Harry Riddle.
Después de regañarme por no haber almorzado (al parecer eran pasadas las dos de la tarde) y yo reírme de él porque los elfos nos trajeron dos almuerzos -o sea, papá tampoco había almorzado-, usé el escritorio de papá para comer y, al fin, deleitarme con mi gelatina. Papi me acompañó, sin embargo, él no probó su postre hasta no haber finalizado la carta misteriosa.
No se me ocurría el asunto de la misiva, ni estaba interesado en dedicarle un pensamiento. Estuve demasiado tiempo estresado por el destino de la señora Potter, no me molestaría en preocuparme por el pellejo de nadie más; no en un buen par de meses, al menos.
—¿Cuándo volveré a mis clases de equitación? —pregunté dejando mi platito vacío sobre la mesa. El escritorio fue despejado para la cena; papá lo ubicaba junto a la ventana, así que contábamos con una buena fuente de luz. La segunda silla fue transfigurada por papi para mí.
—Una vez te sientas mejor. E irás con Alec.
—Sí, él ya me dijo. Papá, ¿puedo quedarme a dormir en casa de...?
—No.
Parpadeé y lo miré ceñudo.
—No sabes de quién te hablo.
—No me importa —fue su respuesta cortante —. Dormirás bajo mi techo, si lo haces por fuera será conmigo en la misma habitación.
Eso me indignó.
—¡¿Por qué?!
—Por el mismo motivo que nunca te dejé pasar la noche fuera. Si quieres hacer una pijamada, que tus amigos vengan.
Hice un puchero.
—La mamá de Seamus le dijo que no, que tú dabas miedo.
—Entonces es un no.
—Pero, ¿por qué no? —exclamé, menos como un grito, más como una súplica exasperada.
—Por el mismo motivo que nunca has dormido fuera —repitió.
—¿Y cuál es? —chasqueé la lengua. Papá me dedicó una mirada —. Lo siento —musité.
Papi suspiró y se recostó en el espaldar de su silla.
—¿Te acuerdas de Lockhart?
—Sí.
—Ese tipo de sujetos se encuentran en todas partes, y a veces son mujeres. No dormirás en un sitio donde yo no sepa que estás totalmente seguro. ¿Por qué no invitas a Alec?
—Mmm... ya no quiero —sin embargo, en medio de mi mala cara, mis brazos cruzados y mi actitud malcriada, murmuré — Gracias.
En respuesta, papá me alcanzó una cucharada de gelatina. La recibí sintiéndome un poco mejor.
El resto del día fue tranquilo. Debido a mi episodio de mareo, no alcancé a revisar mi rostro frente a un espejo, pero lo hice antes de irme a dormir. Luna estaría feliz con la cantidad de morado, verde y amarillo en mi rostro, brazos y torso.
Contradiciéndome, invité a Alec el siguiente día, domingo, para que jugara conmigo ajedrez. Mi somnolencia continuaba, mas no me quedaba dormido en cualquier parte, lo que papá entendió como una buena señal y el lunes me permitió ir, en compañía de mi amigo, a la clase de equitación.
Me vestí con una sonrisita ansiosa. Hoy me encontraría con Iovanna. No olvidaba el beso de la última vez. Ojalá ella tampoco.
0oOo0
Voldemort.
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Harry Potter: El hijo de Tom Ryddle - Harry S. Riddle
FanfictionJames Potter retó a un duelo a Voldemort y perdió, en lugar de arrebatarle la vida, Voldemort decidió violar a su esposa. De esta unión violenta, de este ser malvado y cruel se engendró lo imposible: un niño inocente. No hay parejas (por ahora). Hay...