treinta y siete

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"Uchihas."

Naruto terminó de destruir la barra con un Rasengan, al mismo tiempo, Madara invocó una especie de estatua que no tardó demasiado y terminó por absorber al Yonbi. Su Jinchūriki cayó al suelo, y dejé a Naruto a su lado.

Caí de rodillas mientras respiraba con dificultad; la sangre seguía brotando de mis brazos y mejillas. Caminé hacia él con dificultad, dejando un rastro carmesí.

—Arigato, Kiyomi-chan. —Estaba aún más agotado que yo, ya ni siquiera usaba el manto del Kyubi. Miré sus ojos azules, y él me miró a mí. Estaba en el suelo; tomé su mano con la mía y nos miramos a los ojos.

—Naruto... —Asintió, y sus ojos se cerraron durante unos segundos; luego volvió a abrirlos, ahora mostraban determinación, estaba listo para volver a pelear.

—¡Vamos, Kiyomi-chan, viejo Bee!

—¡Hai! —Activo mi Sharingan; sería una batalla complicada.

—Como somos trío, me pongo al frente. Dejarlos primero no sería diligente. —Naruto se levantó ante esa afirmación.

—Bee, Hachibi, Kiyomi-chan, ustedes están heridos. No importa quién apoye o quién se ponga al frente. ¡Vamos juntos! Después de todo, ambos somos dúos, ¿no? —Tomó mi mano, pero al mismo tiempo, supe que no se refería a mí. Pude sentir un chakra más poderoso dentro de él. —¡No te enojes, Kurama! Bien, bien, somos tríos, tríos.

—Naruto... ¿acaso tú y Kyubi...?

—¡A nosotros todavía nos queda un montón de fuerza! —afirmó.

Tan pronto como dijo eso, su ropa cambió; su chaqueta se abrió, y su cabello se erizó, nuevamente tenía esa aura amarillenta que ahora formaba una capa similar a la que usan los Hokage.

Sé que no es un buen momento para decirlo, pero Dios mío, Naruto se ve jodidamente bien. Mierda, ojalá me pegu...

—¡Vamos, Kiyomi! —Sacudí la cabeza cuando lo vi posicionarse frente a nuestros maestros, aún tomándome de la mano, desviando las Biju Dama que formaron las bestias con cola. ¿Cuándo llegamos aquí?

Sin darme cuenta, Hikari-sensei, Guy-sensei, Kakashi-sensei y yo estábamos dentro del Kyubi que fue formado por puro chakra. Basta, debo dejar de distraerme con Naruto. Creé un clon que me dejó aún más embobada. Encontró con rapidez la ubicación de todas las barras de los Biju.

—¿Rin? —Escuché detrás de mí, me giré para mirar a Kakashi-sensei, quien estaba pasmado.

—¿¡Quién rayos es Rin?! —Madara también me había llamado por ese nombre.

Volví a fijar la mirada en la batalla; el resto de las bestias crearon una gran Biju Dama que Naruto logró contrarrestar con el mismo ataque. Abrí la boca con sorpresa.

—Deja de babear, Kiyomi. —Me regañó mi maestra, para luego curar mis malheridas. —Tu cabello...

—Fue Madara. —Le dije mientras sentía calidez en mi cuerpo.

Naruto logró quitar las barras del cuerpo de los Biju, y con ello, el chakra del Kyubi desapareció. Todos caímos detrás de él; mi maestra terminó de curar mi cuerpo. Las cadenas de Madara nuevamente arrastraron a las bestias con cola hacia su estatua.

𝐑𝐔𝐁𝐈𝐎.- Uzumaki NarutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora