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📍Doha, Qatar
~ Clara

Cuando lo vi pateando ese penal frente a Países Bajos, algo en mi me hizo sentir que seguía siendo él y sentí que de alguna manera las cosas se iban a dar.

- Pasamos Clarita, pasamos-. Me dijo su mamá llorando mientras me abrazaba una vez finalizado el partido.

Yo no hacía más que llorar de la felicidad, creo que no hay nada peor que los penales, casi que me da un paro pero pasamos y es el sentimiento más hermoso del mundo.

Era el primer partido que veía con su familia y que haya sido con él anotando su penal fue el regalo perfecto. Me habían insistido en que fuera con ellos y hoy finalmente me animé, además, Bruna estaba feliz de la vida de estar con ellos y de que sus hermanos la cargoseen.

Después de tantos años a su lado sentí que ese empezaba a ser mi lugar, que no estaba mal que esté ahí y que lo merecía. Nos merecíamos con mi hija estar ahí y de a poco iba familiarizándome con la idea.

Estuvimos un largo rato festejando, gritando y llorando hasta que los jugadores volvieron al vestuario y la gente empezó a desconcentrarse. Yo deseaba que sea mañana para verlo.

- Toma hija, baja a verlo-. Me habló de nuevo su mamá dándome su pase vip para ir abajo con ellos.

- No no, vaya usted-. Negó sonriéndome y me pasó la cinta con el pase por el cuello. - Segura?-.

- Segurísima, anda...-. Le di un abrazo y agarré a mi hija que estaba en sus brazos.

- Puedo llevar a los chicos?-. No quería que solo Bruna fuera con su papá.

- Si obvio... Hagamos una cosa, ustedes vayan y nosotros los esperamos en la salida, cualquier cosa llamame si no nos encontras-.

- Perfecto, muchas gracias...-. Me sonrió y me acerqué a donde estaban los más pequeños. - Chicos, vamos a ver a papá abajo?-. Sus caritas se iluminaron y dijeron que sí al instante. Salimos de la tribuna y Vicky me dio su mano mientras ella también agarraba la de su hermano.
- No se separen, si? Hay mucha gente-. Asintieron felices.

Cuando logramos llegar nos dejaron pasar, aunque estuvo medio complicado. A los dos segundos Leandro nos vio a lo lejos y empezó a correr al igual que sus hijos.

Apenas los abrazó se largó a llorar y después de unos segundos vino con nosotras, Bruna estaba un poco asustada así que no dudó en hacerle upa mientras nos abrazaba.

- Pasamos mi vida-. Dijo emocionado.

- Pasamos Leo, estás loquísimo-. Se separó para mirarme y dejó un beso en mi frente. - Estoy muy orgullosa de vos, enserio, sos increíble-. Sus ojitos estaban cristalizados y me dio una ternura tremenda. - No llores-. Dije aunque yo estaba igual.

- Te amo-. Lo abracé de nuevo junto con sus tres chiquitos.

- Yo también-. Dije sintiendo mi corazón acelerarse. Era la primera vez que le devolvía esas palabras y aunque no las haya dicho directamente las sentía igual.

- Si seguís así me vas a matar de amor-. Me susurró antes de alejarnos.

Ese lindo momento no duró mucho más porque empezaron a llamarlo para hablar con la prensa, se despidió de sus hijos con otro abrazo fuerte y después hizo lo mismo conmigo.

- Todo esto es para vos, todo para ustedes cuatro siempre, mi vida... Gracias por traerlos, te amo mucho-. Susurró solo para nosotros.

- Disfruta mucho, si? Te lo mereces, nosotros acá siempre con vos...-. Me sonrió y antes de irse nos dió un beso en la cabeza a cada uno.

The other womanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora