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—¿Wind?—Preguntó Hipo volviendo a entrar a la habitación donde te había dejado, solo para ver como aún dormías y como Bella seguía acurrucada en tu pecho.

Se acercó para sentarse a un lado, pero la dragona despertó de golpe e inmediatamente miró a Hipo de manera amenazante a la vez que mostraba sus afilados dientes, como si en cualquier momento fuera a morderlo.

—¡Hey! Tranquila, soy yo, soy yo—dijo de manera rápida y casi en un jadeo, Bella le acababa de meter un buen susto.

La dragona al ver que simplemente se trataba de Hipo, se quitó de en medio para dejarlo acercarse un poco a ti.

—Vaya, lo estabas protegiendo... Sabía que podía confiar su seguridad en ti—agradeció Hipo acariciando a la dragona y luego tomando suavemente tu mano—Por favor, despierta... Tenemos que irnos de aquí pronto..

—Por si no te has dado cuenta, llevo despierto desde que llegaste

—Ah...—Se rio de manera nerviosa aún manteniendo tu mano entre las suyas y acariciándola suavemente—Me alegro tanto de que despertaras, Wind...

—¿Quién putas madres es Wind?—Cuestionaste de manera brusca a la vez que te sentabas en la cama.

—Tú eres Wind, ¿no?...

—¿Con quién carajos me estás engañando?, ¿por estas razones no querías casarte conmigo, verdad? Mi nombre no es "wind", yo soy ________ y juro que como no me expliques rápido quién carajos es Wind voy a matart-—no pudiste continuar tu oración porque inmediatamente Hipo saltó a abrazarte manteniendo tu cuerpo entre sus brazos, como si intentara ser tu protector ante un peligro inexistente en ese momento—¿Ah?

—Oh, mi príncipe... Volviste

—¿Pues a dónde me fui?... Espera, ¿¡Dónde está Chimuelo!?

—Tranquilo, él está bien...—susurró rompiendo el abrazo para mantener tus mejillas entre sus manos—Casi me matas

—Hablando de matar, me debes una explicación del por qué estoy aquí, del por qué tengo estas vendas y de por qué me estabas diciendo "Wind"

—Oh... ¿No te acuerdas?

—¿De qué?

—Vaya, de verdad no te acuerdas...

Hipo soltó tus mejillas para así dirigir su atención hacia tus muñecas y luego tomar tus dos manos repartiendo algunas caricias en estas, explicándote lo mejor que podía como fue que te encontró, lo mucho que le costó encontrar un lugar seguro donde Gothi pudiese cuidar de ti, como despertaste y tuviste un cambio de identidad súper extraño junto a los disparates que comenzaste a decir.

Mientras hablaba, sentía una gran presión en el pecho junto a una extraña sensación de que por momentos se le dificultaba respirar, así que cuando te reíste solo lograste causarle un sentimiento extraño de confusión y vergüenza.

—¡Ja! Espera, ¿me estás diciendo que de verdad creía que era un príncipe venido de otro planeta?

—Si...

—¿Y que pensaba que ustedes me habían secuestrado y todo eso?

—¿Si?

—¿Y encima aún sin tener la más mínima idea de quién eras, pensaba en casarme contigo?

—Algo así...

—Pff, ya sabía yo que lo que tenía el pan que Brutacio me dio no era azúcar—bromeaste comenzando a reírte de la situación y sintiendo pena ajena hacia ti mismo—Debí darte muchísima pena

➴ Tenías que ser tú ➶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora