El aire fresco del anochecer calmó un poco los nervios de Nikté, después de que Aarón le quitara la sortija del dedo huyó de la terraza porque se había quedado con la mente en blanco, ahora pensaba en el hecho de que él estaba enterado de todo y se preguntaba, ¿desde cuándo? Tenía razón cuando le había dicho que estaban siendo manipulados por alguien y el principal sospechoso era Miguel Ángel.
El muy bribón, siempre pensó que había nacido en el lugar equivocado, habría sido un excelente cupido, suspiró y siguió caminando hasta llegar a un banco donde se sentó a esperar, estaba segura de que Aarón la seguiría y por esa razón no había ido a su habitación, era peligroso, ella era débil y él demasiado seguro de sí mismo.
A lo lejos vio como la luna empezaba a levantarse sobre las montañas y unas cuantas estrellas empezaban a titilar en el firmamento, se frotó los brazos y se quedó quieta al escuchar los pasos que se acercaban.
—¿Tienes frío? —le preguntó Aarón al ver que se abrazaba a sí misma.
—No, no es frío.
—¿Por qué te fuiste?
—¿Por qué no me habías dicho que ya sabías lo del divorcio? —respondió ella con otra pregunta.
—¿La verdad? No sé, me lo dijo Miguel Ángel el día que llegué aquí, buscándolos. Me sorprendió saberlo. Durante dos meses pensé que había seducido a la esposa de mi primo...
—Así fue.
—En ese momento ya estaban divorciados, Nikté, así qué...
—¿Ya no te sientes culpable?
—La única culpa que siento es por no haber hecho las cosas bien desde el principio y por haber dudado de ti.
Ella se levantó y se alejó un par de pasos antes de voltear a verlo.
—Aarón... ¿No te has puesto a pensar...?
—¿En qué, corazón?
—En todo esto, es... extraño. ¿Qué va a decir la gente...?
—No me importa lo que digan los demás, no me arrepiento de lo que pasó, ni de que estés embarazada, amo a mi hijo desde el momento que supe de tu embarazo y me di cuenta de que yo era el padre y no pienso renunciar a él, ni a ti, ya te lo dije.
—Solo quieres al bebé —murmuró ella.
—No, a ti también te quiero, aunque no me creas, eres muy importante para mí, algún día, cuando estés preparada te diré cuánto.
Ella se quedó sin saber qué responder, pero lo miró a los ojos y pudo ver en ellos determinación y algo más a lo que no pudo ponerle nombre. Negó con la cabeza y le dijo que iría a preparar la cena, Aarón la dejó ir no sin antes tomarla de la cintura para darle un beso cargado de pasión y promesas. Nikté se colgó de su cuello y respondió con ímpetu porque no tuvo la fuerza necesaria para resistirse.
Él la apretó fuerte y la sujetó del cuello enredando los dedos en el cabello, dejó sus labios y bajó dejando besos por el cuello y mordiscos el hombro, lo suaves gemidos que ella soltaba casi lo hicieron tomarla en brazos para llevarla a la habitación, pero un sonido distante lo volvió a la realidad, poco a poco la soltó, dejó un último beso en sus labios y la dejó ir.
Un momento después volvió a la terraza para seguir charlando con su tío y su primo, quería planear una excursión a unas cabañas que estaban a un día de camino, pero quería saber si Miguel Ángel se sentía bien y con ánimos de ir.
Ese mismo día, unas horas antes, Mara llegó a la oficina buscando a Aarón, pero él ya no estaba y la secretaria le dijo que ella no sabía de su paradero, así que tuvo que esperar a que Esteban la recibiera lo que sucedió casi un ahora después, y cuando al fin pudo pasar a la oficina, estaba de muy mal humor.
ESTÁS LEYENDO
Nikté entre el amor y el odio
RomanceCuando el corazón traiciona y estás entre el amor y el odio Ellos llevaban la culpa de un amor prohibido, Aarón y Nikté habían caido al infierno y se habian quemado en las llamas de la pasion y el deseo. Historia original. Prohibida la copia total o...