Capítulo 39

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Pov T/N
Mads y yo hemos decidido desayunar en una cafetería de la ciudad de París. Hemos encargado dos cafés con leche, dos croissants y un pretzel para compartir. A pesar de la increíble noche que pasamos ayer, teniendo sexo en el jacuzzi y en la cama, hemos hecho el intento de madrugar para poder recorrer la ciudad y visitar el museo del Louvre.

Madelaine.- oye, cariño.

T/N.- ¿sí?

Madelaine.- estás muy pensativo. Te estoy hablando y me respondes con monosílabos.

T/N.- ouh, no, no te preocupes. Estoy bien.

Madelaine.- ¿seguro? Sabes qué...— coloco mi mano encima de la suya y sonríe—.

T/N.- cariño, estoy bien. ¿O quieres qué te recuerde que hicimos anoche?— susurro—.

Madelaine.- eso nunca se me olvida— reímos— fue gracioso verte ponerte esa crema ahí.

T/N.- ayer no sé cuántas veces lo hicimos. Ya llegó un momento en el que me dolía.

Madelaine.- bueno.

Un camarero deja en nuestra mesa el desayuno y le agradecemos con una pequeña sonrisa.

T/N.- me moría de hambre.

Madelaine.- nos encanta comer.

T/N.- y dormir.

Madelaine.- sí, somos iguales.

T/N.- por algo estamos juntos, pelirroja.

Soltamos una pequeña risa. Sí que era cierto que nos moríamos de hambre. En todo el camino hasta llegar a esta cafetería, nuestro estómago no paraba de rugirnos por falta de alimentos. Muerdo el croissant para probarlo y veo cómo Mads cierra sus ojos, echando su cabeza hacia atrás. Creo que no hay persona que disfrute más de la comida que mi dulce Madsy.

T/N.- ¿tengo qué pedirte más?

Madelaine.- obvio, para merendar esta tarde.

T/N.- vale— digo, riendo—.

Madelaine.- es que me encantan los croissant.

T/N.- lo he notado, cariño. No puedo negártelo, creo que es lo mejor del planeta.

Madelaine.- sin lugar a dudas.

Alzo mi mano para que la choque con la mía y soltamos una risa después de esa acción. Al lado nuestra hay un matrimonio con una niña de un año o dos, como mucho. Centro mi mirada en aquella niña y sonríe al verme.

Madelaine.- le has gustado.

Le lanzo un beso a la niña y se pone nerviosa. Sus manos están en su boca y está llena de babas. Dejo de mirarla y miro a Mads. Ella tiene su cabeza ladeada, mirándome con una sonrisa de tonta y frunzo el ceño al verla así.

T/N.- ¿por qué me miras así?

Madelaine.- T/N...

T/N.- oh, no, ni se te ocurra.

Madelaine.- T/N... porfi.

T/N.- Mads, no, quítate esa idea.

Madelaine.- es broma, pero ha sido adorable ver tu cara horrorizada por pedirte un bebé.

T/N.- sí quieres un bebé, te compro un muñeco.

Madelaine.- vale.

T/N.- estaba bromeando.

Madelaine.- pues cómprame un peluche. ¡Tengamos un hijo peluche!

¿Quién soy yo para destrozarle su felicidad?

Mi dulce pelirroja || Madelaine Petsch y T/NDonde viven las historias. Descúbrelo ahora