrisa y descubro un brillo de interés en ella.

—Buenas noches, ¿cuántas necesita?

Está vez la chica me mira de reojo, mientras aguarda por una respuesta.

—Dos —responde Drew.

La chica sonríe mordiéndose los labios y en ese momento, a él entra una llamada al teléfono, mira la pantalla frustrado y mientras descuelga se aleja de nosotras.

—¿Tu novio? —pregunta la chica.

—No —lo miro, mientras parece discutir con alguien —vinimos por trabajo.

—¿Segura? ¿en un largo fin de semana? —entre cierra los ojos —donde cualquier cosa puede pasar. He visto un par de parejas como ustedes y además, no puedes negar que está jodidamente bueno, ¿cuánto mide?

Teclea en su viejo ordenador y me sonríe con picardía. Diría que no tiene más de dieciséis años, es bastante bonita.

—Es difícil no notarlo y no sé... ¿un metro noventa?

Se ríe y yo hago lo mismo.

—Hacen linda pareja y se nota que tienen mucha química, del tipo de aquellas historias de Wattpad. Yo los shippeo.

Eso me hace llamar la atención y enseguida pregunto interesada.

—¿De casualidad conoces a H. L. Wood?

—¡¿Qué me preguntas?! —chilla emocionada —ella es mi ídola, he leído cada atrapante historia que ha escrito, pero nadie la conoce en persona y ni sé sabe su nombre real...

No puedo evitar sonreír de una forma diabólica.

—He escuchado que tal vez se llame Hayden Lawren Wood y que vive cerca de aquí.

Bajo la superficie [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora