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Tiempo: Temp 2. Cap. 6

–Esto no está funcionando –comentó Allura lastimeramente.

Su afirmación iba mucho más lejos de la complicada situación en que se encontraban, flotando a la deriva a miles y millares de kilómetros de distancia del castillo y de sus compañeros.

–Allura hago todo lo que puedo –le contestó Keith frustrado –. Pero no puedo concentrarme tan fácilmente y establecer contacto con Rojo –lo cual era entendible ante su precaria situación y la desalentadora velocidad que conseguía con los propulsores de su espalda a toda potencia.

–No me refiero a eso.

El hermetismo de la princesa y su frente fruncida dejaba en claro los pesares que ocurrían en su mente, incluso para el más obtuso de las emociones como el paladín rojo.

–¿Qué es lo que...?

–Todo esto es mi culpa –musitó Allura con gran pesar.

Era un pensamiento que había estado atormentando en la mente de la princesa desde hacía la ultima hora, e inclusive, antes de abandonar el castillo.

–No es tu culpa que la lanzadera explotara, Allura.

–¡No! –bramó ésta librándose del agarre de Keith que la mantenía a salvo –. No es eso. Es todo.

La princesa parecía al borde del llanto y era lo que menos necesitaban ese momento. Algo que Keith no tenía la menor idea de cómo manejar. Como nunca, deseo más que Shiro estuviera a su lado para manejar la situación. Pero él estaba a en otro cuadrante de la galaxia, con el resto de los paladines, enfrentándose si su ayuda al ejercito de Zarkon.

–Yo no debería estar a cargo –continuó la princesa –. Mi padre era quien debería haber sobrevivido.

Allura no solo lo decía debido a la necesidad de un líder competente, sino porque también su corazón lo extrañaba terriblemente.

–Él era el rey, él era el líder de mi gente –dijo con vehemencia –, nuestro líder en la guerra contra los galra. En cambio se sacrificó para salvarme... su amada hija. Su inútil hija.

–Allura... –intentó Keith acercase, pero ésta lo alejó con un movimiento de su brazo. Ella no merecía consuelo, sentía que no se lo había ganado.

–Yo no estaba preparada... –siguió ella – no estoy preparada para llenar la expectativa. Para llenar sus zapatos. Me educó y me preparó para la vida diplomática de una princesa alteana, pero no para liderar un contraataque en una guerra de éste calibre, especialmente sola.

–Tú no estás sola –comentó el paladín rojo con calma –. Tienes a Coran... nos tienes a nosotros.

–Y que bien lo hecho –soltó Allura en reproche –. Por mi culpa he metido en sus corazones una duda que podría afectar su desempeño como equipo. ¿Y por qué? Por querer evitar eso principalmente –agregó soltando una risita irónica ante los nervios –. No he tomado las mejores decisiones y en cada momento del día siento el miedo constante de fallar. De cómo eso puede costarle la vida a millones e inclusive a ustedes. Justamente como ahora, donde la mayoría de los paladines se encuentran arriesgando su vida, mientras yo estoy aquí atrapada con la razón de su desventaja –dijo de último señalando a Keith.

La princesa se abrazó a sí misma, en un débil intento de consolarse ella sola.

–Yo no quería que esto pasara cuando escapamos en la lanzadera, pero... de verdad ansiaba que fuera yo a quien estaban siguiendo.

–¿Por qué dices eso? –preguntó Keith confundido.

¿Acaso no era obvio? Era hasta vergonzoso para la princesa de altea admitir algo que deseaba fervientemente. Aunque eso significara, decepcionar a su padre.

–Porque muy en el fondo ansiaba que de esa manera pudiera alejarme, no ser más un estorbo –admitió con dolor –. Y todos ustedes no sufrieran de mis equivocaciones.

Una forma cobarde de admitir que deseaba huir.

Por un breve momento de silencio, la princesa creyó que el paladín rojo le daría la razón, después de todo, ellos no podían llegar a un acuerdo y él la odiaba por sus mentiras.

Pero después de ese momento de calma, que los hizo sentir ser arrastrados al vacio, Keith dijo:

–¿Y eso qué?

–¿Eh? –musitó la princesa en respuesta.

–Te equivocaste, de acuerdo –dijo –. Todos lo hacemos. Yo también creía como tú que era la razón por la que nos seguían encontrando, pero nos equivocamos. Nadie espera que sepas todas las respuestas Allura, pero eso no implica que no darás lo mejor de ti para lograrlo.

–Tú no entiendes, Keith –insistió ella, sin saber porque le enojaba el apoyo del humano –. Es una gran carga la que mi padre me dejo en mis hombros, no sé si podré hacerlo y no fracasar en el intento.

–Todos somos consientes de lo que puede suceder si fracasamos –tajó el paladín rojo con fuerza y determinación –, pero es mejor intentarlo que hacernos a un lado y no hacer nada al respecto. Y sí crees que no estas listas para esta guerra, nosotros lo estamos menos. Hace unas semanas no sabíamos que existía vida en otros planetas, ahora piloteamos el arma poderosa del universo para derrotar a un dictador en una batalla galáctica. Y según tus propias palabras, no hay nada predestinado en ello que nos asegure la victoria.

Algo llameaba desde los ojos de Keith, una fuerza y arrojo que resultaban más reconfortantes que un abrazo. Por primera vez de varios días, Allura dejo de temer.

–Lo único que nos queda por hacer, es continuar luchando con valor y enfrentarnos a nuestro enemigo de la mejor manera que podamos.

Y con un destello en la distancia el león rojo apareció ante ellos, invocado sin duda por la determinación que había demostrado Keith en sus palabras.

–Rojo –lo saludó su piloto, en lo que el león abría la boca para dejarlos entrar.

Fue cuando la Allura lo comprendió. Más allá de los descubrimientos de su padre sobre los leones, su comportamiento y de las conexiones con los mismos, definitivamente había algo especial en los paladines humanos que Voltron pudo descubrir, algo que los mismos paladines vieron entre ellos para quedar prendidos unos de los otros, y tal vez, era lo que necesitaban para ganar esa guerra. Fuera predestinado o no.

–Tienes razón, Keith –admitió Allura esperanzada antes de seguirlo dentro de Rojo –. Creo que actúe como una princesa mimada por un momento.

–No te preocupes. Vamos, que los demás nos necesitan.

Sorry por la espera del capitulo y que no fuera precisamente de la temática que la mayoría del fanfiction, pero es algo necesario para afrontar un tema en el futuro

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Sorry por la espera del capitulo y que no fuera precisamente de la temática que la mayoría del fanfiction, pero es algo necesario para afrontar un tema en el futuro. Tenga fe en mí. 

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