𝐑𝐔𝐁𝐈𝐎.- Uzumaki Naruto

veinte

Nara Kiyomi.

—Tsunade-sama ha sido relevada de su puesto de Hokage. — La frase de Kiba rodó en mi cabeza por minutos.

—¿eh?

—¡Al parecer alguien llamado Danzo es el Sexto Hokage!—Apreté los puños, ese maldito... —No se demaciado pero aparentemente ha estado activo desde las sombras por mucho tiempo.

—Danzo... —Murmuro mi maestra.

—¡Y eso no es todo! El Sexto hokage ha declarado a Sasuke un ninja renegado y ha dado su aprobaciones para su captura.

—Hijo de puta... —Susurré en voz baja.

—¿¡Qué demonios esta pasando dattebayo?!

—Ni yo lo entiendo.

—No podían esperar a que se recuperará Tsunade-sama... En cierta forma tiene sentido.

—¡Kakashi-Sensei!

—Sasuke es un ninja renegado, normalmente ya abría sido eliminado hace mucho tiempo. Es solo por Tsunade-sama qué sé le ha permitido vivir. —Explicó mi maestra.

—Tengo que hablar con papá. —Informé rápidamente antes de salir corriendo hasta la carpa Nara, no espere a que alguien me detuviera.

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—¡Me importa una mierda, mamá! —Grite, mi cuerpo estaba lleno de odio en esos momentos. —Ese mal nacido logró terminar con los Uchiha, y obligó a Nara Shikaki y Uchiha Shisui a suicidarse. ¡Dame una buena razón para no ir y meterle un kunai en el ojo!

—¡Kiyomi! ¡Tranquilizate! —Me ordenó mi hermano. — Solo escucha esto, si vas como si nada e intentas matar a Danzo te van a encarcelar.

—¡Muy bien! Eso no quitara que ese idiota estará cinco metros bajo tierra. —Contesté.

—¿Y si fallas? Adivina quién intentará sacarte de prisión. —Dijo mi padre. —Uzumaki Naruto. Escucha hija, Naruto tiene al kyubi dentro. ¿Sabes lo mucho que complaceria a Danzo tenerlo a él en prisión también? ¿en verdad quieres eso para Naruto? —Mordí mi labio por la presión que me generaba esa situación.

—Si vas y atacas a Danzo siendo el Sexto... Causaras tu aprisionamiento y con ello el de Naruto-kun. —Me avisó mamá.

—No hay nada que puedas hacer ahora, ese hombre es el líder AMBU, la mínima tontería y podrías morir. —El sabor a sangre inundó mi boca ante las palabras de mi hermano.

—¡Maldita sea! —Salí de la carpa intentando tranquilizarme, Papá y mamá me contaron su visión de la historia que mis verdaderos padres me narraron. Tome con fuerza mis cabellos en un acto de desesperó mientras me alejaba de la aldea para intentar tranquilizarme.

En aquel momento caminaba por el bosque en círculos contando números de forma infinita. — diez mil quinientos veintisiete, diez mil quinientos veintiocho. —Dijé finalmente me senté a los pies de un arbol. —¡Agh! —Me quejé cuando rasgé la sudadera de Naruto con una rama.

Golpeé miles de veces el fuerte arbol qué sé encontraba frente a mi, uno, dos, tres, cuatro. Después de mucho tiempo deje de hacerlo, mis puños sangraban. Me maldije a mi misma, me sentía impotente, no podía hacer nada para vengar a mis padres, no en ese momento.