ocho

1.1K 175 5
                                    

“Ero sennin”

Me encantaría decir que finalmente estaba en casa descansando, pero no era cierto. Después de la misión, me tomé unas horas para dormir y reponer chakra; ni siquiera me molesté en contarles a mamá, papá o a Shikamaru sobre la misión, que había sido un fracaso.

Eran las cuatro de la mañana en Konoha, y no había nadie despierto, excepto los ANBU que rondaban la Torre Hokage. Miré al lugar al que estaba a punto de entrar, la oficina de papá, donde mamá guardaba todos los papeles importantes.

—Bueno... El que tenga miedo a morir, que no nazca. —Afirmé en voz alta al abrir la puerta, consciente de que no podía hacer mucho ruido, ya que podría despertarlos en cualquier momento. Había miles de carpetas importantes, así que saqué una cuyo nombre era Uchiha Shisui. ¿Por qué papá tiene esto de un Uchiha?

También agarré cualquier cosa que tuviera relación con la tía Shikaki, supuse que con eso sería suficiente. Fue un robo corto pero no fue nada fácil. Cuando miré el reloj, ya eran las cinco; papá despertaría pronto.

Tomé todo eso entre mis manos antes de salir del lugar, di un último vistazo para confirmar que todo estaba en su lugar. Luego, corrí hacia mi cuarto; no revisaría los papeles en ese momento. Primero, tendría que averiguar qué clase de Jutsu de sellado tenían. Sé que papá no es tonto; seguramente, apenas abriera eso, sería afectado por algún genjutsu o algo por el estilo.

Guardé debajo del colchón de mi cama todas las carpetas para luego volver a mi cómodo lecho y tomar otra siesta de un par de horas.

...

—Hikari-sensei, te juro que no me he metido en problemas desde la última vez. ¿Por qué vamos con la Hokage? —Nuevamente me había despertado de mi siesta, y estaba de muy mal humor.

—Escucha, Kiyomi, necesito que pase lo que pase aquí, te quedes con Naruto. —La miré confundida mientras subíamos las escaleras de la Torre Hokage, y afuera había un par de sapos, tal vez eran de Jiraiya-sensei.

—¿Me dirás lo que pasa? —Ella negó mientras abría la puerta del despacho de Tsunade-Dama, donde estaban Sakura, Sai, Shizune, cuatro sapos y la misma Hokage; todos estaban ahí. —Le juro que yo no tomé ningún papel.

Las tres mujeres mayores fruncieron el ceño mientras parecía ser un asunto de gran magnitud, y me sentí intimidada.

—Kiyomi, por favor quédate ahí y no hagas nada hasta que llegue Naruto. —Me ordenó la rubia; no repliqué, hice exactamente lo que ella pidió, al igual que Sakura y Sai, que tenían sus ropas civiles. ¿Entonces no es una misión?

Unos segundos más tarde, Naruto entró acompañado de Kakashi-Sensei, y el ambiente era incómodo, incluso triste, se podría notar a kilómetros. El Uzumaki llevaba su ropa de siempre, excepto su banda ninja; seguramente, él también acababa de levantarse. Dio un paso adelante.

—¿Es el estudiante de Jiraiya-chan? —Preguntó el sapo más pequeño, una capa rodeaba su cuerpo y algo de pelo adornaba su cara. Me sorprendió la forma en que nombró a Jiraiya-sama.

—Sí, es Uzumaki Naruto. El "chico de la profecía" que mencionaste. —Mire al rubio con curiosidad, pero él tampoco parecía entender nada.

—¿Una rana vieja? ¿Qué mierda? —Él miró con superioridad a la rana mencionada, y debo admitir que usé todo mi autocontrol para no reír.

𝐑𝐔𝐁𝐈𝐎.- Uzumaki NarutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora