Bajo la superficie [BORRADOR]

Capítulo 43

Drew

Me remuevo en la cama y al abrir los ojos, lo primero que encuentro es el rostro de Erica a escasos centímetros de mí y, sonrío inconscientemente.

Evaluó sus facciones tan atractivas, su piel tersa que acaricio con las yemas de mis dedos, su nariz respingona y sus labios carnosos que nunca me cansaría de besar. Su cabello es castaño, al igual que las pupilas que amaría ver en este momento. Pero sigue dormida, con su cabeza reposando en mi pecho y tiene una linda mueca de puchero, mientras me abraza y nuestras piernas continúan entrelazadas.

Le doy un beso en la frente y la voy apartando de mí poco a poco, para salir de la cama. La miro unos segundos mientras duerme y luego salgo de la habitación.

Encuentro mi móvil en la mesita de noche, reviso los mensajes y marco al primer número en mi bandeja.

—Buenos días, ¿se sabe algo de Jeff?

—No agente Bradford. Desde que salió ayer de la fiesta, le perdimos el rastro como siempre, el sujeto sabe cómo desaparecer.

—¿Pero se encontró con Earl?

Eso es lo que verdaderamente me preocupa, porque si habló con su padre tendremos que tomar medidas inmediatas y hacer que Erica desaparezca por un largo tiempo, eso es precisamente lo que no quiero.

—No, pero la chica sí. Erica, algo en ella no me cuadra, Bradford.

—Yo me ocupo de eso —suspiro un poco aliviado.

Me siento en la cama y intento idear un plan de respaldo, pero nada coherente se forma en mi cabeza.

Deberíamos estar devuelta a la ciudad, pero una idea ha estado rondando por mi cabeza desde que llegamos y evita que piense con claridad.

Hago las debidas llamadas y salgo rumbo a la habitación de Erica, cuando entro aún sigue dormida y no me apetece perturbar su siesta.

Vuelvo a su lado en la cama y cuando me siento, le quito el cabello de la cara con delicadeza, dándome cuenta de nuevo lo hermosa que es. A veces siento que ni siquiera es consciente de eso y el efecto que tiene en las personas.

Debo admitir que no sé cómo manejarlo, ella me perturba demasiado, es tan audaz y capaz de joderme si lo quisiera, solo espero que nunca lo haga, porque no sabría cómo manejarlo.

Se remueve en la cama y sonrie intuitivamente sin abrir los ojos. Desearía poder apartar la mirada de ella, pero es imposible, aún estando en una sala repleta de gente, mis ojos siempre la buscan.

— Tengo demasiado sueño agente Bradford y usted no me dejó dormir en toda la noche.

Lanzo una pequeña risa.

—Te tengo una sorpresa —le beso la frente —tenemos todo un día antes de volver a la ciudad, así que pensé…

Se levanta automáticamente y me mira con una mirada emocionada.

—Es una sorpresa, no me la arruines —hace un gesto extraño y agrega —me pregunto cómo es que te mantienes en pie a estás horas, eres inhumano.

—Entrenamiento militar, intento no presumirlo —bromeo.

—¿Entrenamiento militar? ¿Acaso allá te prepararon para esto?

Se lanza encima de mí y me derriba bajo ella en la cama. Le doy pelea pero pronto descubro, que es más divertido verla ganar.

Me besa repentinamente y comienza a moverse sobre mí, mientras pasa sus manos por mi dorso desnudo. Le sostengo las piernas a los lados de mi cintura y cuando se separa de mis labios, nos quedamos mirando profundamente.