cincuenta y nueve

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—Y dicho esto, los resultados de Boruto son, en general, excelentes. —Me informó Shino, mi hijo sonrió con orgullo mientras colocaba sus brazos detrás de su cabeza. El Aburame chasparreo. —Sin embargo, su actitud en clase no fue especialmente destacable.

—Bueno, no nos fijemos en eso... -Pidió el rubio moviendo sus manos negando.

Suspire. —Este niño...

—En todo caso, no tengo ninguna objeción. —Boruto y yo sonreímos. —Por cierto, ¿Qué tipo de Ninja quieres ser, Boruto?

—¿Qué tipo? —Se cuestionó mi pequeño, supuse que nunca lo había pensado.

-—Bueno, me refiero a que quieres hacer, que quieres ser... —El Uzumaki miro hacia arriba probablemente pensando.

—Pues ahora que lo pienso, tampoco es que quiera serlo. —Shino y yo soltamos un sonido de sorpresa.

—¿Y lo dices a estas alturas? Los exámenes están cerca.

—Eso es cierto, cariño. —Mencioné, mi hijo recargo su mejilla sobre su palma.

—Para empezar, entre aquí para superar a mi papá y dejarlo sin argumentos.

—¿Eh? ¿Para empezar?

—En fin, ya pensaré en algo. No por nada soy un alumno ejemplar. El examen de graduación será pan comido para mi. —Puse una cara de frustración, si bien el examen de graduación de antes era hacer un simple clon, en la actualidad todo se había complicado. Naruto me había comentado que Kakashi-sensei y Hikari-sensei estarían involucrados en ello, y eso era peligroso.

—Eso es todo por hoy, Boruto, Kiyomi. —Me levanté de mi asiento con mi pequeño imitando mi acción.

—Arigato, Shino. —Hice una pequeña reverencia para luego salir de la oficina.

—Mamá. —Me llamó. —¿Por qué te hiciste Ninja?

¿Por qué me hice ninja? Supongo que aquellos momentos no teníamos muchas opciones además de salir a proteger nuestras aldeas.

—Hablaremos de eso en casa ¿bien? —Acaricie su cabello con cuidado, me mostró una sonrisa. —Ve a clase antes de que Shikadai venga por ti.

—¡Hasta luego ma! —Se despidió para luego salir corriendo, lo vi perderse entre los pasillos.

Solté todo el aire qué retenían mis pulmónes, Boruto era muy parecido a su padre no solo físicamente por que ¿a qué niño se le ocurriria pintar los rostros hokage?

Salí de la academia divagando entre mis pensamientos, iría camino a casa, Sei aun se encontraba con mamá, estaba en buenas manos. Caminé por los las calles de la aldea, las cuales ahora eran mucho más urbanizadas que hace años. Golpeé una piedra que había en el suelo antes de notar como frente a mi se hallaba una persona.

Levante la mirada, mis ojos se posaron en su mascara. —Kiyomi-Sama. —Me llamó aquel anbu. —Nanadaime-sama solicita su presencia en la torre hokage. —Informó.

—¿Ahora mismo? —Asintió. —Bien, muchas gracias, Hinata. —Sin decir nada más, desapareció de mi vista.

¿Qué pasaría con Naruto?

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El examen de graduación seria una prueba comandada por Hatake Kakashi y Hatake Hikari, consistía en quitarles dos cascabeles. Ambos habían prometido únicamente aprobar a aquel estudiante qué lograse quitar uno de los cascabeles, sin embargo no les creía ni un poco.

Suspiré sentándome en el sillón que Naruto había pedido colocar solo para que yo pudiese pasar tiempo con el. Me gustaba aprovechar cuando Sei estaba con mamá.

𝐑𝐔𝐁𝐈𝐎.- Uzumaki NarutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora