El revoleteo en el gran comedor no servía para distraerme, los alumnos solo conversaban de un tema: el escuadrón de aurores esparcidos a lo largo y ancho de la escuela, con un pelotón entero organizado dentro del gran comedor que no me perdía de vista.
—Son de lo peor —se quejó Alec. Desde nuestra posición, en el extremo de la mesa que daba a la puerta de entrada, observábamos a los que entraban y salían. Nosotros no tuvimos la precaución de sentarnos de frente a la puerta sino de espaldas, en el lado usual que empleábamos de la mesa, por lo que ya nos dolía el cuello de tanto mirar hacia atrás.
—Es un requerimiento —razoné bebiendo mi té y sirviéndome el desayuno. Días anteriores, mis comidas eran reducidas, mi estómago se había cerrado, pero con la prometida llegada de papá me encontré renovado. Acabé mi tocino y mis tostadas con mermelada a una velocidad que alegró a Alec.
—¿Segunda ronda? —ofreció sonriéndome y finalizando sus propios alimentos.
—Por favor.
Talvez mi buen ánimo también se influía con que hoy era sábado y al fin podía usar mi ropa normal, no el oscuro uniforme de Hogwarts.
—¿Así es cómo te cuidas en tus comidas, Harry?
Escupí mi té. Extrañé la voz burlona de mi padre. Giré y ahí estaba, de traje y corbata con capa negra, escoltado por el director y un hombre con pata de palo y monóculo. A papi no le había cambiado en esa semana ni un cabello, la eternidad que sentí que pasó en esos días estaba en mi cabeza.
—¡Papá!
La mesa de Slytherin fue quien inició la ola de silencio, en una muestra de respeto táctico por su señor, le siguieron las demás casas al constatar quien era el alumno que saludaba el extraño en el comedor.
—¡Tú-ya-sabes-quien!
—¿El papá de Riddle? ¿El mago oscuro?
—¡Por eso hay aurores! —esa fue Granger.
Alec se levantó a la par mío, dudando si saludar formalmente o permanecer en silencio.
—Mira, sus ojos son rojos —señalaron.
El susurro interminable dio su punto final al pasar papá los, efectivamente ojos rojos, por sobre el alumnado.
—Hola nené, escuché que tenías problemas para dormir —papá dio un paso hasta mí; puso su mano en mi mejilla a modo de saludo —. Pesadillas, sonambulismo y terror nocturno, el combo completo.
—Sí, papi —admití avergonzado.
—Sé que eres un hombre ocupado, Voldemort, pero Harry nos estaba asustando —explicó Dumbledore aproximándose a nosotros. No supe que hubiera sido peor, llamar a papá "Tom" o "Voldemort".
—No te preocupes viejo —dijo con mofa papito, volteando de medio lado para vernos a ambos. Papá soltó mi rostro —. Le traje al niño su medicina.
Vi que los aurores agolpados en la entrada se echaron a temblar al meter papá la mano dentro de su capa. De ahí, él sacó a un mágicamente reducido Ismael que recobró su tamaño habitual.
—¡Papá! —me sonrojé como una remolacha. Hubo una risa colectiva en el gran comedor a la que se unió el director, los aurores y, disimuladamente, papá —. ¡No necesito a Ismael! —e igual le rapé al hipogrifo de los dedos sujetándolo contra mi pecho. Había extrañado a mi Ismael.
—No tienes de que avergonzarte, todos dormimos alguna vez de niños con un amigo. Ahora, Dumbledore, enserio, ¿qué dice la medimaga? —nos señaló la mesa, indicándonos que nos sentáramos. Dumbledore accedió rodeando la mesa para quedar de cara a cara con nosotros, yo me senté en el puesto que ocupaba antes, papá volvió a pasear sus ojos en las mesas, los alumnos continuaban viéndolo —. ¿Y ustedes qué? ¿Les gusté?
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Harry Potter: El hijo de Tom Ryddle - Harry S. Riddle
FanficJames Potter retó a un duelo a Voldemort y perdió, en lugar de arrebatarle la vida, Voldemort decidió violar a su esposa. De esta unión violenta, de este ser malvado y cruel se engendró lo imposible: un niño inocente. No hay parejas (por ahora). Hay...