Capitulo 5

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Dormir en la misma habitación que Draco fue una tortura. El chico roncaba igual que un oso y esporádicamente lanzaba unos gemidos extraños que me despertaban. En medio de mi somnolencia, le di la razón a papá, quien nunca gustó de dormir conmigo: si alguien como Draco durmiera en mi misma cama, también lo echaría, aunque fuera mi hijo. Pero no había razones para creer que yo daba problemas en la noche, Draco dormía como piedra con su antifaz plateado.

Ingresé al baño de mi dormitorio, el sitio era luminoso, con pisos de mármol y azulejos en las paredes. Había dos tinas, dos lavados y dos inodoros, cada conjunto frente al otro con una cortina mágica protegiendo de la vista. En casa había de esas, si yo entraba al baño de papá mientras él estaba en la ducha o en el inodoro, solo vería vapor. No fue difícil saber cuál era mi lado, la repisa sobre el lavado de Draco estaba repleto de artículos de belleza, en la mía mi champú y jabón de bola.

Oriné sentado y descargué con la inquietud típica de usar por primera vez un baño ajeno.

Lancé un tempus sin varita, las 6:12 am, tenía tiempo de organizar mi baúl. Saqué de primero mis uniformes y los puse en el centro de la estantería junto a mi cama, luego mis camisas, mis pantalones, en la parte superior mi ropa interior y mis medias, abajo mis guantes de lana y sombreros de invierno; Pimpón lo dejó todo preparado para el desempaque.

Fui sacando las capas dobladas y las acomodé en las otras literas del estante, luego procedí con los libros y revistas. Nuevos estantes aparecían conforme yo rellenaba el resto. Al final, casi todo el contenido de mi baúl estaba ahí, solo me dejé la capa de invisibilidad y mi dinero dentro, a salvo de intrusos con la alta seguridad del baúl.

Con todo eso eran las 6:44 am y Draco aun roncaba.

Me di una ducha y me puse el uniforme de la escuela, el nudo de la corbata ya estaba preparado -Pimpón me lo hizo-, por lo que me bastó con ajustar la tela alrededor de mi cuello. Observé mi reflejo en el espejo, mi cabello castaño oscuro estaba recién cortado, mas no de ese tipo de cortes en el que se me veía el cráneo, solo disminución del largor. Los sangre pura usaban su cabellera larga o de para atrás, papá lo portaba hasta la mitas del cuello, peinado hacia atrás sin gomina. Yo jamás podría usarlo largo.

Parpadeé, le sonreí a mis ojos verdes y me coloqué mi capa, saliendo al pasillo sin consultar la hora. Alec ya estaba allí, recostado a un muro.

—Buenos días, Harry. ¿Y Malfoy?

—Roncando, ¿lo despertamos? —el chico mayor se encogió de hombros y yo lo imité, cada quien iba por su cuenta en Slytherin —. ¿No debería llevar mi mochila? —pregunté una vez llegamos a las escaleras.

—En el desayuno el profesor Snape nos dará los horarios, es inútil empacar antes.

La sala de Slytherin contaba con algo de movimiento, ambos recibimos unas cabeceadas a modo de saludo.

—¿A qué horas inician las clases?

—A las ocho, antes era a las nueve, pero las reformas de la Junta de Gobernadores agregaron nuevas materias.

—Eso comentó papá, ¿qué materias?

El retrato de la serpiente era una puerta normal por dentro de la sala común. El pasillo de las mazmorras estaba desierto.

—Constitución, literatura mágica y tradiciones mágicas. Constitución y literatura las dicta el señor Parker y tradiciones la señora Ajax. Ellos son amables la mayor parte del tiempo y bastante neutrales respecto a la guerra.

—¿Son mestizos?

—El señor Parker si, la señora Ajax es sangre pura inglesa.

Al alcanzar el primer nivel nos encontramos con algunos alumnos de Hufflepuff que le dedicaron miradas mordaces a Alec, pero no fue hasta toparnos con los Gryffindor que empezaron los insultos.

Harry Potter: El hijo de Tom Ryddle - Harry S. RiddleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora