➴ Tenías que ser tú ➶

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[💎✨] Disfruten de esta pequeña calma con capítulos de relleno antes de la tormenta, ehe  

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Ahora te encontrabas con Hipo en una playa de rocas, se detuvieron un rato a descansar por lo que Chimuelo estaba acostado en el suelo comiendo pescado mientras que tú y tu amigo estaban recargado de él.

—¿Ya ves? y no querías que viniera contigo

—Casi te mueres

—Total ya me quería morir

—...

Te reíste en voz bajita mientras que pasabas las mangas de tu ropa por las mejillas de Hipo para limpiar su rostro que había sido quemado. También pasaste tus manos por su cabello para acomodarlo.

—Gracias...—Murmuró el joven vikingo con un sonrojo bastante notorio en sus mejillas, solamente sonreíste para él a la vez que le trenzabas el cabello.

—Oye... Hoy fue un día realmente lindo, ¿no crees?

—Uhum... Nunca creí que los vikingos y los dragones pudiéramos ser amigos, pero ahora..

—Te lo dije

El pecoso se rio mirándote a los ojos, esa mirada... Esa mirada te pareció tan dulce y gentil que lo único que pudiste hacer fue soltar el cabello del chico y sonreír levemente.

Te acercaste un poco a su rostro notando como él cerraba sus ojos y se acercaba también así que lo imitaste, te sentías tan nervioso...

Pero el chillido de un terrible terror los trajo de regreso a la realidad.

Ambos observaron al pequeño dragón que caminaba tambaleándose mientras que de su nariz salía un poco de humo, al parecer Chimuelo le disparó fuego a la boca y por lo dejó todo atontado.

—¡Chimuelo! No seas grosero—regañaste pero el dragón solo te miró enojado antes de seguir en sus asuntos, aquello solo hizo reír a tu "amigo"

—Así que no son a prueba de fuego por dentro, ¿verdad? está bien, toma pequeño— animó Hipo mientras le daba un pescado al dragoncito que lo devoró en un instante y después se acercó a acurrucarse en el regazo de Hipo que inmediatamente comenzó a acariciarlo—Todo lo que sabemos sobre ustedes está mal...

—Hipo...

—Tranquilo, está bien, al menos ahora somos dos que vemos la realidad respecto a los dragones

El joven te sonrió nuevamente, instintivamente te acurrucaste un poco en su hombro cerrando los ojos así que el oji esmeralda tomó tu cintura con su mano libre para acercarte un poco. Chimuelo solo observó a Hipo con una mirada juguetona

—¡¿Tú qué me estás viendo?!

El dragón únicamente se rio y siguió haciendo lo suyo.

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Un par de días después de aquello, ahora Hipo se encontraba él solo hablando con los gemelos Torton.

—Hipo y _______ están enamorados y los dos se quieren besar 🎵—Canturrearon ambos gemelos.

—¡Oigan, esto es serio!

—Si, tan seria como su aún inexistente relación

—Oh, dioses...

—Muy bien amigo mío, ahora cuéntale a la tía Brutilda qué asunto con ________ te tiene tan inquieto—Pidió la chica sentándose en las escaleras de su casa, Brutacio estaba sentado sobre el barandal de la escalera.

—Es solo que... Ya no siento que me guste Astrid

—Entendible, lo de siemp- ¿¡TE GUSTABA ASTRID?!

—¡NO! solo lo dije para que Bocón dejara de molestarme con el tema de ser gay y así

—Ah...

—Pensé que si me auto convencía de que me gustaba lo terminaría haciendo pero no fue así...

—...

—El punto es que- me gusta ________...

—Recién se venía dando cuenta, ¿viste Brutacio?

—Así es hermana, creo que era demasiado obvio el hecho de la atracción que Hipo tiene por nuestro hermano adoptivo que es adoptivo porque lo adoptamos adoptivamente adoptado

—Así es hermano, creo que también es obvio el hecho de nuestro hermano adoptivo que es adoptivo porque lo adoptamos adoptivamente adoptado también siente cosas por este... Pescado parlanchín

—Oigan, vine por un consejo de ustedes para decirle a ________ lo que siento por él, no para que se burlaran

—¿y por qué nosotros tenemos que aconsejarte?

—Si, que mejor lo haga Astrid

Hipo rodó los ojos mientras suspiraba pesadamente.

—Porque ustedes son sus... hermanos adoptivos

—Oye, ¿me ves cara de saber de amor?

—Qué importa, Brutacio... a ver, si tú te le fueras a declarar a ________ qué harías?

—Mandarle una carta

—Eso suena romántico...

—Con una gallina

—¡Por eso no cojes, tarado!

—¡Tú tampoco coges! Espera, ¿qué es coger?

Ahora Brutilda fue la que rodó los ojos fastidiada.

—Mira Hipo, no sé de amor pero no puede ser tan difícil... Llévalo a su lugar favorito

—¡si! y solo dile "me gustas"

—¡también puedes llevarlo a pasear a la costa! ama ese lugar

—Y sobre todo, no le lleves gallinas

—Oigan... Muy lindo y todo pero no puedo simplemente decirle "me gustas" a secas

—Vamos hipi, ¿qué es lo peor que puede pasar?, ¿que te diga que no?

—supongo...

—Bueno, la tía Brutilda y el tío Brutacio ya han acabado su trabajo aquí

—Son 4 monedas de oro

—¿Perdonen? 

—Son 4 monedas de oro por nuestros consejos

—Oh dioses...

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