Después de las presentaciones, Tessa y Eleazar los invitaron a pasar, dentro de la casa se sentía una calidez que Nikté solo había sentido en casa de Ángel y Miguel Ángel, Aarón también pensaba lo mismo, como había dicho antes, envidiaba a Eleazar, pero de una buena manera, él también quería llegar a formar un hogar así de cálido.
—Tienen un hogar hermoso, por dentro y por fuera —les dijo Nikté mirando a todos lados.
—Gracias —Tessa la tomó del brazo y la llevó al salón—. Ven, te voy a presentar a mis hijos.
Una niña de diez años estaba sentada en un tapete y entretenía a dos niños que por el gran parecido que tenían entre sí, era obvio que eran gemelos y junto a ellos estaba un enorme y peludo gato blanco con manchas amarillas, Nikté sonrió al verlos, la imagen era tan familiar que ella también sintió envidia por un momento.
—¿Ya me puedo ir, mamá? —preguntó la niña al verlos entrar—. Tengo que cepillar al señor bigotes.
—Sí, mi cielo, pero antes saluda a los invitados. Nikté, ella es mi hija, Eliza y esa bola de pelos es el señor bigotes.
—Hola —la niña le sonrió a Nikté y ella le devolvió el saludo.
—Hola, Eliza, que gato tan guapo tienes.
—¿Le gustan los gatos?
—Los gatos, los perros, las aves, todo, menos las arañas, ah, y los coyotes.
—Es verdad —dijo Aarón detrás de ella—, le tiene miedo a los coyotes. Hola Eliza.
—Hola.
—No le tengo miedo a los coyotes, simplemente no me gustan —murmuró Nikté mirando con molestia a Aarón.
Él sonrió y le dio un beso, Tessa frunció el ceño porque el gesto de Nikté le había recordado a alguien, pero lo dejó pasar y mandó a la niña a cepillar al gato en lo que la comida estaba lista y Eleazar dijo que él y Aarón estarían en el estudio y las dejaron solas, aunque en un principio Nikté se sintió un poco cohibida, después le fue muy fácil charlar con su anfitriona.
—Disculpa a mi esposo —le pidió Tessa—, hacía casi un año que él y Aarón no se veían, supongo que tienen mucho que platicar.
—No te preocupes, es solo que... no sé, es extraño conocer a los amigos de Aarón.
—No te preocupes, te entiendo, aunque tal vez te ayude saber que eres la primera mujer que él nos presenta.
—¿Hace mucho que lo conocen? —preguntó Nikté después de un momento.
—Yo lo conozco hace apenas un par de años, Eleazar desde que estaban en el colegio. Perdóname la pregunta —pidió Tessa con una sonrisa—, pero ¿cómo es que lograste que plantara a la bruja de Luciana?
—No fui yo —murmuró Nikté sonriendo a su vez al ver el gesto de desagrado de Tessa—, fue un bebé.
—¿Estás segura? Porque los vi varias veces juntos y él nunca la tocaba, ni siquiera de la cintura y contigo pareciera que no pude mantener las manos alejadas.
—En eso tienes razón, a veces tengo que pelearme con él para mantener mi espacio personal.
—Créeme que te entiendo.
Nikté soltó una risita y siguió platicando con Tessa, estaba encantada con los gemelos, mientras que uno se entretenía con su cabello, el otro se sujetaba de sus rodillas para mantenerse en pie y por más que su mamá los apartaba de ella, ellos insistían en acercarse.
—Lo siento —se disculpó Tessa mientras los llevaba al corral infantil y les daba unos juguetes—, nunca se comportan así con los desconocidos, creo que les agradas.
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Nikté entre el amor y el odio
RomanceCuando el corazón traiciona y estás entre el amor y el odio Ellos llevaban la culpa de un amor prohibido, Aarón y Nikté habían caido al infierno y se habian quemado en las llamas de la pasion y el deseo. Historia original. Prohibida la copia total o...