—¡Esto es completamente injusto!
El profesor Flitwick me sonrió con humor bebiendo su té, mis quejidos eran adorables.
—1000 planas por hoy, señor Riddle —repitió burlándose de mis situación. No pude enojarme con él, todo era muy gracioso e indignante. Le lancé un desmaius a Smith, este a mí un hechizo de forúnculos, el director lanzó a Smith un hechizo de protección que no eliminó mi hechizo, sino que lo desvió hacia los alumnos de Hufflepuf, una chica cayó causando histeria colectiva y la cosa continuó cuando el pendejo de Smith siguió atacando. En resumen, terminé con una semana más de detención con el profesor Flitwick, las cuales empezaron esa misma tarde.
—«No debo agredir a mis compañeros por más enojado que me encuentre» —dije la frase con un tono falsamente meloso —. No fue mi culpa que él me volviera a atacar.
—Señor Riddle, ¡usted lo mandó a volar cinco metros!
—Con una ráfaga de magia —me defendí con vehemencia —. No era un hechizo.
—Y fue una demostración impresionante, no lo dude —sonrió.
—Papá dice que usted fue campeón de duelo —comenté soltando mi estilográfica. Tenía toda la noche por delante para hacer esas planas, ¿qué tanto podían ser mil repeticiones?
—Lo fui. ¿Le gustan los duelos?
—No —y ante su ceja alzada e incrédula agregué —. Es obligatorio para mí estudiar defensa, papi no me permitía venir si no era capaz de sostener un duelo contra él de diez minutos o ganarle a... no importa.
El profesor no se interesó en el nombre del mortífago.
—¿Lo llama usted papi?
—Si.
—Normalmente los niños aprenden a llamar a sus padres papá o mamá gracias a los que lo rodean o a las indicaciones de sus propios padres, si no, terminarán llamándolos por sus nombres igual que el resto. ¿Quién le enseñó a decirle papi? ¿Él?
—No —me carcajeé —. Bella y Pimpón, mi elfo.
—Entiendo —y dando otro sorbo a su té señaló mi pergamino más allá de su escritorio —. Empiece, no se harán solas.
—Si hago que la pluma realice las planas con magia sin varita, ¿cuenta?
—No.
Hice una mueca de desagrado. El profesor volvió a reír.
—¿Y Smith? Él me atacó primero.
—El señor Smith, una vez madame Pomfrey lo libere de la enfermería, estará en detención dos semanas con el profesor Snape —dijo con un gesto que se me antojó sádico.
No era como si Smith no fuera a sufrir, dos semanas con Severus por atacar al hijo de su señor. Pobre tonto.
Esa noche Alec y yo no pudimos ir a por lo oculto en el séptimo piso, la mano se me caía a pedazos y me dolían la espalda y las nalgas, tardé tres horas en terminar mi detención. Y la siguiente noche tampoco se pudo, a las planas diarias se les sumaron un incremento brutal en los entrenamientos de Quidditch, el sábado nos enfrentaríamos contra Hufflepuf y Marcus dejó hecho polvo a todos los miembros del equipo; tras la cena yo caía muerto en mi cama. Los días previos al partido me mantuve ocupado con los entrenamientos, los castigos y las clases, la semana transcurrió como un borrón doloroso hasta que por fin llegó el momento de la verdad.
—Desayune, joven señor —me pedía Alec con suavidad.
—No tengo hambre.
Mi estómago era una maraña de nervios, ¡mi primer partido! Un grupo se formó a mi alrededor en la mesa de Slytherin, principalmente mis compañeros de curso y Alec, hablando animadamente.
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Harry Potter: El hijo de Tom Ryddle - Harry S. Riddle
FanfictionJames Potter retó a un duelo a Voldemort y perdió, en lugar de arrebatarle la vida, Voldemort decidió violar a su esposa. De esta unión violenta, de este ser malvado y cruel se engendró lo imposible: un niño inocente. No hay parejas (por ahora). Hay...