*Capítulo 66*

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April Bennett

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April Bennett

Abrí mis ojos lentamente sintiendo un terrible dolor en mi cuello cuando levante la cabeza, gruñi ante la incomodidad e hice acomodarme hasta que sentí mi cuerpo apretado en su lugar. La pesadez en mi vista desapareció al ver aquellas cuerdas alrededor de mis brazos, atada a una silla. Me altere y asustada comencé a moverme de un lado a otro como si con ello podría salir de aquella situación. Mi corazón empezó a bombear con exasperación y busqué con la vista algo que pudiese ayudarme; quise gritar por ayuda pero el miedo no permitió que un aullido saliera de mi garganta, en su lugar lo único que hice fue observar el desconocido lugar; tratando de recordar qué estaba pasando, cómo llegué a ese lugar pero mi mente estaba en blanco.

El pánico estaba entrando a mi sistema, diciéndome que podía llorar pero no era el momento indicado para eso.

Deberías acostumbrarte, ya es la segunda vez que te secuestran.

Ignorando a mi conciencia. Patalee, salte, me moví de un lado a otro para liberarme pero nada estaba funcionando. Desgraciadamente aquellas cuerdas estaban bien sujetas y mi cuerpo me estaba doliendo por la fuerza que estaba ejerciendo para soltarme.

Cerré los ojos por un instante, respire hondo para tranquilizar mi cuerpo quien tiembla como perro envenenado e hice recordar.

Recuerdo que estaba en el cementerio con el corazón en la mano, me despedí de mi tía para irme de ese lugar y tomar aire porque de verdad necesitaba estar un momento a solas. Recuerdo haber tomado el único taxi que paso en el transcurso de la tarde y sin pensarlo dos veces me subí a el dando la dirección. 

Me tense completamente ante aquella mirada cuya figura no pasaba desapercibida; mi respiración se altero al recordar que vi al idiota de mi jefe en el cementerio y una lagrima recorrió sin permiso mi mejilla pues estaba comenzando a sentir más que una frustración al no saber dónde me encontraba.

Todos los sentimientos y emociones están recobrando su lugar en mi cuerpo como si antes hubieran estados dormidos.

El sonido de una perilla me hizo abrir los ojos y me estremecí al reconocer la figura masculina que estaba entrando por aquella puerta con pasos firmes y calculadores. Me mantuve firme, tratando que todos mis sentimientos no se mezclaran. Mi respiración se contrajo cuando el hombre enmascarado se detuvo frente a mí y me inclino para que su rostro quedará a la altura de la mía.

— Hola linda — mi respiración se aceleró gracias al entender que estaba en manos de los malditos que me secuestran la primera vez — ¿ya despertase?

— ¿Me ves dormida imbécil? — empecé con todo el odio del mundo, sin quitar mis ojos de aquellos oscuros.

— Nunca creí que serias de esa clase de chicas que andan maldiciendo.

— ¿Te pregunte? — el hombre enmascarado sólo me observo expectante.

— No deberías estar enojada — su mano sujeto mi rostro com fuerza acercándome peligrosamente a su rostro.

Un Jefe Idiotamente Sexy ©✔[ Heir#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora