El primer día de clases

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La mañana del primer día de clases en Hogwarts era emocionante y llena de anticipación. Los estudiantes se dirigieron al Gran Comedor para disfrutar de un delicioso desayuno antes de enfrentar su primer día de lecciones. Las mesas estaban cubiertas de platos de tortitas, huevos revueltos, bacon crujiente y una variedad de frutas jugosas.

Harry, Ron Weasley y yo nos sentamos juntos en la mesa de Gryffindor. Habíamos entablado una amistad sólida desde el momento en que nos conociemos en el Expreso de Hogwarts, y la conversación animada fluyó mientras nos servíamos el desayuno.

Ron estaba emocionado por el comienzo de las clases, pero también un poco nervioso. Harry y yo compartíamos esa sensación. Era un nuevo comienzo para todos ellos, y la incertidumbre de lo que nos esperaba en el mundo mágico era palpable.

Luego del desayuno, los estudiantes nos dirigimos a una de nuestras primeras clases. Harry y yo nos unimos a los demás de primer año y seguimos al prefecto de Gryffindor hacia nuestro primer destino: Transformaciones, con la profesora Mcgonagall.

Íbamos siguiendo los pasos de Percy pero entre los alborotos de muchos alumnos por los pasillos, con tantas escaleras y cuadros encantados que nos distraen nos perdimos entre la multitud de estudiantes.

Harry y yo comenzamos a desplazarnos por pasillos equivocados, mientras tratamos de recordar y seguir las instrucciones que nos había dado el prefecto de Gryffindor, por fin escuchamos una voz familiar, era la profesora Mcgonagall. Seguimos el sonido de la voz y al fin, encontramos al aula.

Entramos al aula, la profesora estaba explicando los fundamentos básicos de la transformación y al vernos llegar tarde, nos regañó y mencionó la importancia de la puntualidad.

Luego de finalizar la clase, nos preparamos para la próxima: la clase de Pociones. Habíamos oído hablar del profesor Severus Snape, un hombre con una reputación temible en Hogwarts. Seguimos a nuestros compañeros, tratando de no distraernos y, por suerte, llegamos a horario.

Cuando llegamos al aula de Pociones, encontramos al profesor Snape esperándonos con su mirada penetrante y su cabello negro enmarañado. La atmósfera en el aula se volvió tensa de inmediato.

"Siéntense", ordenó Snape en un tono frío mientras sus ojos recorrían la sala, analizando a cada estudiante. Harry y yo tomamos asiento junto a Ron y Hermione.

La clase comenzó con Snape explicando los conceptos básicos de las pociones. Era un hombre talentoso pero infame por su actitud despiadada hacia los estudiantes que no cumplían sus expectativas. Nos hizo preguntas complicadas a los alumnos de primer año, esperando respuestas precisas y rápidas.

Cuando llegó nuestro turno de responder, nuestras mentes se quedaron en blanco.
"Señor y señorita Potter, nuestras nuevas celebridades... Díganme, ¿qué se obtiene al mezclar polvo de raíces de asfódelo con una infusión de ajenjo?", interrogó Snape esperando que respondieramos inmediatamente.

Los nervios y la presión de estar en la primera clase nos habían afectado. Snape no perdió tiempo en humillarnos.

"¿No saben la respuesta? ¿O es que están aquí para desperdiciar mi tiempo?", espetó Snape con desdén, su mirada fija en ellos, quitándole cinco puntos a Gryffindor por cada uno. Los demás estudiantes miraron con cautela.

Harry y yo intercambiamos miradas, sintimos el peso de la vergüenza. Pero Hermione, siempre la más preparada, levantó la mano y respondió la pregunta con precisión.

Snape asintió con satisfacción y continuó con la lección. Durante el resto de la clase, los hermanos Potter nos esforzamos al máximo para mantenernos al día, sabiendo que no podíamos permitirnos más deslices en la clase de Pociones.

La primera lección de Snape dejó una impresión duradera en nosotros. Sabíamos que Hogwarts sería un lugar lleno de desafíos, y estaban decididos a superarlos, incluso si eso significaba enfrentar a un profesor tan intimidante como Snape.

Al salir de la clase de Pociones, Harry y yo nos cruzamos con Draco Malfoy en los pasillos. A pesar de nuestras diferencias y de estar en casas diferentes, la amabilidad de Draco nos tomó por sorpresa. Comenzamos a conversar con él, y aunque inicialmente estábamos en guardia debido a su reputación y la de su familia, descubrimos que tenía una perspectiva diferente en comparación con lo que habíamos escuchado sobre los Malfoy.

*Draco, quien había crecido inmerso en una familia que profesaba la devoción por las artes oscuras y la pureza de sangre, comenzó a cuestionarse esos ideales después de conocer a los hermanos Potter. Aunque todavía le resultaba difícil aceptar a personas nacidas de muggles, como Hermione Granger, empezó a verla con respeto.*

A lo largo de la conversación, Draco expresó sus dudas y cuestionamientos sobre los valores que su familia le había inculcado. Nos sorprendió su apertura para desafiar las creencias de su familia y explorar ideas nuevas.

"A veces siento que lo que mi familia ha estado predicando no es lo correcto", admitió Draco, mirando al suelo. "Conocerlos a ustedes me ha hecho dudar de muchas cosas."

Harry y yo intercambiamos una mirada, comprendiendo la complejidad de la situación de Draco. Aunque todavía había un largo camino por recorrer antes de que pudiéramos considerarnos amigos cercanos, esta conversación marcó un cambio en la dinámica entre nosotros.

Con el tiempo, Harry, yo y Draco comenzamos a pasar más tiempo juntos fuera de las clases. Juntos exploramos los pasillos de Hogwarts, compartimos historias y nos ayudamos mutuamente con nuestras asignaturas.

El primer día de clases en Hogwarts había sido un desafío, pero también una oportunidad para forjar nuevas amistades y desafiar las expectativas. Mientras caminábamos por los pasillos de Hogwarts después de la clase de Pociones, sabíamos que estábamos en el comienzo de una aventura que cambiaría nuestras vidas para siempre.

Cuando pueda escribo más, estoy un poco complicado.
Espero les guste
Hasta pronto 🖐️

La hermana melliza de Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora