Inservible.

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Kate y Daniel estaban abrazados con el aun dentro de ella, que seguía en la misma posición sentada a horcajadas sobre el, Daniel acariciaba su espalda de arriba abajo y daba suaves besos sobre su hombro, la respiración de Kate era lenta y pausada, tenía los ojos cerrados y la cabeza apoyada en el hombro de él, se sentía en calma estaba muy cansada, como para pensar en lo que había hecho.

Daniel apartó el pelo de su cara poniéndolo detrás de su oreja y acarició su mejilla bajando hasta el cuello donde un moretón lo enrojecía, con dos agujeros profundos, detuvo su mano en esa zona acariciándola con los dedos, Kate gimió un poco al notar el roce de sus dedos, pero seguía con los ojos cerrados Daniel la miró y besó su mejilla deteniéndose al lado de su oído.

- Te quiero mucho Kate. - Susurró pero ella apenas pudo escucharle o contestar algo, porque estaba prácticamente dormida, realmente sentía paz dentro de ella, Daniel con sumo cuidado la recostó en la cama a su lado y Kate se aferró a la sábana tapando su desnudez, Daniel se acercó y besó su frente susurrándole un descansa para luego marcharse de la habitación para comprobar cómo estaba Lyon.

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Nick había desistido con la puerta del búnker, sabía que tarde o temprano tenían que salir, asi que esperaba pacientemente sentado en el jardín tomándose una cerveza, hacia ya varias horas que había amanecido, Nick miraba al cielo sumido en sus pensamientos.

Realmente estaba enamorado de Kate, pero.. cuando escuchó la voz de su madre, cuando la vio y la abrazó supo cuánto había deseado ese momento y que no podía volver a desprenderse de ella, era su madre, la misma que lo había protegido tantas veces de su padre, la misma que velaba sus sueños cuando estaba enfermo, la misma que había dado su vida para salvarles de una enfermedad, que les hubiera provocado una lenta muerte, el no podía ignorar aquello, quería mucho a Kate pero, quería más a su madre y sabía que si no hacían el ritual la volvería a perder y no estaba dispuesto a ello.

Pensó en Daniel, y en que cuando encontró los tres cadáveres en la puerta de la iglesia que claramente tenían su marca, supuso que estaría rabioso y sumido por los celos de que su madre no le hubiera abrazado a él y una vez más hubiera preferido a Nick.

Nick supuso que Daniel estaría por la zona de las colinas desfogandose, hasta que apareció en el búnker con Kate ¿Se había puesto de su lado? ¿El mismo que intentó matarla esa misma noche? No entendía nada, ¿Si no era movido por los celos, porqué Daniel no se había quedado con él y su madre? Una idea fugaz pasó por la mente de Nick, pero la deshecho agitando la cabeza, no, Daniel no podía estar enamorado de Kate, había intentado matarla, aunque claro él también, pero aquello era distinto, su madre estaba allí y se lo había pedido.

Pensó en la pelea que habían tenido el y Daniel, él había reconocido que Kate, nunca le importó ¿Por qué entonces la estaba protegiéndo?. Nick sintió una punzada de celos en su estómago, pero entonces un crujido lo saco de su ensimismamiento y giró la cabeza en su dirección para encontrarse con su madre.

- Hijo, he estado buscandote, tenemos que volver a la iglesia, las cosas han cambiado y Kate ya no nos sirve, no tiene sentido que estés aquí. - La voz de su madre era aterciopelada, a Nick le encantaba escuchar sus canciones antes de dormir, cuando era pequeño. Se alegró de que ya no tuvieran que sacrificar a Kate y sonrió por un segundo, hasta que se preguntó ¿Porqué ya no les servía ?

-¿Porqué Kate ya no sirve para el ritual, madre ? ¿Que ha cambiado?. -Nick se puso de pie, se sentía intranquilo¿A caso le había pasado algo? ¿Y si Daniel había fingido ayudarla, para luego matarla? Nick estaba alarmado, ahora que Kate ya no servía para el ritual, podría estar con ella, al menos hasta que se fuera al otro mundo.

- Bueno.. hijo, para el ritual no solo basta con ser la elegida Nick, también es necesario que seas puro, virgen .. ya sabes .. Kate .. Kate ya no lo es, lo siento Nickolas, cariño. - Nick se quedó inmóvil y se sentó en el suelo, sin poder mantenerse en pie ¿Ya no era virgen? ¿Cómo, cuándo, porqué? Entonces la imagen de Daniel pasó por su mente, Nick apretó los puños con fuerza y tensó su rostro, ese cabrón tenía que haberla engañado.

Nick se levantó y su madre trató de detenerle pero él se zafó, iba a acabar con Daniel, fuera como fuera, estaba cegado por la ira y los celos, bajo las escaleras al sótano y comenzó a golpear la puerta con toda su rabia, provocando que está se moviera.

-¡Daniel, hijo de puta, da la cara!

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Daniel estaba acariciando la cara de una Kate profundamente dormida, era preciosa, tenía la piel más suave que había tocado en su vida, entonces unos golpes empezaron a sonar por todo el búnker provocando que Kate se despertara de golpe y se apartara de Daniel agarrando la sábana con fuerza.

Se oyó la voz de Nick y ambos miraron a la puerta.

- Kate, tienes que vestirte tenemos que irnos ya. -Dijo Daniel, Kate asintió y se vistió todo lo rápido que pudo, se miró en el espejo para atar su cabello, cuando vio su cuello lleno de marcas de mordiscos, otro golpe sonó y Kate decidió dejar su cabello suelto ¿Cómo había podido dejarse llevar con ese monstruo? ¿Cómo había podido entregarle su virginidad, Kate se miraba en el espejo como si no se reconociera. Entonces Daniel entró en la habitación.

- Kate, Nick está furioso y va a tirar la puerta abajo, en el colegio hay otro búnker, tenéis que ir allí mientras yo entretengo a Nick. - Daniel se acercó y le tendió una llave a Kate, está le miraba sin saber que decir, Daniel se acercó a Kate al verla tan confusa pero ella se apartó, chocando contra la pared.

- Mira no se cómo lo hiciste anoche, pero no pienso volver a dejarte que me toques, eres un monstruo. - Kate le miraba con rabia. Daniel asintió y una rabia lo inundó, se sintió usado, Kate le había usado para olvidarse de Nick.

- No te creas tan importante gatita, solo lo hice para salvarte la vida, porque se lo prometí a Nick antes de que perdiera la cabeza, no lo he hecho porque te desee, así que puedes estar tranquila, no volveré a tocarte. - Daniel la miró con rabia y fue hacia la puerta de la habitación pero Kate tiró de su brazo para que la mirase.

- ¿Por qué se supone que me has salvado la vida? Yo.. no lo entiendo.. Y si ya estoy a salvo ¿Por qué me tengo que esconder?. - Kate estaba confusa, se percató de que seguía agarrando a Daniel y ambos bajaron su vista hacia sus manos, Kate lo soltó como si le quemará y fue incapaz de volver a enfrentar su mirada por lo que se mantuvo mirando el suelo.

- Tienes que ser virgen para que pueda hacerse el ritual, tu ya no sirves Kate. - Daniel cogió la barbilla de ella y subió su cabeza para que le mirase a los ojos. - En cualquier momento Nick va entrar por esa puerta dispuesto acabar conmigo, quiero que os escondais, porque no sé hasta qué punto Nick se conformará con partirme la cara y no podría perdonarme que fuera a por ti. .- Las palabras de Daniel se clavaron en Kate como un cuchillo, Nick lo sabía, entonces notó un mareo y Daniel la cogió de la cintura apretándola contra su cuerpo.

Kate se apoyó en el cuerpo de Daniel y sin poder evitarlo, movida por sus sentimientos rodeo su cuello y le abrazo hundiendo su cabeza en su aroma. Daniel un poco sorprendido la abrazó, separaron sus cabezas unos centímetros para poder mirarse a los ojos, los golpes contra la puerta se oían a lo lejos, Kate se perdía en la mirada azul de Daniel, provocando en ella un nudo en el estómago, Daniel juntó su frente contra la de ella y cerró los ojos.

- Me vas a hacer perder la cabeza, gatita. - Dijo Daniel con los ojos cerrados, rozando varias veces su nariz contra la de ella.

Kate sintió un calor subiendo por su cuerpo, quería resistirse, quería empujarlo lejos, pero no podía, era superior a ella, Daniel se había vuelto irresistible, su voz ronca, provocaba que su corazón se parase por unos segundos, rememorando lo que había ocurrido el día anterior, el calor que emanaba, le provocaba en ella unas ganas desmesuradas de sentirlo cerca, el la tocaba con tanta dulzura que simplemente no pudo evitar unir sus labios a los de el, olvidándose por un segundo de todo lo que la hacía estar lejos.

Si Te Grito En Silencio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora