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—¿Lo estoy haciendo bien?—Preguntaste con ciertos nervios, estuvieron por perder el control sobre Chimuelo unas cuantas veces, pero Hipo siempre estaba ahí para ayudarte a recuperarlo.

—Claro que si, ahora usa la posición 4... No, la 3

—Bueno, ¿la 4 o la 3?

—La 3

Rodaste los ojos y después moviste tu pie ayudando a que Chimuelo pudiera bajar en picada y detenerse unos metros antes de llegar al frío mar que golpeaba las rocas de la isla con mucha fuerza. El frío era abrumador y tus manos habían quedado adormecidas por el aire gélido.

—¡Lo estás haciendo increíble!

—Hipo... ¿Por qué haces esto?

—¿Eh?

—Ya sabes, ¿por qué de repente quieres enseñarme a montar en Chimuelo?

El de orbes esmeraldas se quedó callado un momento antes de volver a hablar.

—Por si algo sale mal mañana... Puedas escapar con Chimuelo

—¿Insinúas que algo malo va a pasar?

—Tal vez, solo es una posibilidad

Suspiraste re dirigiendo tu atención a Chimuelo que volaba de una manera tranquila y lenta.

¿Algo podía salir mal?, ¿pero qué?, ¿por qué?
En realidad había muchos escenarios pasando por tu cabeza ahora mismo, pero había algunos que no te dejaban tranquilo y hacían tu corazón latir con fuerza... Es decir, mañana Hipo tendría que enfrentarse a un dragón frente a toda la aldea, ¿y si el dragón lo mataba?, ¿qué tal si al final Hipo se veía obligado a matarlo?, ¿y si Estoico al final si aceptaba a los dragones como aliados?

Si Hipo lo lograba se volvería muy popular en la aldea y sobre todo entre los chicos y chicas de la edad de ambos, ¿y si las cosas en el ring salían bien y él conocía a alguien mejor?

Peor aún, que muriera frente a toda la aldea sin que nadie pudiera hacer nada para ayudarlo, que todo fracasara y ahora tuvieras que irte en Chimuelo completamente solo porque sino lo matarían.

¿Y si al final todo era tu culpa? Tú fuiste el pendejo que inició con todo esto de no querer matar dragones, el que a pesar de no temerles no quería matarlos y que siempre había tratado de detener a Hipo, fuiste el que había empezado todo esto así que si algo malo le pasaba a tu novio por no querer matar a un dragón sería tu culpa.

Aunque pensándolo bien, tenías el control sobre Chimuelo ahora mismo, es de noche, todos están dormidos, furia nocturna... No, sería muy loco e incluso algo arriesgado tan siquiera pensar en la posibilidad de escaparse ahora mismo.

¿Qué pensaría Hipo al darse cuenta de que estabas pensando en escapar de esa manera? Él ya no quería irse de la aldea, de su hogar, aunque Berk se volviera pequeño una vez que te acostumbras a ella, no quería irse y tú tampoco podías sacarlo a la fuerza.

Pero no querías abandonarlo.

Y si mejor se suicidaban ahí y ahora mismo? Tal vez de esa manera podrían evadir todo lo que estaba pasando.
No, otra mala idea.

Por suerte, Hipo te sacó de tus pensamientos.

—Amor

—¿Ah?, perdón... ¿Qué pasa?

—Eso debería preguntarlo yo, estás respirando muy rápido y parece que tu corazón va a salirse de tu pecho

—¿Tú qué haces agarrándome el pecho? Pervertido

Hipo suspiró recargando un su barbilla en tu hombro izquierdo.

—Estás sudando en frío...

—No pasa nada, de verdad

—________

—No es nada, enserio

Hipo al final se quedó callado mientras que por tu mente seguían pasando escenarios catastróficos en los que uno de los dos terminaba exiliado e incluso muerto, otros donde te terminaban y otros donde los obligaban a separarse.

Llegó el punto en que heriste tus propios sentimientos, ahora podías sentir una sensación extrañamente tajante en la garganta y un dolor súper intenso en el pecho, una presión que no te dejaba ni respirar tranquilo, un bajón de energía y sentías como si dos manos apretaran completamente tus pulmones evitando que respiraras de manera correcta.

—Creo que... Creo que es hora de que volvamos a casa

Solo asentiste en silencio y regresaste a Chimuelo a aquel lugar que les estaba sirviendo de escondite.

Al bajar del dragón estuviste por caerte, por suerte Hipo logró agarrarte para que no lo hicieras.

—Oye tranquilo, ya dime que te pasa...

—No tengo nada

Hipo suspiró tomando tu mano para guiarte a una roca y sentarse en esta, luego de eso te abrazó con suavidad.

—Hipo...

—No nos iremos hasta que me digas que es lo que te está pasando.

—Es que no lo sé...

—¿Disculpa?

Tu voz comenzó a entrecortarse y tus extremidades comenzaron a temblar repentinamente, eso ya no era simple estrés... Era un jodido colapso.

—Te vi hablando con Astrid y cuando te abrazó no supe qué sentir... Sería mentirte si te dijera que no me dieron unos cuantos celos, pero después de que me dijeras que probablemente algo saldría mal comencé a sentirme tan extraño, tengo miedo Hipo... ¿y si de verdad las cosas salen mal? No quiero perderte, no quiero que te vayas, no quiero que algo malo pase... Estoy asustado—Confesaste entre lágrimas.

Hipo te abrazó con más fuerza tratando de cubrirte completamente entre sus brazos y tratando de protegerte de un peligro en ese momento inexistente, bueno más o menos... Estaba tratando de protegerte de ti mismo, de tus pensamientos.

—Sh... aquí estoy, cálmate cariño... Sé que estás asustado, yo también lo estoy pero puedo asegurarte que nada malo te va a pasar y tampoco a mí, ¿sabes por qué?

—¿Por qué?

—Porque me niego a morir sin antes haberme casado contigo

Te reíste de aquella respuesta e Hipo aprovechó para darte un beso rápido y después comenzar a secar tus lágrimas.

—Estaremos bien...

—¿Cómo estás tan seguro de eso?

—Hay cosas que simplemente se saben...

Asentiste con la cabeza, Hipo se quedó abrazándote bastante rato hasta que por fin te calmaste y pudiste sonreír.

Cuando llegaron a casa ya era tarde, así que llegaron directamente a dormir... Pero al dormir Hipo te pidió permiso para dormir contigo en la misma cama.

Esa noche durmieron abrazándose.

Una noche tranquila sin esperar que al día siguiente la vida les cambiara por completo a ambos.

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[💎✨] Extraño a mi ex KJASJAJA (Es llanto)

➴ Tenías que ser tú ➶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora