Bajo la superficie [BORRADOR]

Capítulo 38

—Nunca me dijiste que tu segundo nombre es “Heather”

—Mis padres no se decidían entre colocarme “Erica” o “Heather”, por sus significados —me encojo de hombros —así que me colocaron los dos.

—Erica Heather Jones Berry, me gusta.

—¡Oh si, genial! Drew Bradford…

—No creas que te diré mi segundo nombre.

—¿Por qué? —digo sacando mi labio inferior en forma de puchero.

Me queda mirando sin decir nada y yo sonrío con superioridad. «¡Ja!, No eres inmune a mis encantos»

—Porque no Erica —dirige la mirada a unos papeles —dijiste que me ibas ayudar.

Lo miro mal y luego le profetizó un «lo voy a descubrir». Él se ríe y acto seguido comienzo hacer lo que me mandó. No podría limitarme a pedirle que fuera conmigo a Halloween, tenía que prometerle que iba ayudarle en su trabajo un domingo, ¡Genial!

¡Pero vamos! estoy en las jodidas oficinas del FBI, ¿quién logra esto? «¿tú logras esto?» Lo sabía, les sigo ganando en todo.

«Soy superior»

¡Mierda! Si alguien escuchara mis pensamientos creería que estoy loca, menos mal nadie lo hace.

—¿Y si al final me quiero convertir en un Agente de verdad? —le pregunto de repente.

—¿Nunca has cometido ningún delito? ¿algún tornillo flojo en esa cabecita…?

—Mmmm… Déjame pensar.

Intento descubrir si ser sospechoso en un delito y tener posible esquizofrenia, interfiera en algo.

—Olvídalo —le digo al final.

Él asiente y sigue concentrado en su trabajo revisando unos archivos, sin distraerse con ningún estimo externo. Quisiera tener la mitad de su capacidad de atención, yo veo pasar una mosca y me parece interesante intentar entablar una conversación con ella. Claro, no lo hago cuando hay personas presentes.

—¿Espera…? ¿Estás hablando sola? —me pregunta de repente.

¡Mierda Erica! Piensa en algo rápido. No necesitas que sospeche de tu notorio retraso mental.

—No, estaba cantado.

—¿Segura? —entorna los ojos de manera sospechosa —parecía que estabas balbuceando algo. 

—Si, la letra de una canción —intento convencerlo.

Me acerco a su sitio y agarro su cabeza con las dos manos, obligándolo a mirar sus papeles.

—Ahora necesitas trabajar.

Me mira de una manera extraña, pero vuelve a lo suyo. «Si que hay un tornillo suelto en mi cabeza»

Después de un rato, me levanto de mí asiento mientras Drew sigue con lo suyo y me dedico a observar toda la oficina. Todo tan gris y la poca iluminación le da sobriedad al asunto, hay un montón de estantes llenos de archivos y objetos que nunca voy a entender.

Me paro frente al tablero de sospechosos y por supuesto, están todas las personas que conozco. Ladeó la cabeza y inspecciono mi foto.

—Me veo sexy en esa foto —comento de espaldas a él.

—Mmjumm —es lo que dice con un lápiz entre sus labios.

La foto me la tomé para los documentos de la universidad, llevo una expresión seria, pero con tintes de picardía y seducción.