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📍Roma, Italia
~ Rodrigo

Es un buen momento para agradecer que no la haya besado mientras abría la puerta porque cuando lo hizo nos encontramos con su novio en el living, que dicho sea de paso me eliminó con la mirada.

- Qué haces acá?-. Le preguntó Clara medio cortante.

- Te dije que quería verte-. Le respondió desviando la mirada hacia mi mano que sostenía su cintura con mucha comodidad y estuve a punto de correrla pero si ella no lo hacía, yo menos.

- Y yo te dije que nos veíamos mañana Leandro, es re tarde-. Dios, que incómodo estaría siendo estar en el medio de esto.

- Ya sé que es tarde pero ya estoy acá Clara, dale-. Presioné un poco mi mano porque no me gustó cómo le habló.

- Estoy cansada Lean, enserio, podemos hablar mañana?-. Dijo cansada y mintiendo también, pero no obtuvo repuesta de su parte y se giró a verme. - Me esperas un segundo?-. Asentí y ella camino hacia él llevándolo a su habitación.

No sabía que hacer así que llevé las valijas hasta el living para que no queden en el medio de la entrada pero podía escuchar perfectamente la discusión desde acá.

- Si te queres quedar con tu noviecito decimelo en la cara, Clara-. Ojalá fuese su noviecito pedazo de boludo.

- Podes para un poco, Leandro? Me tenes harta con estas actitudes, si te dije que nos veíamos mañana es porque no tenía ganas de escuchar tus planteos hoy-. Parecía que se peleaban a ver cuál de los dos gritaba más fuerte.

- Me estás jodiendo, Clara? Vos venis con éste a nuestra casa y te molesta que reaccione así?-. Gracias por el cariño Lean.

- Éste se llama Rodrigo, y no tengo por qué darte explicaciones de quién traigo o no a mi casa. No me rompas las pelotas porque sos la última persona en el mundo que me puede reclamar algo-. Pegue Clari, pegue. - Por qué mejor no te vas con tu familia perfecta y feliz y me dejas inflar los huevos-. A la mierda, la Clara delicada que conozco desapareció.

- Después no vengas con reclamos porque estás haciendo lo mismo Clara-. Salió de la habitación y me hice el que no estaba escuchando. - La llegas a tocar y te mato-. Dijo señalándome.

- Qué pasa? Tenes miedo de que te deje? Sería bueno que te pongas a pensar en el pedazo de mujer que estás perdiendo en vez de tratarla como si fuese una cualquiera-. Soltó una risa falsa que si pudiera se la borro de una trompada.

- Tus lecciones te las podes meter por el culo, sé perfecto quién es Clara y no necesito tus consejitos de cómo tratarla-.

- Si tanto sabes cómo tratarla pensa por qué no quiere verte. Es bastante obvio, no?-. Su cara reflejaba cada vez más enojo.

- Sos sarcástico también además de pelotudo?-. Iba a seguir pero apareció Clara interrumpiéndolo.

- Te podes ir de una vez? Suficiente con todo lo que me dijiste Leandro, tomatela. Y no vuelvas cuando Camila se queje porque no le compraste una carterita nueva-. Habló súper tranquila aunque tenía los ojos cristalizados.

Pero al menos este boludo se dignó a irse regalándonos un buen portazo.

- Perdón Ro, enserio-. Se le escaparon unas lágrimas y trató de escaparse a su habitación pero la seguí.

- Ey Cla, veni. No pasa nada-. La abracé y terminó de quebrarse. - No vuelvas a pedirme perdón por él-. Susurré acariciando su espalda y se alejó para sentarse en la cama. - Queres que te deje sola?-. Negó rápidamente y me agaché para quedar a su altura. - Siempre es así Clari?-. Pregunté sin pensar.

The other womanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora