-¡Niños! - Llamó la mujer adentrandose en su casa, sacudió sus manos cubiertas de tierra pues había impartido una clase de taijutsu en la academia. -¡Ya llegué! -Anunció sentándose en el escalón de la entrada para retirar sus zapatos.
-Los niños están con tu mamá. -Escuchó la voz de su esposo. Miró levemente de reojo al rubio.
Sus ojos curiosos pero apenas visibles para Naruto chocaron entre sí, solo ella, solo ella podía leer más allá de esa fachada que mantenía todos los días.
Siendo el hokage aparetaba ser fuerte y siempre era correcto, pero Kiyomi lo conocía, estaba cansado, probablemente no solo del trabajo, también se arrepentía de no pasar tiempo con ella y sus hijos.
-Hola. -Saludó con un hilo de voz.
Ninguno sintió vergüenza por el estado actual del mayor, no usaba camisa, solo una pequeña bata de baño naranja y nos boxers negros.
La Uzumaki se levantó para caminar hasta él, lo envolvió en abrazó que claramente aceptó. Aspiró su aroma, olía a perfume de hombre pero mezclado esencia de bebe, ramen, cremas y jabones.
El rubio depositó un beso en su frente con delicadeza, sostuvo sus suaves mejillas entre sus grandes manos y como siempre sus ojos se conectaron.
La misma típica conexión mediante la cual podrían saber que tan cansados mental o físicamente se encontraban.
-¿Qué tal su día, Hokage-sama? -Cuestionó mientras él acomodaba diversos mechones de cabello detrás de sus orejas.
Naruto pudo sentir algo removerse en su cuerpo ante el apodo, le gustaba mucho y una sonrisa zorruna se hizo presente. Solo eso fue suficiente para que Kiyomi entendiera sus intenciones.
-Fue bueno, no tanto como lo es ahora. -Los dedos se posaron en las firmes caderas de su esposa.
-Por lo que veo te bañaste y no me esperaste. -Reprochó luego de notar que únicamente estaba cubierto por una bata de baño. -Eso es malo.
-¿Si? -Sus cuerpos se acercaron al otro con una sonrisa en los labios de ambos.
Sin esperar mucho, ambos compartieron un beso qué probablemente los hizo viajar a años cuando eran solo unos adolescentes ingenuos.
Uno que probablemente si tenia la intención de llegar a más, probablemente porqué en cuestión de segundos, ambos estaban sobre el sofá con sus prendas sobre el frío suelo de la casa.
Entonces sabían de antemano lo que pasaría, sin ni una poca pizca de miedo, mejillas rojas y ojos brillosos continuaron.
Él la amaba en cualquier momento, con el cabello ordenado, corto, mal acomodado, con ropa, sin ropa (a que la preferia de esta última manera). Ella lo adoraba como si fuera un dios, su dios, era el cielo, el sol, la mejor cosa que sus ojos pudieran admirar.
Nunca lo decía, solo en momentos como ese, la verdad es que Naruto no podía evitar ocultar su fanatismo por esos cariñosos apodos, es decir, aun tenia un par de traumas de su niñez cuando todos lo despreciaban y lo único que lo hacía continuar eran los halagos de esa niña.
-Naruto... -Gimió ella cuando el roce de piel con piel apenas y era soportable, sus ojos entrecerrados le rogaban que continuase.
-Como órdenes ttebayo. -Ella tuvo que cubrir su boca para no hacer tanto escándalo, los vecinos estaban más que enterados que esa era la casa del hokage y no tenía muchas ganas de que todos escucharan sus obsenos sonidos.
Las risas burlonas salieron del Uzumaki mientras sus propias gotas de sudor y el agua que aún goteaba de sus rubios cabellos mojaban el rostro de su esposa.
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𝐑𝐔𝐁𝐈𝐎.- Uzumaki Naruto
Fanfiction[↻ 🍒🍜 ] Voy a protegerte aunque me cueste la vida, por que te amo, Rubio. Donde Naruto esta enamorado de Kiyomi y viceversa. Donde Kiyomi solo quiere que Naruto le preste atención a ella. Naruto quiere vivir en un mundo pacífico para poder tener...