veintiocho

759 113 3
                                    

Respiraba con dificultad mientras estaba arrodillada en el piso, mi visión era completamente borrosa, pude sentir como gotas desendian de mis ojos, no era lágrimas. Era sangre, todo mi cuerpo temblaba, estaba desesperada.

—¡Ryu! ¡No veo! —Grité intentando encontrarlo sin embargo no podía ver.

—Lamentablemente esos son los efectos de usar tus habilidades. —Toque mis ojos intentando inútilmente devolver mi visión, sabia que era imposible. —¿Recuerdas lo que dijimos del Mangekyo Sharingan?

Solo mediante el trasplante de otros ojos qué contengan el Mangekyo Sharingan la visión puede restaurarse. "

Mierda... —Hable para mi misma, los Uchiha estaban casi extintos y yo no me atrevería a quitarle los ojos a alguien.

—Lamento lo que estoy a punto de hacer Kiyomi.

—¿Qué? —Un hermoso canto me hizo olvidarme de mi visión, pude ver nuevamente mis manos. Tal vez toso había sido un mal sueño, pero no era así. Me encontraba en el Jardín de las estrellas todavía.

Las luces tenues de los faros tan resplandecientes me obligaron a cerrar los ojos nuevamente. Entonces un dolor se instalo en mi garganta, como si fuera a vomitar, me arrodille en el piso tocando mi boca para evitar cualquier situación asquerosa.

—¿Q-qué es esto? — Dije con dificultad, pronto me fue imposible retener cualquier tipo de náuseas pues de mi garganta salio un cuervo ¿Un cuervo?

Lo escuche graznar cuando de pronto todo era borroso de nuevo ¿Un genjutsu? — Supongo que todo salio bien. —Tosi mientras escupida plumas. —Bueno, ese cuervo qué acabas de ver es el que te mencioné, no puedo hacer nada por ti aquí. Por eso debes regresar a Konoha.

—¡Ryusei, espe-! —Pronto sentí unos brazos rodear mi cuerpo y un conocido olor a ramen me inundó. —¿Naruto?

—¿Kiyomi? —Escuche la voz de la hokage.

Omnisciente

—¿si? —Pregunto la azabache mientras intentaba tocar el rostro de Naruto.

—Kiyomi-Chan tus ojos... No tienen brillo. ¿Qué te pasó? —Cuestióno admirando sus - ahora sin vida- pupilas qué había consumido su iris café.

—Kiyomi ¿que paso allá? —La joven tenia su visión completamente distorsionada, únicamente veía manchas de distintos colores.

—¿Cuanto tiempo me fui?

—Siete horas. —Escuchó la voz del hatake.

—¿Por qué te sigue ese cuervo? —Cuestióno la Senju.

—Tsunade-sama, necesito un trasplante de ojos. —Los sonidos de sorpresa no se hicieron esperar.

—¿¡Acaso estas loca?! ¡¿quieres que te quitemos tus ojos?! ¡Tienes un sharingan! —Sorpresivamente asintio.

—Es por eso que necesito un transplante. Perdí la visión casi al completo la visión por abusar del Mangekyo Sharingan. Ese cuervo del qué hablan tiene los ojos de Uchiha Shisui. —Afirmó. La Uzumaki asintió ante su petición.

—Si es lo que quieres, yo lo haré. Tsunade-sama tiene muchas ocupaciones actualmente.

—¿Cuánto tiempo falta para la guerra?

—Podría empezar cualquier día.

—Bien, entonces tenemos que empezar ya. —Naruto bajó a la chica de sus brazos para que esta tocara el suelo, su maestra tomo su mano para guiarla hasta donde se haría aquella operación.

.
.
.

—¿Una misión? —Preguntó la Nara a su padre. —¿De rango S? ¿Y estas diciendo que nos enviaran a Naruto y a mi?

—Lo entendiste perfecto. Naruto, Yamato y tu irán a un lugar en la regíon de la Aldea oculta entre la nube. Es un lugar en donde se cumplirá la profecía que le dijo el Gran anciano a tu novio. —Le explico el mayor.

—Pero, la guerra esta muy cerca de comenzar. ¿Como vamos a ir ahí?

—Aunque así fuera, tu no puedes luchar en tu estado actual. —Ella se mordió el labio, era cierto después de todo, solo seria inútil si ni siquiera podía ver.

—Bien 'pa. No fallare en la mision. —El hombre sonrió antes de irse cerrando la puerta del cuarto de su hija. - ¡'Ma! —La llamó la azabache.

—¿Que pasa Kiyomi? ¿Por que gritas? —Yoshino se adentro en el cuarto de su hija menor mientras secaba su manos con su mandil.

—Papá dijo que tengo que ir a una misión en un lugar cercano a Kumogakure y necesito ropa. —Habló en un intento de que su madre captará lo que quería decir. —¿Podrias darme un par de mis prendas ninja?

La Nara mayor suspiró para luego asentir aunque la niña no la viese.

—Bien...

En la planta baja de aquella cada provisional se encontraba Shikamaru quien intentaba comer su comida, estaba presionado y mucho más ahora que su hermana tampoco pelearia. Según los informes, sus ojos actuales fueron aquellos que obligaron a Uchiha Shisui a acabar con su vida.

Estaba preocupado, si Madara descubriese qué aquellos ojos eran del fallecido Uchiha, Kiyomi también se encontraría en peligro, esos ojos eran especiales por tener el genjutsu definitivo. Solo haría falta un descuido y entonces... Negó con su cabeza para apartar aquellas ideas cuando escuchó el golpeteo de la puerta.

Se levantó de su silla para abrir puesto que su madre estaba arriba ayudando a su hermana. —¿Eh? ¿Naruto? —Cuestionó cuando encontró al rubio con una mochila en su espalda.

—¡Oe, Shikamaru! Vine por Kiyomi-chan, la abuela me dijo que la misión se adelanto así que tenemos que irnos ya. — Afirmó con felicidad por que seria su primer misión de rango s - por lo menos oficial-.

—Mendokuse, esta arriba con mamá. Ya baja. —Le aviso mientras salía de casa para hablar con el rubio. —Oe, Naruto.

—¿Uh?

—Quiero que cuides bien a Kiyomi. —Su mirada se torno sería.

—¿Qué dices Shikamaru? ¡Yo siempre la cuido dattbayyo! —El Nara nego.

—No me refiero físicamente, se que puedes hacer eso. —El Uzumaki miro con confusión a su amigo.—Ustedes están en una relación ¿no?

—No puedo mentirte Shikamaru, eso es cierto. —Rascó su nuca apenado.

—Quiero que la cuides en ese sentido, es muy fastidioso decírtelo, no quiero hacer la típica escena donde te amenazo con un Kunai para que no te atrevas a serle infiel o algo así. —El rubio trago saliva. —Pero no lo hagas por que aunque seas el héroe de Konoha, si le haces daño voy a clavarte un kunai en el peor lugar que puedas imaginar.

—Hai, Hai. —Movió sus manos con nerviosismo mientras reia.

—Hablo en serio. —Aquella corta conversación fue interrumpida por cierta azabache que gritaba sus nombres. —Prometelo.

—Prometo nunca hacerle daño, de una manera de que no le guste. Ya sabes shikamaru hay chicas a las qué les gustan las cachet... ¡No, espera!¡ERA BROMA, SUELTA EL KUNAI!

𝐑𝐔𝐁𝐈𝐎.- Uzumaki NarutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora