cuarenta y dos

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—¿Acabaron con el? —Cuestionó Gamakishi.

Del polvo emergio una Esfera negra, una vez se abrió vimos a Obito en perfecto estado.

—¿Se protegió? Qué rapidez. Parece que no podremos lastimarlo con un simple Jutsu. Oye niña, tu también tienes un sharingan ¿me equivoco? —Negué mirando al albino. —Quiero que analicés lo que vamos a hacer ahora.

—Creo que no queda más opción qué abrir una brecha con el Rasen Senko Chou Rinbuko Sanshiki. —Que nombres más largos les pone Minato-San a sus ataques.

—A veces eres un poco cabeza hueca. En una situación normal me reiría del nombre de tu técnica, pero no puedo reírme ante el.

Tan pronto como dijo eso Naruto y Sasuke comenzaron a correr hasta el Jinchūriki preparando sus tecnicas. —¡Sasuke-kun, Naruto! ¡Dije que yo abriría la brecha!

Con habilidad los cuatro lograron golpear a Obito pero nuevamente no tuvo efecto. —Así que no funcionó.

—No podemos tocar esas bolas negras qué cambian de forma. Cuando le alcanzan nuestros ataques no tienen efecto. Y es rápido atacando y defendiendolo. Es como si hubiera conseguido un poder de ensueño.

—Yodaime-sama. —Lo llamé. —Todos tienen una mínima debilidad y el no es la excepción. Si el Ninjutsu no funcionan debemos intentar con...

—El genjutsu sería inútil para un poseedor del sharingan y el rinnegan, Kiyomi. —Me dijo Sasuke, ignore su comentario.

—Senjutsu y taijutsu. —Nidaime mostró una expresión de sorpresa. —Debemos intentar. Además, Minato-San, si no me equivoco su cuerpo ya debió regenerarse.

—Ahora poseo el mismo poder que el antecesor de los ninjas, ¡No pueden medirlo con nada que conozcan hasta ahora!

—Yodaime, que no te vuelva a herir de gravedad, no importa que tengas un cuerpo de edo tensei
Así que, aun con el edo Tensei, si te destruye, morirás... sin poder revivir.

—Sasuke.

—¿Qué?

—Tendremos que involucrarnos más que antes, ¿estas conmigo?

—No subestimes a un Uchiha. —Maldito Sasuke, esas es una regla básica.

—¡Bien! ¡Volveré a entrar en modo Kurama y me transformarse en bijuu, dattebayo! — Su aura se había ampliado sin embargo lejos de hacerse poderoso volvió a su estado base. —¿Eh?

—Y para empeorar la situación... Ustedes, padre e hijo, son bastante cabeza hueca. Hasta el debe estar harto. —Regañó Nidaime... otra vez.

—L-lo siento. —Se disculpó el Namikaze.

—¡Bien! ¡Vamos a intentar algo! Voy a comprobar si le afectan Senjutsu y taijutsu. —Mire de reojo al sapo. —Gamakishi, ¿Puedes ayudarme?

—¡Como ordenes Kiyomi!

—No quiero que se alarmen con cualquiera de mis acciones. —Les guiñe un ojo a los cuatro entes de dar unos pasos al frente. —¡Oe, Obito! —Intenté hablar de la forma más dulce que pude. Usaría a mi favor a la tal Rin, Hikari-Sensei me había contado todo sobre la historia de Obito incluyendo a la pequeña niña.

—Kiyomi...

—¡Estoy harta! ¡Acepto tu propuesta, te acompañare en lo que quieras! —Escuché como Naruto protestaba incluso estoy segura de que Tobirama-sama lo estaba deteniendo para que no hiciera tonterías.

—Pruébalo. —Bajo desde su posición hasta mi. — Los quiero muertos a todos. —Asentí con simpleza mientras lanzaba unas cuantas estrellas de mis ojos para que ellos salieran lastimados, de cualquier forma, Obito sabia que yo no podría acabar sola con ellos. —Bien, te creo.

𝐑𝐔𝐁𝐈𝐎.- Uzumaki NarutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora