cuarenta y cuatro

550 78 6
                                    

De forma casi milagrosa Shikamaru se había levantado gracias a lo motivación de ser el próximo consejero de Naruto y yo no podía estar más feliz con ello.

Tsunade-sama junto con los kages llegaron al campo de batalla, ella se encargo de curar a mi hermano e incluso a mi, una vez lo hizo me sentí bien, estaba lista para pelear otra vez.

Ahora mismo estaba intentando cortar todas las raíces que el árbol, por orden de Hashirama-sama, estaba usando el Susanoo con una gran espada que yo misma forme a partir de la asteria, cosa que ya de por si era peligrosa.

Sin embargo todos estaban dando su máximo esfuerzo, incluso Orochimaru que según escuché, es el responsable de que los kages estuvieran bien. No tenía mucho derecho para descansar o intentar no gastar mi chakra cuando Naruto y Sasuke  daban lo mejor de si para derrotar a Obito.

Sakura, Tsunade-sama, Ryo y Hikari-sensei fueron capaces de invocar un gran porcentaje de Katsuyu, que se convertía en una zona de curación para todos aquellos heridos.

Busqué con la mirada el lugar en donde peleaban con Obito. —¡Minato-san! — Grité, para encontrarlo, de inmediato apareció frente a mi. —¡Están acorralados! ¿puede llevarme hasta allá?

Mis palabras sonaron completamente alteradas por el miedo. —Kiyomi-chan, pero es peligroso para ti. —Avisó, sin embargo negué.

—La vida de Naruto esta en juego. —Una expresión de entendimiento de dibujo en su rostro para luego colocar su mano en mi hombro. Suspire cuando deje de sentir su calidez.

Únicamente encontré el cuerpo de Obito, deformado, sus brazos eran excesivamente largos y gruesos debido a que con ellos sujetaba a Naruto y Sasuke. No tuve mucho tiempo para analizar la situación tampoco se que paso cuando dos estrellas se estrellaron contra la materia negra del Uchiha, pero aquello libero a los chicos.
No eran mis estrellas, no las cree yo, si lo hubiera hecho no serían capaz de romper su agarre.

Mi Susanoo apenas podía mantenerse en el aire, pero el de Sasuke y el Kyubi aterrizaron en perfectas condiciones, yo no tuve tanta suerte. Ahora los brazos del mayor me sujetaron a mi del torso, me acerco tanto hasta el, logrando sacarme de mi aura.

Entonces escuché su risa, cerré los ojos por el dolor cuando comenzó a ejercer presión sobre mi cuerpo, la tenue luz naranja y morada que emanaban el Susanoo y el Kyubi desaparecieron, lo cual significaba qué no podrían ayudarme.

Juré que ni siquiera cuando pelee con Pain había sentido tan cerca la muerte. Podía oír los desesperados gritos de mi novio pidiendole que me soltara, sin embargo con cada llamado más y más daño recibía. 

Mis gritos de agonía quizás sonaban por todo el lugar, sangre brotó de mis labios. Probablemente mis costillas y algunos huesos estaban rotos, solo rogaba por que mis órganos estuviersn bien. De un momento a otro paro.

Sudaba, mi frente estaba empapada y respire con dificultad. —Pudiste hacer que esto fuera diferente. Ahora morirás. —Una mueca que intentaba ser una sonrisa se dibujo en mi cara, mientras abría uno de mis ojos —No pueden ganar, ni tu, ni tu estúpido novio.

—Así que voy a morir ¿eh? —Reí con dificultad, más que nada intentando distraerlo, ganar el suficiente tiempo para recuperar algo de chakra. —¿Puedo dar unas últimas palabras? — Sus ojos se posaron sobre los míos con soberbia.

—Habla. —Ordenó.

—Tanto Naruto como Minato-San lograron algo que tu, no ¿sabes que? —Esperó una respuesta por mi parte. —Ellos si se quedaron con la mujer que amaba.

Un dolor más pequeño se ubicó en mi cuerpo en cuanto escucho aquello, fue como si grandes cuchillos empezarán a rasgar mi piel.

—Bueno, hagamos que tengan una cosa en común conmigo. —Mire hacia arriba para ver las estrellas solo una vez más. —Minato ya lo sintió, regalemosle la misma sensación a tu novio. —Admire una pequeña luz que brillaba en el cielo a la vez que mordí mis labios.  —Hagamos que él también pierda a la mujer que ama.

𝐑𝐔𝐁𝐈𝐎.- Uzumaki NarutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora