Hilos de Telar

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Hilos de Telar

Parte 4: Nudos

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Episodio 12 Temporada 2

Tan solo unas horas después, en el centro del campamento de los davdabhaus en sus tierras sagradas, se había preparado el masivo evento que sería la unión matrimonial de su rey Babayr con las hijas de Baruk.

El lugar se había decorado estandartes de colores brillantes, el banquete del dincurich estaba listo en un costado con otros manjares de la cocina davdabhaus, sobre el campamento volaban los koltkas en peligros piruetas, y en el centro, la gran fogata preparada en el honor a Keniket ardía con intensidad.

Todos los miembros de la tribu davdabhaus se encontraban ataviados con sus mejores ropas para el evento, incluidos los paladines de Voltron, quienes habían provechado la oportunidad para sacar sus armaduras de gala.

–Ante el calor de las llamas, gran Kaniket bendícenos con tu presencia, tu brillo y poder –pronunció Ilak frente a la gran fogata que chispaba en colores con cada puño de polvo qu arrojaba a ella. La sacerdotisa llevaba una larga capa purpura que brillaba con el sol anaranjado de la tarde. Frente a ella el rey Babayr, Kalar y Kuuyr estaban arrodillados con sus miradas clavadas en el suelo –. Así para el futuro de aquellos que desean unirse el día de hoy....

Mientras Ilak continuaba con la ceremonia, varios jinetes de kolkas volaron a poca distancia del suelo, que su trayectoria sacudió las llamas de la enorme fogata, provocando maravillosas siluetas bailarinas.

–Y... lograron la formación –escapó de los labios de Shiro sin darse cuenta, en lo que sus ojos seguían a los kolkas en el cielo, en lugar de la ceremonia delante de él –. Es un alivio.

–¿Por qué? ¿Esperabas que no lo lograran? –soltó Lance en tono burlón a su lado al escuchar sus palabras –. ¿Dónde quedo esa experiencia de paladín negro?

–Muchas cosas no resultaron como esperábamos ¿verdad, Hunk? –respondió el paladín negro volviéndose en dirección de su compañero amarillo.

Hunk a pesar de encontrarse al igual que el resto de sus compañeros vestido para la ocasión, su cabellera se encontraba revuelta y húmeda sin remedio. A su lado, el kolka Herschel estaba sentado tranquilamente con la legua de fuera como si fuera un gran cachorro.

–Sí –respondió el paladín amarillo seriamente recordando la mala e infructífera experiencia de montar un kolka.

–Al menos la ceremonia va de maravilla –comentó a su vez Allura a un lado de Lance, viéndose hermosa con clásico vestido de princesa alteana –, Kalar y Kuuyr se ven maravillosas.

Y efectivamente, Kalar llevaba una túnica traslucida azulada con una larga cola que arrastraba por el suelo, mientras Kuuyr llevaba un vestido bastante atrevido sin espalda de un brillante amarillo. Ambas hermanas estaban radiantes.

–Claro, esa túnica azul me costó este ojo morado –dijo la pequeña paladín verde señalando su rostro que no solo lucía su ojo maltratado, sino también varios rasguños –. Y la cola del vestido de Kalar dejo marcas difíciles de sanar en Keith.

–Yo no veo ninguna –soltó Lance inclinándose para ver al paladín rojo al final de la línea.

–No están en partes visibles –fue la única respuesta de Keith con gran sequedad.

Lance no pudo evitar soltar una sonora carcajada ante ese comentario, pero rápido tuvo que cubrirse la boca, al ser chistado por Coran, quien le lanzó una mirada bastante amenazante.