Salgo del apartamento con Lian. Díganme masoquista, valiente o tal vez estúpida, pero de verdad debo hacer esto, aunque de nuevo atente contra las reglas de Sloane.
Me despido de Lucy, la recepcionista que ahora se su nombre y he descubierto que me agrada bastante.
Antes de siquiera poder cruzar la puerta, el monstruito rubio se suelta de mis manos y sale corriendo a mitad de calle. Yo salgo tras ella, esperando que Drew aparezca de nuevo y me encuentre en una situación sospechosa, pero no es así, de modo que cuando logro alcanzarla, me agacho hasta llegar a su altura.
—Lian, llegamos a un acuerdo — la miro seria —Te dije que si te portabas bien, te compraría todo el helado que quisieras y esto fue lo primero que te dije, de no salieras corriendo.
Ella sonríe de manera satánica, cree que por alguna razón es divertido.
—Vamo Ika —me insta a seguir caminando.
Yo me cruzo de brazos frente de ella.
—¿Me harás caso?
—Fi.
—Te dije que esto es muy importante para mí, sino pago ese dinero no tendré universidad y por ende, no tendré un futuro brillante. ¿Pero tú qué vas a saber? Ya tienes la vida hecha.
Ella ladea la cabeza sin entender un carajo y luego suelto una cargada.
—No entiendes un carajo —me levanto de nuevo y la tomo de la mano —boba.
—Boba tu.
Al llegar al banco, hago la fila para pagar el dinero de reintegro, esto no me garantiza que entre a la universidad, pero es requisito para volver a pertenecer a ella.
Me falta gran parte del dinero para cubrir la totalidad de la matrícula, pero estoy convencida que lograré reunirlo para final de año.
Lian está intensa saltando de un lado a otro, sacando a relucir la energía de una niña de dos años. Las señoras mayores la miran con una sonrisa en su rostro recalcando lo hermosa que es, me enorgullece, por un momento se me olvida que no es mía.
No dejo de pensar en Drew y como la debe estar pasando en un día como hoy, debe ser difícil para él. Ni siquiera entiendo porque me importa tanto, pero quisiera ir donde esta y decirle que todo irá bien, creo que eso es justo lo que necesitamos las personas a veces, alguien que nos dé aliento y nos diga que todo está bien.
Saco mi teléfono con la intención de marcar el número que saque esta mañana del refrigerador, pero en ese momento me llaman. Es mi turno para ir a caja, me voy con el monstruito de la mano y doy mis datos para que se registre el pago.
Salgo del banco y veo a las personas pasearse por la calle y yo sigo con una única convicción en mi mente, ¿cómo puedo seguir con mi vida si se que alguien la está pasando mal?
Una de las observaciones de Drew está mañana se me cruza por la meten y no pierdo tiempo para sacar el teléfono.
Mi valentía se va disolviendo mientras más tiempo pasó mirando su número, sin poder marcarlo, en cuando en mi mente se sigue repitiendo como cassette descompuesto: «¿acaso puedes cambiar lo que él está sintiendo?» «no eres absolutamente nadie para hacerlo»
«¡Al carajo!»
Le marcó y dejo que el teléfono timbre en mi mano, siento que no debería estar haciendo esto, pero le sigo insistiendo hasta logre que conteste el puto teléfono.
«¿A dónde vas cuando tus padres están muertos y sientes la necesidad de evocar su recuerdo?»
«¡Genio!»
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Bajo la superficie [BORRADOR]
Fiksi RemajaSu ambición la llevó frente al mayor peligro de su vida, ahora ella tiene que enfrentar las consecuencias de sus malas decisiones. Erica Jones, es una amigable niñera de día, pero de noche, una sensual stripper que trabaja en un club exclusivo. Su h...