Harry Riddle.
Miré de reojo a la niña muggle. Pasó un día tras la última clase, donde el maestro me felicitó por mi mejoría, ella no dejaba de verme con odio y en mi interior la felicidad no disminuía.
Gané ayer y hoy continuaba ganando.
Papá no me acompañó, estaba ocupado con el asunto en el ministerio. Rodolphus vino conmigo y se quedó en la banca, ojeando un libro y echándome miradas esporádicas. Cuando terminara la clase, en cinco minutos, iríamos por una limonada en el Callejón Diagon.
—¿Por qué mejoraste tan rápido? Era divertido verte caer.
Miré a mi lado. La chica muggle estaba allí acariciando la melena del caballo que montaba. Ella hablaba con desprecio y fastidio.
No le hablé de los caballos de papá, no quería conversar mucho con esa tonta.
—¿Por qué crees que es divertido ver que yo me lastime?
—No es algo personal contra ti, siempre pasa con los nuevos —rio.
Eso me picó la curiosidad.
—¿Cuánto tiempo llevas practicando equitación?
Ella dijo que cada verano venía, pero cada verano me parecía una exageración.
—Desde que tengo uso de razón. El instructor es hermano de mi mamá.
—¿Tú eres su sobrina, la que va a Hogwarts?
—Esa es la otra hija de mamá.
—Ah. ¿En qué casa de la escuela está?
—No hablo con ella. Mamá engañó a papá y se separaron cuando ambas éramos bebés. Vivo con él a unas cuadras de acá.
—Ah —la miré con simpatía por un momento —. Siento lo de tus...
—No necesito tu maldita lástima, mocoso mágico —escupió. Eso me irritó de nuevo y no continué hablando. Ella no vio problema en dirigirme la palabra —. Lo que haces con el caballo no es tan impresionante, el animal hace todo. Ya quisiera verte sobre una bicicleta.
—... ¿qué es una bicicleta?
—¡¿Enserio?! ¿No hay bicicletas en el mundo mágico? ¿Cómo carajos se mueven ustedes?
—En escobas.
Ella me miró de forma rara.
—Claro, por supuesto —dijo con sarcasmo. No entendí su forma de hablar.
—Mañana muéstrame una bicicleta y te prestaré una de mis escobas.
—... es un trato, niño mágico.
—Me llamo Harry.
—... mi nombre es Iovanna.
No supe si fue por la bicicleta -que aún no entendía muy bien qué era- o por lo lindo que me pareció el nombre de la niña muggle, pero no dejaba de pensar en ese momento.
—Iovanna —susurré. De verdad era un nombre hermoso, le desentonaba a esa mocosa grosera.
—¿Amo?
Parpadeé y miré a Elena. Ella dormitaba junto a mí, desnuda. Tuvimos sexo hoy, igual que esta mañana, igual que ayer. Ya no era complicado entender a los adultos, si algo me hacía sentir así de bien, yo querría hacerlo a cada rato. Oh, y planeaba hacerlo cada maldito momento que tuviese disponible. Simplemente, era una sensación indescriptible.
—¿Alguna vez has escuchado de las bicicletas, Elena?
—No, amo.
—Hoy una compañera de equitación me habló al respecto. Mañana me va a mostrar una.
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Harry Potter: El hijo de Tom Ryddle - Harry S. Riddle
FanfictionJames Potter retó a un duelo a Voldemort y perdió, en lugar de arrebatarle la vida, Voldemort decidió violar a su esposa. De esta unión violenta, de este ser malvado y cruel se engendró lo imposible: un niño inocente. No hay parejas (por ahora). Hay...