22

1.5K 247 21
                                    

♡o。.(✿ฺ。✿ฺ)♡o。.(✿ฺ。✿ฺ)♡o。.(✿ฺ。✿ฺ)

—¡Esa cosa tiene alas, Chimuelo, veamos si las usa!

Chimuelo se dirigió directamente al muerte roja y lo atacó con plasma un par de veces hasta que lo cansó y le obligó a volar tras él.

—Pues si vuela—Dijo Hipo hilarantemente.

Si el dragón era grande, sus alas eran incluso más grandes que él, seguro eran alas muy fuertes ya que eran capaces de levantar sin mucho esfuerzo el cuerpo pesado de la muerte roja, además de que producían una gran cantidad de aire cuando alzaban el vuelo.

Todos los vikingos observaban la persecución con especial atención.

—¡Vamos Hipo!

—¡Te amamos Hipo!

—¡Vuela alto Hipo!

Jadeaste con sorpresa cuando viste a Chimuelo comenzar a volar directamente hacia las nubes, nubes que se habían tornado de un color negro por el azufre y el humo que anteriormente soltaron las naves al ser quemadas por la muerte roja.
Diste un paso hacia adelante solo para observar como la muerte roja perseguía a Hipo y a Chimuelo sin intenciones de detenerse.

Brutilda se acercó a ti tomándote el hombro por detrás.

—________...

—Hipo está allá arriba, no sé cómo sentirme... Esto es mi culpa, debí haberlo dejado matar al dragón cuando lo encontramos en el bosque.

Brutacio también se acercó a ti, llevaba unas vendas en las manos.

—Luego podrás preocuparte por Hipo, por ahora hay que atender las heridas de tus manos.

—¿Quién les dijo que?...

—Astrid, además, tus manos están llenas de moretones y tu rostro está enrojecido, Estoico fue muy bruto contigo

—Alguna vez pensé que quería que me encadenaran y amordazaran... Pero nunca pensé que quién lo haría sería mi suegro y encima lo haría para tratar de matarme

Brutilda se rio mientras que con un pedazo de tela limpiaba tu rostro y manos tratando de no lastimarte más. Aunque era casi imposible por las quemaduras de tus manos y aquello te provocaba dolor intenso, Brutilda estaba tratando de ser muy suave y gentil contigo a pesar de que al mismo tiempo se estaba peleando con Brutacio porque según ella "le tapaba el poco sol que había y no la dejaba ver bien".

Brutacio pronto se acercó a colocarte las vendas en tus manos, si bien no era la mejor curación, la presión tal vez ayudaría a disminuir el dolor de tus manos zafadas y heridas.

Esos dos estaban peleando siempre y nunca se tomaban absolutamente nada enserio, nunca pensaste que pudieran llegar a ser tan gentiles y buenos contigo.
Aunque rebobinando; ellos te habían adoptado como su hermano menor, y los hermanos mayores siempre cuidan a sus hermanos menores.

Cuando te sentiste mejor, devolviste tu mirada al cielo solo para ver en repetidas ocasiones como la muerte roja era atacada por Chimuelo e Hipo desde diferentes ángulos sin que pudiese defenderse porque el dragón se camuflaba en el color de las nubes.

Todos observaban boquiabiertos y algunos dejaban salir pequeños jadeos de emoción.

—Yo apuesto a que Hipo gana esta—Alardeó Brutacio.

—Estoy contigo hermano, o sobrevive en una sola pieza o en pedacitos, pero de que gana, gana

Miraste a los hermanos con confusión, ¿por qué hacían chistes como estos en una situación tan tensa e importante?
Por suerte, Astrid llegó a intervenir.

—Pues es preferible que salga vivo y en una sola pieza, tarados.

—¿Tú qué?

—Si, ¿por qué nos arruinan la fiesta?

—Tarados, están asustando a ________

—Ah...

Los gemelos se rieron de manera nerviosa y luego se detuvieron, gracias a Astrid ahora nadie trataba de hacer ningún chiste ni mucho menos.

Poco después veían como Chimuelo caía en picada con la muerte roja detrás de él, pero a diferencia de los demás sentiste un gran bajón de azúcar cuando viste que la prótesis de la cola de Chimuelo se había prendido en llamas. Sin esa prótesis Chimuelo no podría volar y si Chimuelo no volaba la muerte roja los alcanzaría y si la muerte roja los alcanzaba, sería el fin para Hipo y Chimuelo, a menos claro que de repente se les ocurriera un plan de escape por tierra en el cual obviamente la muerte roja tendría la ventaja por su tamaño y fuerza y-...

Tuviste que salir de tus pensamientos cuando viste a Chimuelo darse la vuelta y disparar fuego directamente hacia la boca de la muerte roja, provocando que comenzara a quemarse por dentro y a morir gracias a esto.

Cuando la muerte roja cayó al suelo terminó por crearse una especie de explosión que prendió en llamas aquella parte de la isla. Chimuelo e Hipo ahora trataban de salir de ahí pero la prótesis del dragón se calcinó por completo y la cola del difunto dragón alfa los golpeó desestabilizando a Hipo y tirándolo de Chimuelo.

Lo último que se pudo ver fue al furia nocturna lanzándose hacia las llamas sin pensarlo dos veces para tratar de alcanzar a Hipo y protegerlo de las llamas.

En cuanto el humo comenzó a disiparse, Estoico corrió hacia el lugar para buscar a su hijo y a Chimuelo. Al encontrarlos pudo ver al dragón en el suelo cubierto por sus alas, la cola completamente dañada y la prótesis calcinada.

—Hipo...

Estoico se arrodilló al lado de Chimuelo para tomarlo del rostro con suavidad.

—Lo siento, hijo... Todo esto es mi culpa...—Murmuró al borde del llanto.

Astrid logró abrirse paso entre los vikingos para llegar al frente, tú fuiste tras ella quedando justamente a su lado.

—No... No puede estar muerto

—________, por favor...—murmuró Astrid

—¡No!, no puede estar muerto, yo sé que sigue vivo pero el idiota está jugando con nosotros, ¡yo lo sé!

La rubia te abrazó por la espalda para mantenerte a su lado y evitar que salieras corriendo hacia Chimuelo, Estoico acababa de perder a su hijo y merecía algo de privacidad a su lado.

Tal vez Estoico había perdido a un hijo, pero tú acababas de perder al amor de tu vida... Y todo el pueblo que alguna vez demostró odio y repulsión hacia el oji esmeralda ahora se hacían los buenos llorando el luto de Estoico cuando ellos mismos deseaban que algún dragón se lo comiera o algo así.

Chimuelo miró a Estoico con algo de recelo durante unos segundos y después abrió sus alas dejando ver al cuerpo de Hipo que había sido envuelto entre estas.
El pelirrojo inmediatamente tomó entre sus brazos el cuerpo inconsciente de Hipo y después acercó su oído al pecho del chico para tratar de escuchar su corazón y comprobar si estaba vivo o muerto.

—Está vivo... ¡Lo trajiste con vida!—Dijo Estoico al borde del llanto.

Inmediatamente todos los vikingos y los dragones presentes comenzaron a celebrar la nueva noticia, ¡Hipo Abadejo seguía con vida!

Astrid llevó sus manos a su rostro y tú te llevaste las manos al pecho sintiendo como poco a poco tu corazón acelerado por la ansiedad comenzaba a calmarse y a volver a su pulso normal.

—¡Te dije que estaba vivo!—Le gritaste a Astrid mientras algunas lágrimas de emoción caían por tus mejillas.

—Gracias, por salvar a mi hijo...—Suspiró el jefe de la tribu a la vez que acariciaba el rostro de Chimuelo.

Bocón se acercó a ver la escena de cerca.

—Si, bueno... La mayor parte—Dijo señalando a Hipo haciendo notar el hecho de que la pierna derecha de Hipo había sido alcanzada por las llamas y calcinada.

Pero... Al menos estaba vivo.

—Carajo, ahora les debo oro a los gemelos—Gruñó Patán por lo bajo.

♡o。.(✿ฺ。✿ฺ)♡o。.(✿ฺ。✿ฺ)♡o。.(✿ฺ。✿ฺ)

➴ Tenías que ser tú ➶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora