*Capítulo 59*

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April Bennett

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April Bennett

— ¿Quieres algo de comer? — le pregunté a mi madre quién estaba sentada al lado de su hermana en la banca del pequeño parque.

Las gotas de agua no estaban con nosotras ya que ellos en este momento se encuentran realizando sus tareas como dos adultos responsables y estudiosos por lo que nos dejaron la casa para nosotras tres —por lo que ven no por gusto —así que decidimos tomar un pequeño paseo, mi madre no puede tener mucha movilidad por su salud ya que esta le causa fatiga así que procuramos evitar que se canse mucho.

Mi relación con mi tía había mejorado en estas dos semanas conviviendo con ellos aquí en San francisco, no quiero decir que del todo los haya perdonado por ocultarme algo sumamente importante; no obstante, y repito, no los culpo pues mi madre les suplicó que no lo hicieran así que ellos por buena voluntad hacia ella, callaron.

La tía Lily se encarga de darnos un pequeño recorrido por la ciudad, más que todo por mi madre ya que Jeremy y Mickell se tomaron la gran molestia de llevarme con ellos cada vez que tiene oportunidad; pero las gotas de agua me dan esos paseos por la noche así que no puedo disfrutar de la vista diurna. Hace unos días Jeremy se ofreció a enseñarme a manejar auto — cosa que le suplique que hiciera— pues nunca me vi obligada a aprender, hasta en estos momentos que necesito llevar a mi madre a sus revisiones dos veces a las semanas.

La ciudad es hermosa. No me acostumbro todavía pero sé que pronto todo va a volver a la normalidad cuando mi madre salga de todo esto.

Ten fe

— Prefiero un gaseosa bien fría.

Respondió mi madre lo que bufe disgustada.

— No es gracioso — ambas se soltaron a reír.

La dieta de mi madre es estricta por lo que la llevo al pie de la letra y bien sabe que en estos momentito su páncreas es lo primordial para mí.

Por alguna razón sus risas me contagiaron y dejando a esas dos mujeres en la banquilla del parque, fui al pequeño puesto de helados en busca de algo refrescante. Mientras esperaba mis pedidos la brisa fresca de la tarde movió mi cabello suelto y me puse la mano sobre el, evitando que se desordenara más de lo que ya estaba. Mis ojos rápidamente viajaron a las personas que nos rodeaban. Muchas de ellas jugaban con su familia quienes disfrutaban de una tarde en familia, otros con sus mascotas y otras aprovechando para ejercitar su cuerpo en un día agradable con amigos o en una grata soledad.

Los días en San Francisco parecían pasar con demasiado lentitud para mi gusto. Mi estadía en casa de mi tía y mis primos fue demasiado agradable; aunque no miento al decir que se seguía sintiendo extraño a un cambio de un giro de noventa grados. Ya pasaron dos semanas, casi tres, de mudarme — huir— de New York e intento acoplarme a esta vida que debo aprovechar al lado de mi madre olvidando mis obligaciones como adulta y meterme en mi rol como hija.

Un Jefe Idiotamente Sexy ©✔[ Heir#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora