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📍 Roma, Italia
~ Clara

Cualquier día empezaba bien si me despertaba a su lado y así era hoy. Darme vuelta y verlo ahí abrazándome es todo lo que necesito y es uno de los pocos momentos en lo que solo somos nosotros, sin problemas sin preocupaciones, solo nosotros dos en nuestra pequeña burbuja.

Pero como siempre algo hacía que esa burbuja se rompiera y hoy fue la alarma.

- Dale amor, se hace tarde-. Dije obligándome a levantarme de la cama, no sin que antes Leandro me tomara de la mano para empujarme hacia él.

- Un ratito más gorda-. Ojalá pudiera quedarme así siempre.

- Tengo que ir a trabajar y vos también-. Dejé un beso en su mejilla y fui a preparar el desayuno.

Unos minutos después sentí sus brazos rodear mi cintura.

- Me voy gordita-. Dejó un beso en mi cuello y ya sentí mi humor cambiar.

- No te quedas a desayunar?-. Pregunté girándome para verlo y cuando puso sus manos sobre mi cara supe la respuesta.

- Ya sabes cómo son las cosas amor, no me la hagas más difícil, si?-. Me desperté hace diez minutos y ya estoy enojada. Me alejé de él pero me agarró el brazo. - Ey, dale... No seas así-.

- Así cómo Leandro? Anda si tan apurado estás-. Me solté de su agarre y puso los ojos en blanco.

- Cuando te pones así sos insoportable Clara-. Bueno no hablemos mucho de ser insoportable. -Tengo que entrenar, después nos vemos-. Antes de que me saludara agregué algo.

- Después cuando sería? Hoy, mañana o en una semana?-. Estoy harta de esto.

- No quiero pelear, si? Ya está... Te amo-. Me besó y salió de nuestro supuesto departamento.

Me duele mucho estar así todo el tiempo pero lo amo demasiado.

Es mi vida entera.

Leito 💘
Te amo mi gorda, perdoname
9:26
A la noche voy a casa esperame
9:29

~

Una vez más lo esperé y me dejó plantada como de costumbre.

Me vuelvo a sentir una boluda que siempre se queda esperando algo que nunca va a suceder.

Estamos juntos hace 7 años y ya no me alcanza la vida para contar la cantidad de veces que me dijo que iba a separarse de su mujer.

Todavía recuerdo cómo si fuese ayer él día que nos conocimos en Buenos Aires. En ese momento él no era muy conocido por lo que salía donde le diera la gana y estaba con quien le diera la gana. Pero conmigo fue diferente. Nos cruzamos en un boliche y fue un flechazo.

Yo no supe que tenía familia hasta unos meses después de estar saliendo. No tenía ni idea de que estaba casado y que tenía, en ese momento, una hija.

Y en cuanto me enteré quise cortar todo tipo de relación porque yo no era así, jamás estuve con alguien casado, pero no pude.

No pude alejarme y él hacía todo para estar conmigo lo que complicaba todo. Hasta que llegó un día en el que dejé de resistirme, dejé que las cosas siguieran. A tal punto que terminé en la otra punta del mundo para seguir siendo la segunda.

Todavía no puedo creer que hace siete años estoy en esta. Y hay tantas veces en las que tengo ganas de dejar todo y desaparecer. Pero no puedo. Y no sé si quiero.

Leandro es todo para mi, y es todo lo conozco. Pero también estoy cansada de que sea así. De ser la única que sí está al cien para el otro.

A veces me siento muy sola, pero por suerte tengo mi grupito de amigos que hacen que todo sea un poco mejor y que no me juzgan.

The other womanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora