Capítulo 12

594 51 0
                                    

Piso la plataforma de metal que se cierne bajo mis pies y no tardo en levantar la mirada emocionada y ver las pequeñas luces que se esparcen por todos lados. El olor a palomitas y caramelo caliente inundar mis fosas nasales, veo los juegos mecánicos imponerse bajo un cielo estrellado y junto con mi amigos, entro al parque de diversiones, donde se escucha por doquier la canción tétrica de los carruseles.

Me giro frente a ellos recitando un discurso como los viejos tiempos. A veces cuando me entra la melancolía suelo ser muy sentimental y sobre todo, porque este sitio en específico, me recuerda nuestra época  de adolescencia.

—¡Volvemos a tener quince años! —digo emocionada.

Los miro y todo es como los viejos tiempos, en ese momento me entra un flashback de nosotros siete caminado junto, salvo que en ese entonces estaba Donna, en vez de Brandy. Su recuerdo me hace querer llorar, así que lo envió al fondo de mi cabeza para no pensar en cosas tristes ahora.

—¡Voy a gastar todo mi dinero en esos jodidos juegos! —dice Brandy.

—Qué raro —dice Andy a nuestro lado —es como cualquiera fin de semana, salvo que sin alcohol.

—¡Oh vaya, estimado Andy! que extraños tus comentarios, pero te equivocas —saca una petaca de metal —nunca sin alcohol.

El primer juego donde vamos, consiste en tirarle pelotas a unos fantasmas que se mueven de un lado a otro, pero no he logrado acertar a ninguno y comienzo a desesperarme.

Le pido al sujeto del puesto otra ronda, tomo las pelotas y comienzo a tirar de nuevo.

—¡Mierda! —me quejo al fallar.

—Vamos Erica tú puedes —me anima Klay.

Yo la miro con recelo y intento el tiro, que de nuevo no da en el blanco, como los otros siguientes. No soy una persona que se rinde fácilmente, de modo que pido otra ronda.

—Erica supéralo, ¿acaso quieres perder tu dinero? —se burla Andy.

—Déjala en paz —le regaña la pelirroja.

Yo pongo el ojo en el blanco, lanzo y veo que pasa al lado de mi objetivo sin tocarlo, me queda una. Coloco todo mi empeño para derribarla, lo tiró y para mi gran sorpresa, le atinó.

—¡Si bebé! ¡Le atiné! —grito —soy la mejor en esto.

—¿Acaso no se dio cuenta que solo encestó una? Y necesi…

—¡Calla Andy! Tienes envidia de mis habilidades —me volteo victoriosa para reclamar mi premio —quiero ese grande.

—Señorita, creo que no entendió el juego. Tenía quince bolas, debías derribar al menos cinco.

—¿Qué?

—Vámonos Erica —escucho decir a Hayden.

Me voy molesta farfullando que fue una estafa maestra, yo lo tumbé, todos lo vieron, luego me detengo al notar que estoy actuando muy infantil.

—Vamos al Dunk Tank  —Klay señala el puesto.

Todos asentimos de acuerdo y después de hacer una larga fila, por fin es nuestro turno, pasan las chicas primero y luego Andy. Por una sospechosa razón nadie ha acertado y comienzo a dudar de la confiabilidad de este juego.

Es mi turno y todo intentan animarme.

—¡Erica! piensa que es la bruja de tu jefa —me grita Brandy.

—Ok.
Concentro mi visión en el blanco, para tumbar a ese hombre que no me hizo nada en la vida, pero aún que quiero que caiga.

¡Pero mierda, perdí!

Bajo la superficie [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora