Empujo la puerta de cristal y escucho la campanilla al entrar.
El olor a café hirviendo y a pancakes recién hechos, se impregna en todos lados y visualizo la fila de sillones de cuero rojo, para buscarlo. Él levanta la mano y me muestra una cálida sonrisa cuando lo veo.
Llego a su mesa y me deslizó en el asiento ante su atenta mirada.
—Hola Erica, ¿cómo estás?
Al mirarlo detenidamente, me preocupo por su aspecto algo descuidado. Su cabello parece un nudo de cables enredados y luce una barba de dos días, al igual que unas ojeras marcadas. Cuando coloca las manos en la mesa parece un poco ansioso.
—Hola, pero ¿cómo estás tú? Te ves un poco... mal.
—Lo sé, he estado peleando un poco con mi madre —da un largo suspiro —necesito hablar de algo contigo.
Por la forma en que me mira, noto que es un asunto serio.
—Dime, Cameron.
—Es que... puede que, no quiero que pienses mal de mí, pero...
—Solo dime, no pasa nada —le sonsaco, porque de verdad me está agobiando.
Se lleva las manos a la cara y parece un poco frustrado.
—Me estás preocupando ahora —alcanzo sus manos —¿te encuentras bien?
—Solo no quiero que me odies.
—No lo haré.
—Si lo harás —me mira convencido —en realidad ya sabía de ti antes de ir al club y fui allí para conocerte.
Eso me desconcierta un poco y me alejo de él, algo confundida.
—¿En serio? -frunzo el ceño —¿por qué nunca te vi antes?
Suelta aire por la boca.
—Yo era un idiota y un cobarde, no sé cómo hacerlo en este momento, pero me siento algo culpable por todo y no dejo de pensar en...
—...Lo mucho que nos sorprende verte por acá, hola Erica —dice Klay, con una resplandeciente sonrisa.
Levanto la mirada y veo a Lana a su lado, con una mirada triste, pero enseguida deformo mi expresión en una cara de fastidio, ¡Increíble!
—La sorprendida debo ser yo, porque aunque eres consciente que sé lo de Donna, te atreves a hablarme.
—Podemos hacerlo ahora, hay una buena explicación.
—Estoy ocupada ahora.
Volteo a ver al chico frente a mí y ahora luce más agobiado que nunca, su mirada está puesta sobre las chicas y algo simplemente no cuadra.
—¿Ustedes se conocen? —pregunto confundida.
—No —se apresuran a decir.
Me levanto algo molesta y al salir de la cafetería, Cameron, lo hace conmigo.
—Creo que mejor retomamos la conversación después. Aquí está mi coche —dice señalándolo -si quieres te llevo a tu trabajo.
Asiento y entro en el asiento del copiloto, no hablamos gran cosa cuando me deja frente al edificio. Prometo que sacaré un poco de tiempo para hablar con él y salgo de coche.
Entro al apartamento y enseguida que el monstruito rubio me ve, se lanza en mis piernas dejándome algo sorprendida. Me arrastra hacia la sala y descubro que la mesa está llena de colores y papeles.
—Mira ika, mira lo que hice.
Veo a su tío sentado en el sofá y forma una sonrisa traviesa al verme. Me siento a su lado por la demanda de la pequeña y nuestras rodillas se chocan por la cercanía.
ESTÁS LEYENDO
Bajo la superficie [BORRADOR]
Novela JuvenilSu ambición la llevó frente al mayor peligro de su vida, ahora ella tiene que enfrentar las consecuencias de sus malas decisiones. Erica Jones, es una amigable niñera de día, pero de noche, una sensual stripper que trabaja en un club exclusivo. Su h...