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📍 Roma, Italia
~ Clara

Pasaron más de dos semanas desde la última vez que vi a Leandro. No sé nada de él desde entonces; no me responde los mensajes y aunque me duela no es algo a lo que no esté acostumbrada.

Y venía muy bien emocionalmente pero hoy fue un día un poco raro y pensé más en él de lo que debería.

Mientras subía a mi departamento me quebré, y me permití llorar en un intento de desahogarme. Solo desearía poder apagar un rato mi cabeza.

Al bajar del ascensor abrí la puerta de mi casa y apoyé la espalda sobre ella cerrando los ojos una vez dentro.

- Ey, mi amor, qué pasó?-. Me sobresalté al escucharlo mientras venía hacia mi para abrazarme pero me corrí.

- Qué haces acá?-. Sequé mis lágrimas, me saqué los zapatos y me alejé.

- Quería ver a mi novia-. Su novia. Suena tan lindo que hasta parece real.

- Te peleaste con ella o algo?-.

- Por qué sos así? Solo quería verte Cla, dale... No estés enojada-. Me abrazó a lo que intenté resistirme pero lo necesitaba tanto que me quedé unos segundos.

- Hace más de dos semanas no sé nada de vos, no esperes que te reciba con la mejor sonrisa del mundo-. Volví a poner distancia entre nosotros.

- Ya sé gordi, perdóname... Tuve unos días muy complicados, y tengo a Camila atrás todo el tiempo porque se estuvo sintiendo mal-. Asentí y le di la espalda entrando a la habitación para ponerme cómoda. - Ey vida, hablame-. Agregó por detrás mío.

- No tengo ganas de hablar ahora Lean... Tuve un día de mierda y vos y tus actitudes lo empeoran-. Dije cansada.

- Estoy tratando de arreglar las cosas, no me trates así-. Dios, no sé cómo le da la cara para decir esto.

- Que no te trate cómo?... Desapareciste dos semanas y ahora venis como si nada hubiera pasado-. Volví a mirarlo. - No me siento bien, y no tengo ganas ni de pelear ni de que en diez minutos "te tengas que ir"-.

- No quiero pelear, y tampoco me voy a ir...-. Asentí sin decir nada, solo agarré algo de ropa limpia y caminé hacia el baño.

- Me voy a bañar, si te vas a ir hacelo antes de que salga-. Dije cerrando la puerta.

Hoy estoy en unos de esos días donde el bajón pega más fuerte que de normal, y la principal razón por la que me siento así es él.

Cuando salí del baño estaba segura de que se había ido y de hecho me puse solo una remera de él por eso, pero no lo hizo.

Estaba en la cocina terminando de hacer algo para cenar, sin decir nada fui a la heladera a tomar agua y se acercó abrazándome por detrás.

- Perdoname gordita, porfa-. Dejó un beso en mi cuello haciendo que se me erizara la piel. Odio que tenga ese poder sobre mí.- Te prometo que te voy a recompensar, si?-. Otra promesa más. Me giró para que lo mirara y haciéndose el boludo levantó un poco la remera acariciando mi piel.

- Estoy cansada de estar así Lean-. Dije mirándolo.

- No digas eso, estamos bien gorda-. Subió un poco más sus manos por debajo de la tela, llegando a mi cintura.- No peleemos más... Disfrutemos de estar juntos-. Me besó mientras seguía con su recorrido por mi cuerpo sabiendo perfectamente cómo ablandarme. Pero no iba a seguir, no hoy. Detuve sus manos con las mías y lo alejé.

The other womanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora