Irina observaba con atención hacia la villa, se había despertado con las energías renovadas y había ido a buscar a su hermano, pero él no le abrió la puerta, así que, pensando que seguía dormido, decidió ir a vigilar por los alrededores de la villa, por fortuna para ella el mirador estaba cerca porque de esa manera no levantaría sospechas y podía mezclarse entre los paseantes que andaban a esa hora del día por ahí.
Su cámara fotográfica le ayudaba un poco y también los binoculares, tenía varios minutos fingiendo que observaba a un par de aves que volaban por encima de la propiedad para fortuna de ella, así no parecería tan sospechosa. Había visto movimiento dentro de la casa, Celia y Mirna estaban ahí, pero nadie más, por un momento pensó que se habían equivocado y que Nikté no estaba ahí y estaba por irse cuando un auto apareció por el camino que llevaba a la villa.
Cuando se acercó más pudo ver que era un taxi y que al llegar, los fugitivos bajaban. Sonrió y siguió observando a las aves por unos minutos más hasta que se alejaron, entonces guardó sus cosas y volvió al hotel.
Un golpeteo insistente despertó a Aarón, abrió los ojos pensando que era de noche y murmurando que le apretaría el cuello a Irina si era ella, pero la claridad que entraba por la ventana lo sacó de su error, vio su reloj y se bajó de un salto de la cama, el golpeteo en la puerta seguía y fue a abrir para encontrarse con su hermana que lo miraba con una sonrisa.
—¡Hermanito! ¿Te quedaste dormido?
—Es muy temprano para estar aguantando tus burlas, Irina.
—Nos despertamos gruñones por lo que veo, pero te perdono porque sé que no lo estás pasando bien. Y ya es tarde.
—Lo siento —Aarón fue a sentarse a la cama, seguido de su hermana que entró y cerró la puerta—. Estaba muy cansado y me quedé dormido nada más toqué la cama.
—Lo sé, te estuve tocando la puerta hace un par de horas, pero no te disculpes, además te tengo una noticia.
—¿Qué?
—Mientras tú dormías a pierna suelta, yo me fui a hacer trabajo de investigación.
—¿Qué quieres decir con eso?
—Estuve cerca de la villa, y ¿a quién crees que vi?
—¿Nikté? —la mirada de esperanza de Aarón hizo sonreír más a Irina.
—Así es, ella, Miguel Ángel y el tío iban llegando.
—¿Apenas?
—No creo, no traían equipaje, solo unas bolsas de viaje pequeñas, tal vez fueron a algún lugar cerca de aquí.
—Gracias al cielo que están aquí.
—Sí, ¿qué piensas hacer ahora?
—Voy a ir a hablar con Miguel Ángel.
—¿Y Nikté?
—Sé que debo hablar con ella también, pero antes necesito saber por qué Miguel Ángel no nos dijo lo que estaba pasando.
—Tienes razón, es muy extraño, ni siquiera papá estaba enterado, el tío Ángel y él siempre han sido muy unidos.
Aarón asintió y le dijo a su hermana que se daría un baño antes de ir a comer algo, después se presentaría en la villa, tenía muchas cosas que hablar con su primo, confesiones que hacer y disculpas que pedir.
Nikté estaba lista para salir, desde que habían vuelto a la villa se sentía muy inquieta, Ángel le había dicho que fuera a dar un paseo, al principio se resistió un poco, pero después pensó que tal vez era lo mejor, así que decidió ir al mirador que estaba cerca de la villa, por fortuna para ella el camino que utilizaban los turistas estaba a unos metros de la propiedad, unos minutos después, se unió a un grupo de paseantes que pasaban por ahí, se despidió de los hombres y se puso bien el sombrero para protegerse del sol.
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Nikté entre el amor y el odio
RomanceCuando el corazón traiciona y estás entre el amor y el odio Ellos llevaban la culpa de un amor prohibido, Aarón y Nikté habían caido al infierno y se habian quemado en las llamas de la pasion y el deseo. Historia original. Prohibida la copia total o...