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📍Roma, Italia
~ Leandro

Hacía dos meses había nacido Bruna, y desde hace dos meses estoy luchando contra viento y marea por recuperarlas. A ella y a su mamá.

Ya no sé qué hacer.

Clara no me quiere ver ni en pintura.

Y en estas semanas mi único contacto con algo cercano a ella fue su mamá, ya que es la encargada de mis encuentros con mi hija.

Está siendo muy complicado.

Necesito a mi mujer. Y la extraño de una manera que me cuesta describir.

Mi hija es literalmente su calco y eso me hace muy feliz.

La única vez que pude ver a Clara fue ese día en el hospital.

Desde entonces nada. No responde mis mensajes a menos que sean algo sobre Bruna. No está dispuesta a ser ella quien me da a nuestra hija. No afloja. Y eso me estresa.

Para colmo, como si fuese poco el idiota de noviecito que tiene vive pegado a ellas, literalmente. Y me hierve la sangre ver todas las cosas que suben y verla a ella tan enamorada de alguien más.

Pero ya me está empezando a molestar que mi hija pase tanto tiempo con él. El padre soy yo y no la veo ni la mitad del tiempo que él lo hace.

Me gustaría hablar de eso con Clara, pero evidentemente no puedo.

También me hubiese gustado que ella estuviese presente cuando mis hijos conocieron a su hermana, pero tampoco fue posible. Aún así, fue unos de los momentos mas lindos que viví.

Fue complicado darles las explicaciones que merecían y aunque no estén para nada conformes con que sus padres estén separados, de a poco están aflojando. Aunque estoy notando como Camila les está llenando la cabeza con todas las cosas que pasaron, porque a veces me salen con comentarios o preguntas de temas que no deberían saber.

Claramente no saben la historia completa, solo lo justo y necesario. Pero gracias a Dios, están enamorados de su hermana y eso es un gran alivio. También quieren conocer a Clara, obviamente, pero no sé cuando podría llegar a pasar eso. Por ahora, está muy complicado. Pero no me rindo y no lo voy a hacer nunca.

Clara va a volver a ser mía. Como siempre lo fue. Así me lleve diez años o veinte, voy a hacer todo y más para recuperarla.

Pero bueno, hoy me tocó ver a mi pequeña, así que mientras disfrutamos del sol en el patio de mi casa los dos juntos le hablo como si me entendiera.

- Te prometo que la voy a reconquistar Bruni... Y voy a lograr que me perdone para que volvamos a ser una familia, los tres juntitos, si?-. Ella me mira dispersa y luego me regala una muy linda sonrisita.
- Y ya no vas a tener que soportar a ese feo que está pegado a mamá todo el día, porque te cae re mal, o no?-. Vuelve a sonreír y en mi cabeza eso es un rotundo. - Ojalá estuvieran tus hermanos y mami acá con nosotros para molestarlos-. Dije algo triste. - Tenes que ayudarme a que mamá me perdone, si? Yo después te compro muchos juguetes, trato?-. Acaricié su manito y sellé nuestro primer trato de padre e hija. Ella no entendía nada pero eso a mi no me importaba mucho. - Te amo mi pequeña-.

Nos quedamos un buen rato tirados en el pasto hasta que una llamada interrumpió el momento.

Lo que menos esperaba es que fuera ella. Pero cuando vi su nombre en la pantalla me incorporé rápido y con una sonrisa atendí.

- Hola Cla, todo bien?-. Dije nervioso.

- Hola, perdón que te llame... Necesito pedirte un favor-.

The other womanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora