𝐑𝐔𝐁𝐈𝐎.- Uzumaki Naruto

dicinueve

Tal vez no dormiríamos, estaríamos ocupados toda la noche...

—Kiyomi-chan. —Casi no había luz, lo único que me permitía ver su rostro era la luz de la luna. —¿Puedo pedirte un favor? —Aparte unos rebeldes mechones qué caían por su rostro. Escuche como soltaba un pequeño "uhum". —Pase lo que pase no te pongas en peligro. No otra vez, no podria vivir sabiendo que te perdí. —Le rogué mientras mis ojos se conectaron con los de ella.

Los recuerdos al verla tirada, sin una gota de vida, la forma tan cruel en que esa barra perforó su abdomen aun me atormentaban. —No te voy a hacer una promesa que no cumpliré. —Formé un puchero con mis labios. —No me mires así, siempre que estés en peligro te ayudare. —Afirmó. No pude responder me limité a analizar cada mínima facción de su rostro —¿Tengo algo en la cara?

—¡No es eso 'ttebayo! Es solo que no puedo dejar de mirarte, eres tan linda. —Todo estaba oscuro pero estoy seguro de que ella estaba roja.

—¡No digas esa cosas! —Me regañó, me estaba gustando tanto que me regañara.

—Me enteré que peleaste con una Akatsuki. —Ella asintió. —Eres muy fuerte Kiyomi-chan. —Sus ojos viajaron a cualquier lado que no fuera yo.

—Tu también eres muy fuerte Naruto, eres el héroe de Konoha, pero también eres mi héroe. —Susurró mientras sus labios estaban cerca de los míos. —Nos salvaste a todos y realmente creo que ni con todo el dinero del mundo podríamos pagarte. —Baje la mirada hasta el lugar se donde estaba saliendo sus palabras.

—No necesito dinero. ¿Dices que nadie podria pagarme? —Ella confirmo con un pequeño "si" — Yo pienso que hay una chica que podria pagar la deuda de Konoha conmigo. —Canturree de forma burlona.

—¿Una chica? ¿Qué chica? —Me preguntó, su voz estaba llena de curiosidad pero también tenía un toque de molestia.

—Tu.

—¿si? ¿Como piensas que yo podría pagarte? —Ella me estaba siguiendo el juego.

—Dejame ser tu novio. —Sentencié.

—Creo que tendré que sacrificarme para pagar por la aldea. —Bromeo, entendí qué eso fue un "Acepto" y si esperar mucho más uni nuestros labios en un tierno y corto beso. —Se siente bien ser la chica del héroe.

—¿Sabes que se siente mejor? —Murmure y cuando ella me respondió con un "¿Qué?" metí mi lengua en su cavidad bucal, al principio jadeo de sorpresa sin embargo pareció acostumbrarse. Era adorable como intentaba corresponderme fallando en el intento. Ella era tan inocente. Mis traviesas manos bajaron a sus caderas comenzando a apretar y toquetear.

—Tranquilo rubio. —Me dijo separadose de mi. —No te emociones, no seas pervertido.

—Lo siento, pero es que es imposible no tocar ttebayo.

—Tienes toda la vida para hacerlo Naruto. —Se que mis ojos brillaron ante su afirmación, me deleite imaginando me millones de escenas en las que... —¡Naruto! ¡Deja de pensar cochinadas!

Baje la mirada intentando qué ella pensara qué estaba triste, pero lejos de eso tomo mi mueñeca notando como la pulsera qué me regaño hace años no estaba en su lugar. Pareció entristecerse un poco mientras con sus dedos delineaba las venas que se marcaban por mi mano.

La observé con curiosidad, entonces note su ropa. Aun tenia puesto el chaleco de Shikamaru. —Quítatelo. —Le ordene apuntando a esa prenda. Como si fuera arte de magia ella lo hizo mostrándome su desgarrado vestido. Estaba lleno de tierra al igual que su cabello. Mire la rotura que me dejaba ver parte de sus pechos.