𝐑𝐔𝐁𝐈𝐎.- Uzumaki Naruto

cuarenta y siete

Finalmente habíamos llegado al lugar donde teníamos que ayudar, sería simple pero era de noche y, según el pergamino de Kakashi-sensei, esos idiotas evidentemente solo talaban durante el día.

-Dormiremos aquí, Kiyomi-Chan. -Me indicó al terminar de montar nuestra casa de campaña -colocada en la mitad del bosque-. Asentí con levedad para luego buscar sus ojos, se veían tan bonitos cada vez que los miraba debajo de la luna. -Yo se que me amas ttebayo. -Bromeó al darse cuenta que me había quedado embobada con el.

-Egocéntrico. -Insulté golpeando su hombro con suavidad, acción que el aprovecho para unir nuestros labios nuevamente, casi parecía estar necesitado.

Uzumaki Naruto.

Compartimos un beso otra vez, mi lengua recorrió por completo su boca, últimamente me veía realmente necesitado pero era una reacción que simplemente no podia evitar.

De pronto mi escenario cambio, me encontraba de espaldas a Kurama.

-¡Estaba con Kiyomi-chan! ¡Eso fue grosero, Kurama! -Me queje por aquella interrupción, de verdad no quería dejar sus labios.

-Naruto, hay algo que debo explicarte. -Ladee la cabeza con confusion. -Tu tienes veinte años y Kiyomi tiene diecinueve, ya no son unos niños, ¿lo entiendes?

-Hai, Hai. -Murmure con fastidio.

-¡Tomatelo enserio tonto! -Me gritó soltando saliva. -¡No se como le gustas, eres un idiota!

-¡Kurama! -Hice un puchero con mis labios.

-Lo que te iba a decir, Naruto ha llegado el tiempo en el que tendrá cierto instinto de...

-¡No lo digas! ¡Ya tuve esa platica con Ero-sennin y Kakashi-Sensei hace mucho! -Expliqué desviando la mirada.

-¡Escuchame antes de hablar! -Volvío a regañarme. -Esto no había pasado antes por que mis Jinchūrikis eran mujeres pero contigo parece ser distinto.

-No lo entiendo, habla bien.

-Mocoso tonto. -bufo. -Quiero decir que de alguna manera, bah olvidalo, no estas poniendo atención. -Se recostó sobre sus dos patas delanteras, entonces volví a la situación de antes con Kiyomi-chan.

Habíamos avanzado mucho, ella tenía sus piernas enredadas en mi cintura mientras mis dedos se aferraban a sus glúteos con fuerza. Besaba su cuello con intencidad sin poder evitarlo.

-Naruto-Kun. -Susurró mordiendo el lóbulo de mi oreja, aquella simple acción logro enloquecer e por completo, comencé a bajar mis besos por su cuello apartando la tela que lo rodeaba.

-Quiero hacerlo. -Confesé sin apartar mis dientes de su clavícula dejando un camino de húmedos besos aunque me asegure de no dejar marcas a pesar de que mi cuerpo me lo rogaba.

-N-No, aquí no. -Se negó con toda la fuerza qué su voluntad le ofrecía. -Nos podrían ver y...

-No me importa. -Comenté desesperado por el dolor que se hacía presente en mi entrepierna, no espere mas, intente bajar su vestido con una sola mano para no soltarla.

-N-No, Naruto. -Me alejé de ella ayudándole a pararse. -Es solo que...

-¡No tienes que darme explicaciones, ttebayo! -Negué moviendo mis manos.

-¡No es eso! Es solo que no me gustaría que nuestra primera vez fuera aqui. -Murmuro mirando a cualquier otro lado que no fuera yo, su cara estaba tornada de un inocente color rosado.

Acaricie su mejilla con ternura cuando de pronto unos ruidos se hicieron presentes. -¿Quien anda ahí? -Cuestione a la par que me ponía en guardia.

Hubo un silencio qué fue interrumpido por una rama quebrandose, con rapidez nos dirigimos hasta allá. De los árboles salieron un par de ninjas que no sería difícil de derrotar.

-Yo me encargo de los de la derecha. -Asentí antes de empezar a pelear, no era complicado pero esos shinobis rebeldes no dejaban de aparecer. En un mal movimiento por parte de Kiyomi-chan esta tropezó, probablemente se hubiera podido defender ella sola pero al acercarme para protegerla uno de esos Shinobis lanzó un Jutsu.

Una gran caja nos atrapó y poco a poco se fue haciendo pequeña colocandonos en una incomoda posición. -Ya se fueron. -Me informó.

Ahora... Esta es una situación peligrosa. Mire nuestros cuerpos, mi novia tenia su cabeza recargada contra mi pecho, a la vez que el resto de su cuerpo se abría un huevo entre mis piernas para - de alguna manera - estar cómoda. Mis pies se apoyaban contra las paredes de de ese cubo. Una de mis manos tocaba la parte superior de la caja mientras que la otra tocaba la base.

Ella estaba menos incomoda que yo, su cuerpo hacia presión contra mi entrepierna, no lo hacía apropósito pero era una tortura para mi, sacudi la cabeza intentando evitar aquellos pensamientos.

-Lo siento. -Susurro contra mi pecho haciendo vibrar mi cuerpo. -Si no te hubiera distraído no estaríamos en esta situación.- Ella levanto la cabeza y sus ojos rojos se cruzaron con los míos, a pesar de estar completamente a oscuras de alguna manera iluminaban el lugar.

-No debes de culparte por eso, Kiyomi-chan, es cierto que estar aquí es algo... Complicado, pero también fue mi culpa por no actuar a tiempo. -Admití. -Si hubiera usado los clones tampoco estaríamos aquí, así que no te culpes. -Le sonreí mientras llevaba mi mano a su cabello. -Además estamos solos aquí, ttebayo.

-P-perdón Rubio. -Volvío a disculparse mientras enterraba su cara en mi pecho.

Pero no solo su cara, una repentina compresión golpeó mi abdomen. -K-Ki... Kiyomi-chan. -Hable desesperado mientras intentaba retroceder. -¡L-L-La forma en que me abrazas es...! -Sentí como el calor subía a mi cara. -¡Son suaves pero...!

-¡L-Lo siento! -Gritó mientras se alejaba de mi.

-¡N-No te muevas así! -Avise pero ya era tarde, la caja había rodado logrando qué ahora mi cuerpo fuera el que se encontraba entre sus piernas, no solo eso, mi cara había caído sobre sus pechos.

-¡No quería hacer eso! -Habló alarmada.

-Me gusta más esta posición. -Bromee.

-Idiota. -Me insultó a la vez que sus brazos abrazaban aun más mi cara.

-N-No hagas eso, me vas a... -Estoy seguro de que a estas alturas mi nariz sangraba.

-¡N-No puedo evitarlo, es un espacio muy pequeño! -Explicó con nerviosismo.

-¿¿Como esperas que pueda controlarme así?!

La escena cambio de nuevo y ahora tenia a Kurama enfrente de mi riendo a carcajadas.

-¡Deja de reírte, necesito ayuda! -Limpio con su uña una lagrimitas que salía de sus ojos por la risa.

-¡Son un par de idiotas! Solo tienes que usar mi chakra y usar las colas, o decirle que use la asteria.-Dijo aun aun sin parar de reír.

-¡Zorro tonto!

Nuevamente volví a con Kiyomi-chan.

-Usare la asteria. -Me informó, pude sentir como la brisa se colaba por el pequeño hueco qué comenzaba a hacer la habilidad de mi novia.

Probablemente la misión tardaría más de lo esperado, Kakashi-Sensei seguramente nos va a regañar.