𝐑𝐔𝐁𝐈𝐎.- Uzumaki Naruto

treinta y ocho

"Mi nombre es Kiyomi y yo tambien soy una Uchiha"

—¿¡Creíste qué eso iba a funcionar, idiota?! ¡Soy el hijo del cuarto Hokage! ¡tus trucos no te servirán! —Le gritó Naruto mientras el señor se Paraba frente a nosotros.

—¿Ah, no...? Me contuve por que eres un Jinchūriki, ¿tuviste que ser salvado por una mujer? —¿Una mujer? ¿Acaba de menospreciarme por mi genero? —Este es el dragon de madera de Hashirama que una vez usó para retener a Kyubi.

—¡Naruto! ¿Puedes encargarte aquí? Tengo que destruír aquella cosa de allá. —Apunté al Mazou y este asintió, así pues mi Sensei corrió junto a mi, ambas estábamos listas para derribar esa cosa.

—¡No tenemos mucho tiempo, Kiyomi! ¡Apurate!

—¡Hai, Hai! —Ella comenzó a preparar sus cadenas de chakra qué desprendian un calor impresiónante, por mi parte active mi mangekyo sharingan. —Espero que no le moleste algo nuevo, Sensei. — Unas diez estrellas salieron de mis ojos apegandose a las cadenas al mismo tiempo canalicé Katon en cada una de ellas.

—¡Rápido! —Me avisó ella, estaba lista, mi trabajo sería explotar esa cosa.

—¡Ahora, Sensei! —Anuncié pero era tarde, las cadenas de chakra perforaron únicamente la barrera antes de que ambas saliéramos volando por la onda expansiva que generó el Jubi al liberarse. —Mierda... —Susurré intentando recomponerme, sostuve mi estomago y cerré mi ojo derecho, dolia, tal vez era por el cansancio, tal vez era por el simple capricho de descansar.

El Jubi era horrible, tenia un único ojo de sés tomes. una boca repleta de dientes afilados, un cuerpo redondo y su parecía arrastrarse sobre su vientre.

—Es repulsivo. —Me coloqué al lado de Naruto, quien me cargó hasta el interior del Kyubi justo como antes, dentro ya estaban los mayores junto con el Naruto original.

—Primero mantén la distancia, a ver que se puede hacer. —Una voz gruesa resonó en mis oídos, supuse que se trataba del Kyubi ordenandole al Hachibi. —Dependiendo de lo que haga, podemos pasar a atacar de cerca, ¿esta claro? ¡tal y como dije antes!

—¡Oe, Kyubi! Te volviste responsable ¿no? —Sonrei.

—¿¡Qué es lo que dices mocosa?! —Reí levemente ante su regañó.

—Te has vuelto todo un comandante, Kyubi.

—¿Qué? ¿Algún problema?

—No, por mi encantado. —Los ojos de Kakashi-Sensei se cerraron indicando qué sonreia.

—Me gustaria tener una conversación contigo más adelante, Kyubi-chan. —Él soltó un gruñido ante el apodo sin embargo no me dijo nada.

Los ataques de ese grotesco ser no tardaron en aparecer. Era miles de veces más grande que las bestias con cola de Bee-san y Naruto. Una pelea de biju damas empezó.

En un movimiento raro, Bee-san fue afectado por su propio ataque, con un rápido Jutsu minimicé el daño que recibió por su caída pero aun así fue afectado, fue peligroso. El clon de naruto actuó rápido de lo contrario Kakashi-Sensei hubiese muerto. Kyubi logro rescatarlo sin embargo su chakra desapareció cuando todos estuvimos a salvo, cree una colchoneta de agua para que todos cayeramos sanos y salvos.

—¡Hikari-Sensei! —Me miró. —Puedo encargarme de esa cosa por cierto tiempo, usa tus cadenas para curar a los demás. —No me respondio sin embargo sus cadenas viajaron con rapidez a cada uno de los hombres enredandose en sus extremidades, de esa forma seria más fácil sanarlos.

Entonces sentí pequeños y conocidos chakras qué venían hacia acá, tardarán unos tres minutos, hasta entonces tengo que mantenerlos a salvo, soy la única que no esta herida de gravedad.