Esp. 1.3

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Tiempo: Temporada 2 Capitulo 7 – Capitulo 8

Solo requirió unos cortos minutos en aquel frondoso bosque para que Hunk se perdiera en su espesura. No se debía a que ese lugar resultara ser peligroso, sino más bien porque el paladín amarillo no tenía el espíritu de la exploración. Lo que hacía que se perdiera fácilmente en lugares nuevos.

–Eh... –masculló Hunk para sí en lo que continuaba caminando en ninguna dirección en particular –. ¿Hola?

El bosque era inmenso, de arboles de gran altura y frondoso follaje que no permitía la entrada fácilmente de la luz del atardecer, lo que dejaba en penumbra el camino del paladín amarillo.

–¡Hola! –continuó llamando a sus compañeros –. ¡Keith! ¡Lance!

Pero no obtuvo más respuesta que el crujido de las ramas ante la suave brisa y el sacudir de los arbustos a sus pies.

–¡Keith, Lance! –preguntó Hunk al viento al escuchar misteriosos ruidos entre los matorrales –. ¡¿Son ustedes?!

La parte más tímida y miedosa de él lo hizo reprocharse el porqué no había traído consigo su bayard. En ese fatídico momento, estaba solo, desprotegido y desarmado, a la merced de cualquier terrible criatura que se ocultaba entre las sombras y arbustos listo para atacarlo.

O tal vez era solo su imaginación.

–¡Por favor digan que son ustedes! –gritó Hunk casi desesperado mirando sobre su hombre. Pero el los ruidos misteriosos no desaparecían –. ¡Comienza a darme miedo!

Los ruidos misteriosos... se intensificaron.

–¡Tal vez mucho miedo!

Fue cuando pudo percibirlo más cerca de él. Hunk estaba casi seguro que había captado el leve sacudir de las hojas y ramas del arbusto que tenía más cerca a sus pies. Tragando saliva y con algo de valor, se adelantó lentamente a susodicho matorral tratando de captar mejor los ruidos que producía lo que se ocultaba bajo sus hojas.

–Keith... –murmuró el paladín amarillo débilmente al arbusto –. Lance...

El silencio se apoderó del momento....

Hasta que una pequeña criatura habitante del bosque salió de un brinco de entre las hojas en dirección de Hunk. Era un pequeño ser peludo que resultaba más adorable que temible, pero por desgracia, su repentina aparición espantó por completo al joven moreno que salió corriendo en dirección contraria gritando:

–¡Aaaaaaaaahhhhhhh!!!!!

–¿Estás bien? –le preguntó Keith a Lance, una vez que logró descender por el declive de tierra con increíble gracia y agilidad

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–¿Estás bien? –le preguntó Keith a Lance, una vez que logró descender por el declive de tierra con increíble gracia y agilidad.

–Si haber caído por una escarpada rodando hasta un río y terminar todo empapado es estar bien –dijo el otro con desdén sumergido aún en el agua –, estoy bien.

–Tienes que admitir, que en cierta forma te lo buscaste.

–Ja ja ja –fingió Lance reír en lo que se ponía de pie –. Deja de disfrutar con mi sufrimiento y ayúdame a salir de aquí –agregó extendiéndole la mano a su compañero paladín para que lo ayudase a subir la pequeña altura que había del terreno alto donde estaba Keith y del río.

Pero apenas el paladín rojo tomó la mano del otro chico, un imponente gritó se escuchó en la lejanía, y cada segundo tomaba intensidad, denotando como la fuente del mismos se aproximaba.

Keith automáticamente se puso alerta en lo que los alaridos se acercaban más, indicando que venían descendiendo por la escarpada que había caído Lance. En cuestión de segundos, el cuerpo regordete de Hunk provino por esta misma, rodando en dirección de los otros dos paladines.

Con sus reflejos casi felinos, Keith logró quitarse de en medio, dejando a Lance a merced de la mole descendente que se había convertido Hunk. Ambos chocaron y cayeron al río salpicando todo a su alrededor.

–¡Hunk! –bramó el paladín azul una vez que logró sacar la cabeza del agua.

–¡Lance! –lloriqueó el otro aliviado lanzándose sobre él y besándole la frente y las mejillas frenéticamente –. ¡Oh qué bueno que estás vivo! ¡Estoy muy feliz de verte!

–Pues no... seguiré vivo... si me ahogas –se quejo muy apenas el otro, sin poder respirar por el fuerte abrazo de oso de Hunk.

Preocupado, Hunk se hizo a un lado inmediatamente, solo para toparse que la camisa de Lance se movía por sí sola, como si tuviera vida. Y efectivamente la tenía... dentro. Una especia de pez nativo de ese planeta, había quedado atrapado entre la ropa y la piel del paladín azul.

Keith disfrutando la función no se demoró en comentar:

–Al menos puedes decir que tuviste más éxito en tu tarea, Lance. Encontraste el río y hasta atrapaste algo para cenar.

Lance le dirigió una mirada malhumorada en lo que se contenía de comentar algo ante la incómoda sensación de las escamas del pescado contra su piel.  

Este es un capitulo ameno y divertido

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Este es un capitulo ameno y divertido.

Pero no puedo evitar preguntarme: por qué Hunk esperaba encontrarse a Lance y Keith en el arbusto? Qué podrían estar haciendo ahí?

Hasta el siguiente capitulo.

Hilos de TelarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora