Capitulo 11

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Los corredores de Hogwarts tomaban cierto aire tenebroso de noche que me recordaba terriblemente al castillo de papá. Extrañaba mi casa, el chalet ese en el que pasé las vacaciones estuvo genial, pero yo echaba de menos mi verdadera vida, no la que estaba dentro de una prisión con aire paradisiaco.

El fresco de la noche británico con rastros del verano era un chiste en comparación con el frío usual de mi hogar, no me afectó en lo más mínimo. Me atreví a salir al exterior del terreno, interesado en el baño de luz de luna que disfrutaba el Lago Negro. Yo no era tan idiota, ni estaba tan aburrido, como para colarme al Bosque Prohibido a explorar. Permanecería en los límites de lo seguro y jugaría en el pasto, aunque, pensándolo bien, el agua del lago sacudida por la brisa me hacía ojitos para que me introdujera en ella.

Papá nunca me habló del calamar gigante que habitaba en el Lago Negro, pero yo había escuchado que era «majo»; lo vi en persona las ocasiones en que lo alimenté, no parecía una creatura agresiva. Además, una escuela no... bueno, la escuela albergaba mortífagos, corruptos y pedófilos, una bestia come hombres no se salía de las probabilidades.

—Lo que sea —murmuré.

Total, con un hechizo de fuego debía bastar para alejar al Calamar si este se acercaba a mí, ¿no?

Retirándome mis sandalias de baño, me adentré en las oscuras aguas caminando hasta sentir que el agua me llegaba a la cintura. Con dos salticos me propulsé y me giré, quedando bocarriba, perfectamente acostado en el agua; ahí, balanceándome, me dediqué a mirar el cielo estrellado.

¿Tomé la mejor decisión? Tal vez no. De lo único que estaba seguro, era que mi decisión era la más peligrosa. Papá mencionó varias veces que la señora Potter podría querer raptarme, me tendría que asegurar de no recibirle nada de beber ni comer, así como examinar mis alimentos en el Gran Comedor. Pero fuera de lo tocante a mi madre, ¿qué más había para mí en Hogwarts?

¿Amigos? Realmente yo no sentía que Alec o Neville me hubiesen extrañado, ellos ni siquiera me escribieron en verano. ¿Estudio? Quizá el estudio, pero había más escuelas y tutores privados; mis alcances mágicos no requerían de teoría, pero papá seguía diciendo que la teoría era importante. Mmm, ¿qué más me ofrecía Hogwarts?

Su biblioteca era alucinante, debería pedirle una así a papá como regalo de cumpleaños.

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No debí tomar tanta ginebra en la cena. Je, me carcajeé entre dientes. Esos elfos domésticos son muy amables, mirar que atenderme hasta estas horas.

Sí, eran geniales, pero ellos debían descansar y yo también. Me tambaleé saliendo del castillo, mi casa y Fang me esperaban. Me prepararía un té caliente antes de... ¡Caramba! ¡Alguien se ahogó!

—Ya voy —grité inútilmente al presumible cadáver.

0oOo0

Calmado y mecido por las aguas, me empecé a atontar. Lo mejor sería no dormir allí, pero el cuerpo me pesaba. Yo me dormí antes en la piscina y en cada ocasión despertaba como si nada y bajo la atenta mirada de Barty, ¿sería más peligroso hacerlo en el Lago Negro y a solas?

Fui bruscamente sacado de mis cavilaciones al ser sujetado por mi pie.

—¿Qué...?

Quien fuese, me intentaba ahogar, porque mi cabeza se sumergió al agua. ¡¿Dónde estaba mi varita?! Grandioso, la dejé, papá iba a... oh, no me estaban ahogado, me sacaban cargado.

—Respira niño, ¡respira!

—Estoy respirando —me quejé tratando de incorporarme. ¿Quién era ese sujeto? —. Suélteme.

Harry Potter: El hijo de Tom Ryddle - Harry S. RiddleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora