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Tiempo: Temp 1 Cap. 9 – Cap. 10

Hunk marchaba tranquilamente por lo corredores del castillo meditando las palabras que acababa de discutir con Pidge. Después de una serie de pruebas de ensayo y error de lo que al parecer era su nueva relación, la joven paladín verde puso la duda en la mente de de su compañero cuando comenzó a teorizar el motivo del romance polígamo que al parecer estaban sufriendo. Siendo su mutua conexión con Voltron, la posible culpable.

Clásica Pidge, tenía que ser algún fenómeno físico biológico en lugar de poder del amor. En cambio el paladín amarillo prefería no analizarlo demasiado y simplemente dejarse llevar por algo que sentía maravilloso. Pero eso no pudo evitar que el gusanito de la duda entrara en el subconsciente de Hunk

Así que mientras el paladín amarillo se encontraba absorto en sus propios pensamientos, no se dio cuenta de sus alrededores hasta que:

–¡HUNK!

El pobre chico regordete dio un brinco de susto al escuchar su nombre retumbar en eco por lo largo del pasillo.

–¿Lance?... ¿Eres tú? –masculló viviéndose sobre sí mismo, para poder distinguir a su compañero paladín que marchaba de manera marcial hasta él –. Cielos, amigo. Vaya que me diste un susto, por un momento pensé...

Pero las palabras murieron en sus labios, cuando el paladín azul finalmente lo alcanzó, lo tomó firmemente de la muñeca y comenzó a arrastrarlo por el corredor en una nueva dirección.

–Wow, Lance –soltó Hunk confundido –. ¿Qué sucede?

Pero no obtuvo respuesta.

Debido a su tamaño y fuerza, el chico regordete fácilmente hubiera detenido la marcha de su compañero, pero se encontraba tan perdido y sorprendido al mismo tiempo, con el extraño comportamiento del otro como para actuar. Sin olvidar que debido a su aspecto y la condición de sus ropas, Lance parecía haber sido arrastrado por un auto o revolcado por un león.

La marcha de Lance no duro mucho y pronto al doblar en uno de los pasillo más retirados del castillo y por ende, más solitario, el paladín azul dio un último tirón al brazo de Hunk para estampar sin violencia su espalda en contra una pared y atraparlo en ella con sus manos a cada lado de su cabeza.

De nuevo, las características físicas de Hunk lo hacían más grande que Lance como para quedar reducido ante su presencia, pero por su espíritu noble y buen corazón, el paladín amarillo se encogió ante la mirada penetrante y seria de su compañero.

–La-lance... ¿Sucede algo? –preguntó nervioso, en lo que sus ojos se clavaban en los azules del joven frente él, que aún guardaba silencio.

Hunk estuvo a punto de empezar a llorar por nerviosismo, sino fuera porque Lance estalló en llanto primero.

–¿Lance? –volvió a llamarlo, en lo que éste se cubría la cara con sus manos.

–¡Hunk! ¡Tienes que ayudarme! –dijo finalmente Lance casi histérico tomando el cuello de las ropas de su compañero –. ¡Creo que me estoy volviendo loco! –y sin más, cayó rendido en el suelo abrazando con fuerzas sus piernas.

–Ahhh... –musitó Hunk completamente anonadado, pero ver a Lance de aquella manera rompía su corazón. Clavando una rodilla en el suelo, el paladín amarillo quedo al nivel de otro, en lo que trataba de consolarlo con subes caricias en su hombro –. Lance... ¿Puedes decirme que es lo que sucede?

–No –respondió éste a secas y enmudecido por sus propias piernas.

–Y ¿Eso es por...?

–Por qué no sé qué es lo que me sucede –contestó levantando finalmente la cabeza –. Hunk, estoy completamente perdido. ¡Tienes que ayudarme! –de nuevo se lanzó al cuello de paladín amarillo.

Hilos de TelarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora