Capítulo 17

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Un par de días después de la confesión de Aarón, Nikté se preparaba para ir a ciudad de México con él, aún no sabía cómo o en qué momento había accedido, solo que de pronto estaba haciendo la maleta para pasar unos días en la ciudad, había intentado por todos los medios evitar el viaje, pero no pudo hacerlo, todos se habían puesto del lado de Aaron diciendo que tenía que ir a revisión y tenían razón, pero no quería ir con él.

Cuando estuvo lista, salió de la habitación con la maleta y fue a donde escuchaba las voces de Miguel Ángel e Irina para despedirse de ellos, Aarón estaba con su tío en el estudio hablando de algo, ellos la vieron entrar con expresión seria y no pudieron evitar gastarle una broma.

—Da la impresión de que vas al matadero, cielo —le dijo Miguel Ángel cuando se acercó a darle un beso en la mejilla.

—Yo quería hacer esto sola —dijo Nikté sentándose a su lado

—Dudo que mi hermano te lo permita, cuñadita.

—¿Lo podemos amarrar y encerrar en un armario?

—No creo, pero puedes intentarlo. No sufras, no es tan malo como parece.

—Es mejor que vayas acompañada —Miguel Ángel tomó su mano y le sonrió—. Y él también tiene derecho de estar ahí.

—Lo sé, es que me abruma.

—¿No te gusta que tenga atenciones contigo?

—No es eso, es... —se quedó pensando en la confesión que le había hecho y suspiró—, no me hagan caso.

Irina iba a decir algo, pero en ese momento el susodicho apareció junto con Ángel y tomó la maleta de ella y la suya antes de decirle que ya se iban.

—Tengan cuidado y avisen cuando lleguen allá —les pidió Ángel, un momento antes le había dado a Aarón las llaves de su casa para que se quedaran ahí.

—Sí, tío, no se preocupen, volveremos lo más pronto posible.


El viaje al aeropuerto de Chihuahua fue tranquilo y Nikté pudo dormir una siesta de un par de horas, al llegar ahí, Aarón se hizo cargo de todo, algo que agradeció porque el lugar estaba abarrotado, había personas apresuradas y de mal humor por todos lados, en cierto momento alguien la empujó al pasar cerca de ella y estuvo a nada de caer, pero la rápida reacción de Aarón evitó que fuera a dar al piso.

—¿Estás bien, mi amor?

—Sí, hay mucha gente apresurada por aquí —respondió ella revisando su bolso para cerciorarse de que todo estaba en orden.

—Ese imbécil... —masculló antes de intentar ir tras el tipo, pero ella lo detuvo.

—Déjalo, no pasó nada, mejor vamos a tomar algo, me muero de sed.

—Dame un momento, voy a documentar el equipaje y te llevo a donde tú quieras.

Ella accedió y se quedó junto a él hasta que terminó para evitar más incidentes, después fueron a una cafetería, como ya era casi la hora de la comida pidieron un refrigerio y estuvieron charlando hasta que Aarón vio que ya faltaba poco para su vuelo.

Llegaron a ciudad de México a una hora temprana y fueron directo a la casa de Ángel. Nikté se sorprendió cuando Aaron le dio la dirección al taxista, pero no dijo nada, esperaría a preguntar cuando estuvieran solos, no quería iniciar una discusión delante de un desconocido.

—Eres tan transparente —le dijo él cuando estuvieron solos, dentro de la casa.

—No me digas —murmuró ella con los brazos cruzados.

Nikté entre el amor y el odioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora