Abrí mis ojos cuando escuché la alarma, cerré y los volví abrir recordando que debía de ir a trabajar. Frustrada me pase ambas manos por mi rostro y me levante con toda la pereza del mundo para meter mi hermoso trasero al baño. No se cuento estuve metida ahí cuando decidí salir e ir a buscar mi ropa. Abrí el armario mirando cada una de las prends de ropa. Opté por una falsa negra y una blusa rosa con un escote en vi en medio de mis pechos con las mangar largas. Mi cabello castaño decidi atarlo en un moño bien formado, me maquille lo normal y al verme lista en el espejo del peinador baje para buscar a mi madre y darle un beso de despedida.
— ¿No vas a desayunar?— preguntó mi madre después que le di un beso en la mejilla.
— Compro mi desayuno en la tienda junto a la empresa, no te preocupes.
Sin esperar que me dijera algo salí de la casa rumbo en busca de un transporte para que me llevara. Dentro del taxi revise mis redes sociales verificando que todo estuviera en su lugar y gracias al cielo lo estaba. Pagué el viaje al taxista y salí del auto directo a la cafetería. Después de comprar mi desayuno el cual constaba que un recipiente con café negro y unas rosquillas. Al salir de la cafetería miré la hora en mi reloj de mi muñeca mientras bebía un poco de café. Al parecer hoy llegaría diez minutos antes y era genial, así podría desayunar con tranquilidad.
Coloque mis cosas sobre mi escritorio y me dispuse a desayunar mientras esperaba que el correo de mi computadora lo abriera.
—Dile a John que ya estoy aquí — levanté la mirada encontrando la figura que arruinó mi mañana — ¿Qué miras?
Tome aire para no contestarle de mala manera y darle la mejor sonrisa forzada del planeta.
— En un momento — tome el teléfono de escritorio y marque su número de línea
— Con John Collins.
—Buenos días señor, soy April, la señora... — lo dije a propósito escondiendo la risa —González a venido a verlo.
—Buenos días linda. Puedes decirle que venga.
— Ya se lo comunicó — corte la llamada colocando de nuevo el teléfono en su lugar.
—Para que sepas soy señorita, no estoy casada, todavía. — emitió molesta al principio insinuando al final lo que no me interesaba.
¡Uy! Paciencia
—El señor dice que puede pasar — la rubia cerró sus ojos con fuerza marchándose. Y vaya que deseaba que se resbalara.
******
Me levante de mi silla acomodando los papeles en los cuales trabajaba con mucho cuidado en sus folders. Al verificar que todo estuviera en su lugar camine al escritorio de mi mejor amiga pues a esta le tocaba verificar algo en ellos cuales eran relacionados con su area de contabilidad antes de darselos a mi jefe.
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Un Jefe Idiotamente Sexy ©✔[ Heir#1]
Jugendliteratur[EDICIÓN] Mi antigua jefe era todo lo positivo del universo pero todo empezó cuando la empresa cambió a manos del hijo. Él era un demonio sexy, egocéntrico, bipolar y egoísta que podía existir en el planeta. Desde el instante en que nuestros ojos se...