Al día siguiente, Nikté y Aarón salieron por la mañana para ir de compras y después directo al aeropuerto, como se le había hecho costumbre tener el teléfono apagado no supo de la visita que había tenido Esteban en la oficina hasta que llegaron a Barrancas de cobre casi por la noche.
Manuel llegó a la oficina a primera hora, pensando cómo le diría a Aarón Navarro lo que pasaba, pero no lo encontró a él, si no a su padre, la secretaria no sabía si anunciarlo o darle una cita, pero al presentarse con el nombre de su empresa, enseguida lo anunció y Esteban, al relacionar el apellido, no dudó en recibirlo.
—Adelante, señor Balam —Manuel siguió a la mujer hasta la oficina donde lo recibieron.
—Gracias, Rosa —murmuró Esteban—, no me pases llamadas, por favor.
—Sí, señor.
—Siéntese, por favor —le pidió Esteban a Manuel cuando la secretaria los dejó solos—. ¿En qué puedo ayudarle?
—Esto es difícil para mí, Navarro, tal vez piense que estoy loco y es muy posible, pero también estoy desesperado, hace veintiún años mi hija mayor fue secuestrada y es posible que ahora sea un miembro de su familia.
—Está hablando de Nikté, ¿verdad?
—Sí, ella, es que... son muchas las coincidencias, tiene el mismo nombre y la edad de mi hija y el apellido.
—¿Cómo lo sabe?
—Yo... he estado investigando —Manuel había estado a nada de nombrar a Renata, pero prefirió omitir que ella era su sobrina.
—Entiendo, ¿sabe quién se llevó a su hija? Perdone la pregunta, pero...
—Está bien, lo entiendo, yo haría lo mismo en su lugar. La mujer que se llevó a mi hija es hermana de mi esposa. Lo hizo por venganza, le teníamos confianza, no sabíamos la clase de persona que era.
—¿Qué fue lo que pasó? —preguntó Esteban.
—Mi esposa estaba por dar a luz a nuestra segunda hija y le pedimos a mi cuñada que cuidara de Nikté un par de días, pero no volvimos a verla, robó una fuerte cantidad de dinero y joyas, dejó una carta y se fue con la niña y con su hija.
—¿Sabe cuáles fueron sus motivos?
—Le tenía envidia a su hermana, quería lo que ella tenía. En la carta decía que lo quería todo, la hijas, el esposo y el dinero, todo. Me dio un ultimátum, me divorciaba de mi esposa o no volveríamos a ver a Nikté. Como no cedí al chantaje cumplió su palabra.
—¿Cómo se llama esa... belleza de persona?
—Akal Romo.
—Pero... la tía de Nikté se llama Margarita o eso me dijo mi hijo.
—¿Qué es lo que sabe de ella?
—No mucho, en realidad, solo lo que me dijo Aarón anoche.
Esteban le dijo a Manuel todo lo que sabía y al final, estuvo de acuerdo con el hombre, eran demasiadas coincidencias como para pasarlas por alto y podía entender su desesperación, así que, después de pensarlo un poco, decidió llamar a Aarón, pero ya no pudo contactarlo, había apagado el teléfono.
—Ya debe ir de camino a Barrancas del Cobre —murmuró pensando qué hacer.
Manuel se pasó las manos por el rostro recordando lo que le había dicho Renata y Esteban, al verlo así, marcó el número de teléfono de su hermano para que le dijera a Aarón cuando llegara que se comunicara con él de inmediato.
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Nikté entre el amor y el odio
RomanceCuando el corazón traiciona y estás entre el amor y el odio Ellos llevaban la culpa de un amor prohibido, Aarón y Nikté habían caido al infierno y se habian quemado en las llamas de la pasion y el deseo. Historia original. Prohibida la copia total o...