Bajo la superficie [BORRADOR]

Capítulo 30

Al salir de mi casa miro a todos lados y camino con sigilo para no levantar demasiadas sospecha de mis vecinos al salir a estas alturas de la noche, al cruzar la calle veo al hombre que me espera apoyado sobre su gran camioneta. Mis pasos cada vez son más despacio mientras acortó la distancia y se forma una encantadora sonrisa en mis labio que no puedo contener, él cambia su postura cuando nota mi presencia y carraspea la garganta.

—¿De donde sacaste eso? —me mira de arriba abajo con una expresión entre confusión y picardía.

Bajo la mirada comprobando que mi traje de cuero negro esté en orden, ajusto un poco la cinturilla que moldea mi figura y noto que todo está bien, las botas militares que elegí no hacen demasiado ruido,  por lo que solo levanto la mirada y sonrió orgullosa.

—Lo pedí por eBay.

—Ok.

Esboza una sexy sonrisa de lado, pero igual me mira como si estuviera loca

—No me mires así. —me acomodo el cabello —Me tomo enserio mi trabajo.

—Esta bien, solo vámonos —me da la espalda y me ignora como siempre.

Cuando se da la vuelta, noto que se quitó la chaqueta y la corbata, quedando solo en la camisa blanca, que se amolda a sus firmes brazos y tiene sobre su espalda las fundas con dos armas y no digo nada al respecto, porque mi atención se va a la parte trasera de sus sexys pantalones de vestir.

Subimos a su camioneta y mientras conduce me dedico a admirar las luces de la ciudad, hasta que a la distancia diviso la bahía dónde esta noche Earl cerrará su negocio. Me acomodo en el asiento y doy la vuelta para mirar al hombre que conduce a mi lado.

Aún en la oscuridad, logro  vislumbra su perfecto  perfil europeo,  como su nariz recta mira hacia al frente y sus labios conservan su típica expresión seria y me doy cuenta que no puedo dejar de mirarlo, hasta que se devuelve hacia mi y me mira con su expresión circunspecta junto a una mirada profunda que se confunde con el tono del océano que está frente nosotros.

—Esto es peligroso Erica —suspira y se toma su tiempo para hablar  —no debí traerte.

—Yo te pedí que lo hicieras —digo y desabrochó mi cinturón.

Termina de estacionarse a una distancia considerable del punto de encuentro y baja seguido de mi.

Al salir, no tardó en escuchar la turbulencia de las olas ondeando con tanta brusquedad, como si anunciará nuestra llegada desde la distancia.

Caminamos con sigilo y de un momento a otro, el rubio me esconde detrás de su espalda cuando notamos la presencia de los hombres que desembarcan la mercancía, toma mi mano y me guía hacia una lancha dónde me hace subir seguida de él y después nos camuflarnos detrás de la cubierta de la lancha.

Comienza a sacar un par de artilugios que trae y  luce interesado cuando en una de las lanzas sale nada más y nada menos, que el mexicano con que estuve horas atrás, Earl y otro sujeto que desconozco.

En ese momento, Drew saca una extraña cámara y empieza hacer fotos sin que está haga ningún sonido.

—¿Como es posible que la guardia costera no se entere de esto?

—Tienes que entender que la corrupción está en todos lado y Earl a ser parte de la mafia tiene socio en todos lados, incluso en todas la ramas, ser un mafioso no solo es matar y recibir dinero.

—Entiendo —balbuceo y pongo los ojos en blanco.

El lente sigue apuntando a los sujetos  y después de un rato, las desvía hacia los hombres trajeados que se encargan de supervisar el sitio.