Esp 02. 02

28 4 0
                                    

Ubicación: Segunda temporada, capítulo 9

Tenían varias horas viajando por el espacio profundo, manteniendo un silencio casi sacrosanto entre ellos dos. Tenían un recorrido largo que recorrer, en su nuevo plan para derrotar al ejercito de Zarkon era necesario encontrar un Weblum, un extraño y gigantesco gusano espacial devorador de planetas muertos. Por desgracia, ese ambiente entre ambos no era tan pacifica como se esperaba Keith durante la mayor parte de su viaje, en especial cuando Hunk lo observaba constantemente de reojo.

–¿Qué? –le soltó el paladín rojo finalmente hartándose de la situación.

–No, nada –dijo efusivamente Hunk sacudiendo una de sus manos, mientras la otra la mantuvo en los controles de su león –. No iba a decir nada.

A pesar de que el paladín amarillo negó efusivamente con la cabeza, Keith no pudo evitar arquear una ceja ante su peculiar forma de actuar. Sabía que había más.

–Aunque...

Y... ahí venía...

–Sientes... –preguntó Hunk nervioso – alguna extraña necesidad de conquistar el universo.

–¿Qué? ¡No!

–Lo siento –insistió de nuevo Hunk negando efusivamente la cabeza –, solo preguntaba.

–Enfoquémonos en la misión –le pidió Keith a pesar de un leve sonrojo en sus mejillas.

–Sí, definitivamente. Pero...

–¿Qué?

Hunk gruñó unos sonidos indescifrables en lo que luchaba consigo mismo para no decir precisamente lo que tenía en mente.

–Los glara tienen capacidades animales –dijo éste finalmente apretando los ojos, como si la necesidad de preguntar fuera más fuerte que él –. Acaso... ¿Puedes ver en la oscuridad? ¿Super olfato? ¿Oído agudo?

–Hunk basta – ordenó Keith apretando su puño contra la cabecera de su asiento.

–Lo siento, lo siento, lo siento – se disculpó el paladín enérgicamente completamente apenado –. Solo tenía un poco de curiosidad y quería saber...

Keith volvió a contemplar a Hunk de reojo y sus reacciones exageradas. Conocía suficiente de su compañero para saber que no había malicia en sus palabras, y después del descubrimiento de su origen galra, todos los miembros del equipo Voltron habían tenido reacciones variadas y diferentes ante la noticia, por lo que no le era mucha sorpresa la reacción de Hunk.

Pero tampoco era un tema que Keith estaba muy listo para hablar, por lo que el paladín rojo soltó un suspiro y agregó tajantemente:

–Pero es suficiente, Hunk.

–Sí, lo entiendo... –aceptó Hunk tratando de enfocarse en pilotear su león, pero la consternación continuaba reflejada en su rostro. Y después de tres miseros segundos de silenciosa paz, agregó –: ¿Tienes pelaje azul en alguna parte de cuerpo que no está a la vista?

–¡Hunk! –bramó Keith tan rojo como su león.

El paladín amarillo se retorció en su asiento en lo que hacía todo lo posible para desaparecer.

A pesar de toda la frustración que le generaba a Keith, éste no podía permanecer enojado con él, más con su comportamiento nervioso y sumiso que resultaba hasta adorable viniendo de alguien de sus dimensiones.

–Mira, los siento –dijo Keith conservando un poco más la calma –. Pero esto es nuevo para mí como lo es para ustedes. Ni siquiera entiendo cómo es posible –agregó poniéndose también nervioso –. Esto me resulta confundo, por lo que apreciaría que no tocáramos más el tema. Ya por si Allura me odia –agregó tratando de no sonar patético.

Por desgracia, así se sentía.

–Ella no te odia –soltó entonces Hunk leyendo a la perfección las expresiones de su compañero paladín –. Odia a los galra... que ahora formas parte –agregó confundido y dando una sonrisa nerviosa –. Tal vez si te odia un poquito... pero estoy seguro que no es por ti.

El comentario de Hunk fue acompañado de una sonrisa tan sincera que hizo sentir a Keith extrañamente cómodo.

–Y ¿Por qué preguntas todo esto?

–Es que... bueno –dijo Hunk nervioso de nuevo –, me gusta entender porque suceden las cosas o porque son como son... es parte de mi curiosidad nata.

–Y a escuchado eso antes... –comentó Keith sonriendo y recordando a cierta personita.

–Además se trata de ti –agregó el paladín amarillo sorprendiendo a Keith.

Éste lo contempló incrédulo en lo que Hunk le dirigía una de sus cálidas sonrisas que lo hacían sentir en un lugar seguro. Algo que no había experimentado desde su visita a la base secreta de los miembros de la espada de Marmora.

Keith soltó de nuevo un suspiro y trató de sonreír por igual.

–Gracias –dijo el paladín rojo en casi un susurro, en lo que juntaba su frente con la Hunk, haciendo que sus cascos chocaran suavemente –. Te prometo que cuanto entienda más de esto serás el primero a que se lo diré. Pero por ahora...

–De mis labios no saldrá otra pregunta –respondió el otro por igual aceptando la leve muestra de afecto.

–Gracias.

–Y no te preocupes por Allura –aseguró Hunk una vez que se apartaron el uno del otro –, tal vez ella también solo necesita tiempo.

Hola a todos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hola a todos.

Ya nada más falta un capítulo para terminar este especial, espero que lo disfruten.

Saludos

Hilos de TelarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora