cincuenta y nueve.

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—¡Perdón, Nanadaime, Kiyomi-san! ¡Voy a salvar a mi mama! —Grito la Uchiha mientras escapaba de los clones del tal Shin.

—Si será... Sasuke, vayan juntos. —Ordenó mi esposo. —¡Nosotros nos ocupamos de esto!

—¿¡Y yo que?! —Pronunció la morena quien estaba asustada.

—Yo te protegeré, ya te lo dije. —Rodé los ojos.

—¡Deja de presumir! —Regañe. —¡Tenemos que inmovilizarlos ! —De sus labios salio una risa burlona.

Aquellos niños nos rodearon, mientras sostenían armas, y susurraban "Ordenes de nuestro padre. Eliminar a los enemigos."

—Maldito Shin.

—¿Qué hacen? Son el enemigo, ¿no? ¡Acaben con ellos! —Gritó con desespero la pequeña.

—No podemos hacer eso. —Afirmé.

—Clones o no, llaman "padre" a Shin. No puedo acabar con unos hijos por defender a su padre. —Explico.

—Va en contra de mis principios matar niños, ¿Los encierro en burbujas? —Le pregunté a mi esposo.

—En tu estado actual solo podrás contener a máximo diez. —Uno de sus clones se acerco para proteger a Chouchou, a la par que mis burbujas perseguían a los niños, el Naruto verdadero capturo a unos cuantos con sus colas.

—Esto es aburrido, Nanadaime-sama. —Canturreé sentándome en el suelo al lado de su clon, pude notar como se tensaba ante mis palabras.

—¿Nanadaime? —Preguntó.

—Usted es el hokage, ¿no? —Sus ojos conectaron con los míos, lo vi tragar saliva, apoyé mi mejilla en mi puño.

—Espero que te gusté llamarme así cuando me des el reporte de tus anbu. —Habló con seriedad, esta vez quien tragó saliva fui yo.

Los niños que eran atacados por mis burbujas o por Naruto se retiraron, mire con aburrimiento el panorama, a su vez me levanté sacudiendo mi falda.

—¿Qué está pasando? —Cuestionó la Akimichi.

—No lo se, pero parece que Sasuke y el resto lo lograron, vayamos con ellos. —Camine detrás de su clon con pesadez.

Una vez dentro pude ver a lo lejos a la familia Uchiha, Sakura estaba herida.

—¡Sarada! —La morena llamo la atención de su amiga.

—Ya se acabó, Shin. —Informó Sasuke al hombre que era arrastrado por cuchillas.

—Todavía no... Muchachos ¡adelante! —Mis ojos se abrieron con sorpresa cuando cuatro de sus hijos clavaron sus armas en el cuerpo de aquel hombre.

—¿Qué mierda?

—Pero, ¿que...? —Se preguntó el a si mismo.

—Suficiente, eliminamos un trozo de carne que no vale para nada. Tu nos lo enseñaste padre. —Sentencio uno de los clones.

—¡Malditos...! ¡Yo soy el original!

—Tu poder ocular es débil... Ahora seremos nosotros quienes evolucionaremos. Es lo más lógico.

—¿No es la evolución qué buscabas? —Interrogó la Uchiha de cabellos rosas.

Tan pronto como dijo eso, miles de niños comenzaron a salir de todas las direcciones. —¡Oe, Oe! ¿Cómo es que hay tantos?

—¿Cuándo se volvieron tantos?

—Los hicimos nosotros. Ya no te necesitamos. —Indicó el niño.

𝐑𝐔𝐁𝐈𝐎.- Uzumaki NarutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora